Prólogo.

Es sorprendente como la persona que interpreta una canción te hace sentir identificado con ella, como si tuviera alguna noción de tus sentimientos, susurrando en una voz suave y melódica esas palabras para reconfortarte, para alejar esos pensamientos negativos, ayudándote a enfocarte en el presente y no en el pasado.

¿Cómo alguien puede transmitir tanto con tan poco?

¿Cómo puede hacerme sentir tan bien?

¿Cómo puede hacerme sentir que no soy la única que sufre?

Conozco su trayectoria, sus logros y posibles sueños, pero, ¿quién es en realidad? ¿Quién es la persona que con una canción y una voz cálida me hizo avanzar un poco? ¿Quién es este chico al que le debo la vida aun cuando no lo sepa?

Creí que nunca lo sabría, que serían meras suposiciones mías, pero ahora que lo tengo a mi lado, me doy cuenta de que no era tan diferente a como lo imaginé, que él sigue cuidándome, no de una manera lejana e indirecta, es de forma más cálida y cercana, algo que hace que mi corazón se acelere al mismo tiempo que sana.

Fue gracias a ese acercamiento tan casual, que pude conocer al chico que me dio todo sin pedir nada a cambio, a aquel que todo mundo admiraba, y también, a aquel chico detrás de cámaras.