Detrás de Cámaras

Capítulo 2. Misión: Encontrar a la chica misteriosa.

Anya.

–Hola Anya, pensé que no vendrías –me dijo Tae con una sonrisa, mirándome desde el sofá.

–Sólo se me hizo algo tarde, no es para tanto, exagerado –mencioné, sentándome a su lado –. ¿Y los demás?

–No sé, yo regresé del parque apenas, estaba intentando escribir una canción.

–¿Y qué tal?

–Sólo hice la mitad, tuve un suceso muy extraño.

–¿Qué sucedió?

–Había una linda chica dando muchas vueltas alrededor de los juegos. Primero, pensé que estaba jugando con alguien, hasta que vi su rostro llenó de preocupación, por lo que metí mi libreta a la mochila y fui a preguntarle que le pasaba.

›› Ella se notaba desconfiada de mis acciones, pero al saber que su hermana estaba perdida, quise ayudarla, aun cuando no confiará en mí. No tardé mucho en encontrarla, llorando con un gatito entre sus brazos. Al preguntarle qué hacía ahí, me dijo que siguió al gatito para llevarlo a un lugar seguro, pero que ya no supo cómo salir de ahí, su pie estaba atorado entre los arbustos.

–Debió estar asustada –mencioné, interesada por su historia.

–Mucho, la ayudé a salir y le dije que había visto a su hermana, así que me pidió que la llevará con ella. Cuando regresamos, el encuentro fue muy tierno, parecía como si el mundo de esa chica se arreglará al tener a su hermana a su lado, se notaba que eran muy unidas.

›› La chica me agradeció la ayuda, pero parecía incómoda al hacerlo. A mí se me salió decirle que era bonita y cuando me miró, me comencé a poner nervioso y decir estupideces, haciéndola sonreír un poco. A pesar de que era una pequeña sonrisa, la encontré muy encantadora, hermosa... la sonrisa más hermosa de la vida...

–¿Es un suspiro lo que escuchó? –pregunté con una sonrisa.

–Es que... si la hubieras visto. Era una chica realmente hermosa... sus ojos eran... y su cabello... y esa pequeña sonrisa... –suspiró, colocando una mano en su pecho, cerca del corazón.

›› Creí que mi corazón explotaría, me sudaban mucho las manos, y aunque no me miraba directamente a los ojos, puedo admitir que su mirada me hechizó por completo –confesó con una sonrisa bobalicona.

–Oh, a Tae le gusta una chica –dije burlona –. ¿Le pediste su número de teléfono?

–¡Maldición, no lo hice! ¡Estaba tan prendado de ella que no lo recordé! ¡Dios, soy un idiota! –exclamó, dejándose caer en mi regazo, cubriendo su rostro con sus manos, lloriqueando un poco.

Me reí de su actitud. Tae llegaba a ser tan infantil, que resultaba adorable, era muy lindo ver como perdía la cabeza por una chica, y como soy una buena persona, pensaba en ayudarle a reencontrarse con esa chica que le daba ese brillo en los ojos tan cautivador.

–Tranquilo amigo, aun no es el fin del mundo. Dime donde la encontraste y te ayudaré a buscarla –mencioné, acariciando su cabello.

–¿En serio lo harías? – preguntó, levantándose con rapidez.

–Claro, eres mi amigo y los amigos se ayudan siempre.

–¡Sí! –exclamó antes de abrazarme – ¡Gracias, Anya! ¡Por eso te quiero muchísimo!

–Lo sé Tae, lo sé... –respondí, correspondiendo a su abrazo.

–¡Oigan! ¿De quién es ese adorable gatito? –preguntó Hobi, entrando con un gatito en sus brazos.

–Es mío... Bueno no, es de una niña, pero yo lo cuido por ella –respondió mi amigo.

–Espero nos expliques como pasó, así como el motivo por el que abrazas a mi chica –pidió JungKook, sentándose a mi lado y abrazándome de manera algo posesiva.

–Hay que seguir trabajando en esos celos, a veces creo que aparecen sin razón –mencioné.

–¿Quieres que te recuerde como eres tú al ponerte celosa? –me preguntó, alzando una ceja.

–Bah, no caeré en tus juegos ahora.

–Entonces, ¿qué sucede con el gato? –preguntó Jin, ignorando nuestra pequeña conversación.

–Lo encontró una pequeña niña en un parque, pero como en donde vive no le dejan tener animales, me ofrecí a cuidarlo por ella.




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