Taehyung.
Estoy en medio de una crisis.
Me duele demasiado lo que ha pasado. Cuando Any llamó, avisando el cambio de horario en la corte, me asusté. Presentía que algo malo iba a suceder, que todo iba a ser un caos.
Odié cuando supe que tenía razón.
Odié cuando me llegó ese mensaje de Any.
Odié cuando al abrirse la puerta, vi a una Mery destruida, alguien a quien le habían quitado lo más importante de su vida.
No pude evitar derramar mis propias lágrimas, pensar en que tal vez, no podría volver a ver a Rosie todos los días, ver como sufre Mery me lastima, y saber que no puedo hacer nada, me tortura.
¿Lo peor de todo? No puedo estar con ella ahora. Ya hemos liberado el álbum, así que estamos comenzando con la promoción del mismo, yendo a presentaciones, entrevistas y demás. Ahora mismo, estamos en Seúl, haciendo algunas entrevistas y presentaciones, y en unas semanas, iremos a Estados Unidos, a hacer algunas entrevistas y presentaciones, y lo que más me preocupa, es no estar cuando Mery más me necesita.
–Estuviste llorando, ¿verdad? –me preguntó Jimin con preocupación, mientras esperábamos en el camerino a ser llamados para presentarnos.
–No puedo evitarlo, estoy muy triste por lo que pasó –contesté, pasando mis dedos por mis parpados, algo hinchados por las lágrimas.
–Te entendemos. Fue un golpe bastante fuerte, no he logrado procesarlo del todo –confesó Namjoon, con una mueca triste.
–Pero no entiendo, ¿cómo pudieron quitarle a Rosie así nada más, con la opinión de esa trabajadora social? –preguntó Hoseok con confusión.
–Puede ser que la trabajadora social tuviera algo contra ella, pero es difícil saberlo, no podemos ir a preguntarle –contestó Yoongi.
–¡Ah! –grité, tomando mi cabeza con ambas manos, exasperado con la situación –¡Todo esto es un maldito desastre! No pude cumplir mi promesa con Mery, no pude ayudarla cuando más lo necesitaba. Ahora está en cama, culpándose y sintiéndose mal, preguntándose en que falló, y yo ni siquiera puedo ir a consolarla, porque estoy aquí.
» No quiero que crean que esto es como decir que odio estar en la banda, no es nada de eso, sólo estoy muy frustrado de que todo esto suceda justo ahora, cuando no tenemos ni un tiempo para respirar –exploté, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con caer.
Unos toques en la puerta llamaron nuestra atención, antes de que un miembro del staff entrará.
–Chicos, entran en dos minutos –dijo él.
–Gracias –dijo Jin, haciendo que el chico saliera, volviendo a dejarnos solos.
–Vamos, es hora del show –fue todo lo que dije, caminando hacia la puerta para salir.
Intenté concentrarme en el show, en dar lo mejor de mí y hacer de cuenta que nada pasaba. Fue bastante difícil, me sentía como un traicionero al dejar de lado todo este asunto, pero recordé lo que Jimin me dijo hace tiempo, sobre que ayudaba más a Mery cuando me enfocaba en mi trabajo, que cuando me distraigo y no hago nada.
Decidí seguir ese consejo, al menos, hasta que pueda estar en un lugar más privado, para así, pensar en las maneras más adecuadas para ayudar a mi chica, para devolverle a Rosie, para que este sufrimiento acabará. Ella no merece más dolor, no merece más culpa, no merece más pena. Ella merece amor, merece felicidad, merece paz, y si esta en mis manos dársela, no duraré en hacerlo, pues mi meta, es hacerla feliz a pesar de todo.
♦♦♦♦♦
–¿Ya te sientes un poco más tranquilo? –me preguntó JungKook algo jadeante, colocando su mano en mi hombro.
Apenas habíamos terminado la presentación, el programa acabó, así que, estamos regresando al camerino, para tomar nuestras cosas e irnos a casa.
–No, sólo finjo para no contestar preguntas incomodas –le respondí, tomando un sorbo de agua de la botella que tenía en la mano.
–Oh, ya comprendo. Pero no te preocupes, vamos a…
–JungKook –la interrumpió una chica del staff, haciendo que volteáramos –. Te está llamando Anya, dice que es urgente.
–Dámelo –dijo desesperado, tomando su celular de la mano de la chica –. Cariño, ¿qué ocurre? Perdona, estaba en el programa. ¿Qué? Espera, nena, habla más despacio, no te entiendo. Ajá… Está bien… ¿Hablas en serio? Claro, tienes razón –dijo, en medio de una risa.
» Vale, entonces, ¿qué sigue? Ya, comprendo. Entonces, te veré allá y así me explicas. Eres asombrosa, nena. ¿lo sabias? Está bien. Si, nos vemos más tarde –volvió a reír, esta vez, mas emocionado –. Yo también te amo mucho. Sí. Adiós –se despidió, abrazando su celular, mientras daba pequeños saltos.
–Pensé que algo malo había pasado, pero creo que no fue así –mencioné, llamando su atención.
–No, son grandes noticias, y creo, que Anya está comenzando a superar su tristeza.
–Eso es excelente –dije, entrando al camerino –. ¿Qué se supone que te va a explicar?
–Aun no lo sé, se supone que hoy me va a decir.
–Espero que sólo sean cosas buenas –murmuré, cambiándome de ropa –. ¿Crees que puedan dejarme en casa de Mery? No quiero que se quedé sola.