–Sun Hee, ¿podrías entregarle este sobre al señor Won? –le pregunté a la chica que estaba de recepcionista, mientras le daba una memoria USB.
–Claro que sí, Meredith. Estará feliz de que hayan estado tan pronto.
–No había mucho que arreglar, quedaron perfectas.
–¿Y cómo no? Tus fotografías son asombrosas
–Muchas gracias. Ya me voy, quede de ir con Rosie y Anya a un lugar.
–Salúdalas de mi parte y feliz cumpleaños.
–Muchas gracias –mencioné, saliendo de la empresa.
Hoy salí temprano del trabajo debido a que era mi cumpleaños. Rosie me sugirió salir con Anya y acepté un poco renuente, siento que, de alguna forma, ellas dos se la van a arreglar para hacer de este un día lleno de felicidad, aun cuando no quiera.
Ajusté la correa de mi bolsa, viendo a Anya recargada de la puerta de una camioneta negra, mirando a Rosie por los lentes oscuros, mientras ella le contaba algo que la hacía sonreír. Mi pequeña hermana me vio y sonrió agitando la mano, llamando la atención de Anya hacia mí.
–Vaya, eres muy puntual –dijo ella con una sonrisa.
–No me gusta hacer esperar a la gente.
–Es una buena cualidad –señaló, abriendo la puerta para que subiera.
–¡Feliz cumpleaños, Mer! –gritó mi hermanita, abrazándome.
–Muchas gracias, pequeña –respondí con una sonrisa.
–¿Y cuántos años se supone que cumples hoy? –preguntó Anya, cerrando la puerta.
–23 años.
–Wow, me ganas por tres años, yo tengo 20.
–¿En serio? Creía que eras más joven.
–No, sólo soy una persona que jamás de los jamases, aparentara su edad real.
–¿Cuándo cumples años, Any? –le preguntó mi hermana.
–El 2 de noviembre.
–Aún falta mucho.
–Lo sé, pero no estoy tan desesperada por cumplir los 21.
–¿Y a dónde se supone que vamos? –pregunté para desviar la conversación.
–Oh, eso es una sorpresa –dijo Anya.
–¿Sorpresa?
–Sí, tienes que usar esto –pidió Rosie, sacando una mascada roja.
–¿En serio?
–Sí. Úsala, por favor –no pude evitar sacudir la cabeza, pero acepté de manera silenciosa su petición, mientras ella chillaba de la felicidad y Anya me ayudaba a colocármela,
Antes me gustaban las sorpresas, en serio, adoraba esa sensación de no saber que esperar, pero ahora eso me causa mucha ansiedad. No me gusta ir sin saber a dónde voy, quiero estar segura de que es algo convincente, de que es algo que no me va a hacer daño.
Escuchaba como Anya tecleaba en su teléfono mientras Rosie reía. No sé qué traman esas dos, y tampoco estoy segura de que me agrade mucho. De un momento a otro, la camioneta se detuvo, haciéndome saber que llegamos.
–Ya vamos a bajar, así que, por favor, toma mi mano y sigue mis indicaciones –pidió Anya.
Le hice caso, eso de caer no me agradaba. Sus indicaciones fueron muy claras, a pesar de que ella siempre dice que es una persona que no sabe dar explicaciones, pero esta vez lo hizo bien, lo que me hizo sentir aliviada de no tener ningún accidente.
–¿Lista para tu sorpresa? –preguntó Rosie.
–No –respondí, haciéndola reír.
El nudo de la mascada se hizo más flojo, para que luego se cayera de manera suave en mi rostro, dejándome ver de nuevo el exterior. Parpadeé algunos segundos para acostumbrarme a la luz, y cuando por fin pude tener abiertos mis ojos, creí que estaba soñando ante lo que tenía enfrente.
Ahí estaban los siete chicos de BTS junto a Chung Hee y Young Mi, con un pastel y un cartel que decía "Feliz Cumpleaños, Meredith". Al observar alrededor, vi que estábamos en una especie de jardín, donde los árboles estaban decorados con algunos listones y luces, que lo hacían ver hermoso aun cuando todavía era de día. Tenía que confesarlo, era un paisaje hermoso, y el detalle muy significativo.
›› ¿Esto es real? –pregunté.