Detrás de Cámaras

Capítulo 24. Sospechas.

Meredith.

Hoy estoy algo nerviosa. Es mi primera cita con el agente Jung sobre el caso de mis padres, y la verdad, me siento asustada de lo que pueda escuchar el día de hoy. Desafortunadamente, Tae no pudo acompañarme, ya que tenía muchos compromisos y deberes que hacer en la agencia.

Su ausencia me entristece, porque sería de gran apoyo ahora, que siento que voy a lastimar mis dedos de tanto morderlos. Respiro hondo y sacudo mi cabeza. Debo dejar de tener esos pensamientos, no puedo depender de Tae para siempre, no soy una niña pequeña.

Tomó la decisión de sacar esa personalidad fuerte que me caracteriza, para ir a enfrentarme a este nuevo reto que no esperaba. Caminé hacia la jefatura, preguntando por el agente Jung, guiándome hacia una especie de oficina. Toqué la puerta con suavidad, y al escuchar un adelante, abrí la puerta, encontrando al agente Jung con unos papeles en la mano.

–Señorita Barton, gracias por venir tan pronto –agradeció el agente, levantándose del asiento y estrechando mi mano cuando la alargué hacia él.

–No es nada, agente Jung –contesté, separando nuestras manos.

–¿Gusta sentarse? –invitó, señalando una silla.

Asentí ante su invitación, sentándome donde señaló, al mismo tiempo, que él se sentaba en su silla. Nos quedamos algunos momentos en silencio, estaba bastante nerviosa y no sabía por dónde comenzar, pero él fue lo suficientemente amable como para comenzar con la conversación.

–Me alegra que haya venido el día de hoy, me gustaría corroborar algunas cosas que he estado descubriendo –dijo él, en un tono calmado.

–No hay problema, pero, ¿cómo está tan seguro de que fue... fue... un homicidio? –pregunté casi en un susurro.

–La verdad, fue una casualidad. Había ido al archivo, donde de vez en cuando, me voy a los casos cerrados por falta de pruebas, para ir descartando aquellos que aún pueden resolverse de los que no. Cuando revisé el caso de sus padres, hubo algunas cosas que me llamaron la atención, así que fui al forense a hacer algunas preguntas.

» Junto con el forense, hicimos la reconstrucción de los hechos, según lo que había en el reporte, y confieso, que lo que descubrimos fue demasiado... extraño.

–¿Extraño? ¿A qué se refiere con eso? –pregunté dudosa.

–Miré este video –pidió, al mismo tiempo que volteaba la pantalla de su computadora, para que ambos viéramos –. Según esta simulación, el accidente de sus padres debió ocurrir de esta manera, pero, es imposible que hubiese ocurrido de ese modo.

» Sus padres iban en una carretera solitaria, ningún auto estaba en ese momento transitando, ¿cómo podían ser chocados, exactamente en ese punto y con esa fuerza? Tanto el forense como yo nos quedamos atónitos, no sabíamos cómo podían poner algo así en el expediente y hacerlo pasar, hasta que a él se le ocurrió otro escenario –comentó, pasando otro video.

» En este, se sugirió que, en este punto, había un auto esperando el momento exacto para chocar a sus padres, y de ese modo, causar el accidente, como si fuera algo casual. No hubo ningún testigo, nada que pudiera comprobar que los hechos fueron de este modo, y ante la manera tan retorcida en que se describió y asentaron los hechos, mis superiores me dieron permiso de re investigar todo.

El agente seguía hablando, pero mi vista estaba enfocada en ambos videos. Mientras que el primero parecía una escena sacada de una película de acción, la segunda parecía más real, más acorde a todo. ¿Quién querría hacerles semejante daño a mis padres? ¿Quién querría hacerme daño a mí? ¿A Rosie?

» Señorita Barton –me llamó el agente, llamando mi atención –, me gustaría saber cómo fue ese día, desde su perspectiva, me gustaría conocer todos los detalles, de ser posible.

–Lo siento, agente, es que... hasta hace unos meses pensé que todo había sido por mi culpa, que, de algún modo, yo había ocasionado ese accidente, y con todo esto saliendo... me siento algo aturdida –confesé, pasando una mano por mi cabello.

–Lo comprendo muy bien, debe ser difícil pasar de nuevo por esto, y con una nueva perspectiva, así que no se preocupe, podemos tomar su declaración cuando este más tranquila –mencionó de manera comprensiva.

–No, lo haré ahora. No vamos a perder más tiempo. Ya son dos años, agente, y si ahora han salido nuevas pruebas, es mejor investigarlas a fondo de una vez –dije de manera segura.

Comencé a relatarle todo lo que sucedió ese día, y mientras él iba anotando en una hoja, comencé a darme cuenta de dos cosas. Una, que ya no contaba este relato con dolor y pena, al contrario, parecía una especie de catarsis, donde más hablaba, más tranquila me sentía. Dos, que ahora que el dolor ya no estaba presente, comenzaba a darme cuenta de que había escenarios que no coincidían.

La llamada cortada de manera tan abrupta.

Como los policías me habían llamado tan pronto, cuando se supone, era un lugar solitario y la ayuda tardaría en llegar.

Como me negaron la entrada a la morgue, hasta como dos horas después.

La manera tan rápida en que los policías querían cerrar el caso.

Todo eso daba vueltas en mi mente, y me hacía sentir tanto coraje, tanta rabia. ¿Cómo alguien pudo vivir tanto, haciéndome sentir esta culpa? ¿Cómo pude atormentarme tanto por algo que yo no cause? Apreté un poco los puños y sacudí mi cabeza. Si seguía enojándome, me dolería la cabeza, y ahora mismo, no tengo tiempo para eso, debo estar alerta a todo.

–Muy bien, señorita Barton, con esto ha ayudado bastante –dijo el agente, dejando la pluma a un lado –. Verificaré esto y las demás declaraciones que me lleguen, y cuando tenga algo nuevo, la llamaré.

–Claro. ¿Puedo irme ahora?

–Por supuesto. Muchas gracias por venir –agradeció, estrechando mi mano.

–De nada. Que tenga buen día –deseé, saliendo de su oficina, para ir a la salida.

–¡Meredith! –me llamó una voz masculina, haciéndome girar un poco.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.