Taehyung.
–Oye, Tae –me llamó Jin, haciendo que dejará de mirar el paisaje en la ventana –¿Ya Meredith resolvió lo de los documentos?
–Sí, dice que ya va camino al departamento de Anya –respondí, acomodando la boina que tenía en la cabeza.
–Que bueno, no queremos que a Anya le dé un ataque por quedarse sola con Rosie –se burló Jimin, haciéndonos reír un poco.
–Bueno, debo decir, que ya no la he visto tan nerviosa cuando se queda con ella, tal vez ya está perdiendo el miedo a cuidar niños –señaló Hobi.
–Cuidado con lo que dices, no vaya a ser que JungKook lo tomé como una señal mágica de que puede embarazar a Anya –mencionó Yoongi, ganándose una mala mirada de JungKook.
–¿Qué tratas de decir? ¿Qué soy alguna clase de desesperado? –cuestionó.
–Nada de eso, sólo estábamos bromeando –dijo Namjoon de manera neutral –. Sabemos que nunca presionarías a Anya a hacer algo que no quiera, por mucho que tú lo desearas, pero si debemos de confesar, que nos sorprendió el comentario que hiciste sobre una posible boda.
–No veo porque sorprenderse –respondió, alzándose de hombros –. Vivo soñando despierto a que ese día llegué.
–Y llegará, sólo no luzcas muy desesperado –aconsejó Jin, haciéndolo reír.
–Por cierto, ¿a qué vamos a la empresa? Creí que ya no había nada que hacer –pregunté, cambiando de tema.
–Ni idea, sólo recibí ese correo, donde decían que los directivos necesitaban de nuestra presencia para una reunión de emergencia –respondió Namjoon.
Casi de inmediato, llegamos a la empresa, por lo que bajamos de la camioneta, para saber de ese asunto tan importante por el que se nos estaba citando en un día libre.
–¡Chicos! Que sorpresa verlos hoy –dijo Sun Hee, que iba caminando con unos papeles en mano.
–Ninguna sorpresa, Sunny, nos mandaron a traer los directivos a una reunión de emergencia –dijo Jimin, llamándola por el apodo que Anya le puso. Ella nos miró con confusión.
–¿Seguros? No hay ninguna reunión registrada… –murmuró, revisando su agenda.
–Es lo más probable, parece que fue de improvisto –señaló Jin.
–Es demasiado raro. Chicos, no hay nadie de los directivos aquí hoy, por lo que sé, se fueron a un campo de golf, a distraerse un poco –las palabras de Sunny hicieron que comenzará a sentir algo extraño en mi pecho, como una especie de mal presentimiento.
Casi enseguida, mi celular comenzó a sonar, y al ver que era uno de los guardaespaldas que había dejado con Meredith, sentí un escalofrió frio en mi espalda. Tomé la llamada, llevando el celular a mi oreja.
–Dime –pedí con voz neutral.
–Señor, han atacado a los guardaespaldas que dejamos en la casa de la señorita Anya. Ni ella ni la señorita Rosaline están, fueron secuestradas –dijo él.
No pude escuchar más, sentí mi corazón romperse y el miedo comenzar a atraparme.
–Maldita sea… –siseé, colgando la llamada, para mirar a los chicos –. Vámonos, ahora –ordené, corriendo a la salida.
–¡Tae! ¡Tae! –me llamó Jimin, corriendo detrás de mí, junto a los demás,
–¡Taehyung! ¡Qué sucede? –exigió saber JungKook, cuando ya estábamos en la camioneta.
No sé muy bien que fue lo que vio en mi rostro, porque comenzó a palidecer, mirándome con angustia y miedo.
–Tenemos que ir rápido al departamento de Anya –comencé tragando duro, para deshacer el nudo en mi garganta –. Se… se llevaron a Rosie… y Anya –solté, con la voz temblando.
JungKook no dijo nada, sólo apretó los labios, apresurando al chofer a que nos llevará rápido al departamento. Sus puños estaban fuertemente apretados, su cuerpo temblaba con ligereza y parecía no parpadear, pero pude notar un leve rastro húmedo en sus ojos. Los chicos trataron de hacerlo reaccionar, pero era inútil, no sabíamos que estaba sintiendo exactamente.
Yo estaba tratando de no caer en la desesperación y locura. Cuando llegue, voy a encontrar a una Meredith llena de miedo y desesperación, así que debo de mantenerme cuerdo, para ayudarla a pensar y buscar a Rosie y Anya, parece que esta vez, me toca ser el cuerdo en esta situación.
–Tae, ¿estás bien? –me preguntó Jimin,
–Debo estarlo, no puedo perder la cabeza. Hay que encontrar a Rosie y Anya –respondí, pasando el dorso de mi mano por mi nariz, para evitar soltar un sollozo. Jimin palmeó mi hombro, intentando consolarme.
–Vamos a encontrarlas, ya verás –aseguró, dándome algo de fe, porque eso era lo que más íbamos a necesitar, fe.
♦♦♦♦♦
Llegamos al departamento, bajando rápidamente de la camioneta. Había algunos coches aquí, me imaginó que Hyun se enteró y vino con refuerzos. JungKook se abrió paso entre ellos, entrando al departamento, para luego, plantarse en medio de la sala, donde interrogaban a los guardaespaldas que habíamos dejado.
Con ellos, estaban Hyun y Jon, pues él tenía el día libre, y por ello, no se había quedado con Anya, y me imaginó, que debe estar muy molesto de lo que ha ocurrido, pues mira con cara de pocos amigos a esos guardaespaldas, que parecen quererse encoger en el sofá.