Taehyung.
–Taehyung… Taehyung –me llamó una voz, reconociéndola como la de Hoseok.
Abrí un poco los ojos, y cuando me acostumbré a la luz, lo pude ver inclinado hacia mí, mirándome con fijeza.
–¿H-Hyung? –susurré con la voz ronca.
–Buenos días. ¿Qué tal te fue durmiendo en el sofá? –preguntó curioso, dándome una sonrisa traviesa.
Al principio, no entendí mucho su pregunta, pero cuando miré a mi alrededor, lo hice. Estaba sentado en el sofá individual, de seguro me quedé dormido aquí ayer en la noche, luego de llegar del hospital. Se supone que sólo iba a descansar un poco, pero parece, que me quedé profundamente dormido.
Me incorporó un poco, estirándome hacia el frente. Cada parte de mi cuerpo duele, pero el dolor más persistente y constante, está en mi espalda baja y cuello, como si varias agujas me picarán al mismo tiempo. Me quejó un poco, dejándome caer de nuevo en el sillón.
–Ni siquiera me había dado cuenta de que me había quedado dormido –respondí a la pregunta de Hobi, masajeando un poco mi cuello
–Eso parece. Ve a darte una ducha y ven a desayunar, Jin dejó el desayuno hecho antes de irse con Kate, para ver a Jimin y Yoongi, que se quedaron ayer en el hospital.
–De acuerdo –accedí, levantándome por completo del sofá, estirando mis brazos –. ¿No hay ninguna noticia nueva?
–Pues Jimin acababa de llamar, diciendo que existe la posibilidad de que a Rosie se le dé de alta esta tarde, si su examen sale limpió de la droga para dormir que le pusieron.
–Esa es una muy buena noticia, luego de todas las que hemos tenido.
–Sí, como un cálido y resplandeciente rayo de sol –murmuró con una sonrisa –. Anda, ve a ducharte, o Namjoon se acabará toda la comida –me apresuró.
Asentí ante su petición, caminando a mi habitación. Lancé la chaqueta que tenía puesta a la cama, y mientras me desvestía, busqué con rapidez algo cómodo para usar, en lo que desayunaba con los chicos. Mientras me duchaba con agua tibia, pensaba en lo afortunado que es el hecho de que los medios aún no se enteraran de nada.
Pudimos disfrazar el asunto del secuestro de Any y Rosie, diciendo que tal vez querían robar su casa. Por supuesto, que vamos a hacer que Any cambié de casa, de ningún modo, vamos a dejar que se quedé en un lugar tan inseguro como ese. La razón principal por la que no queremos que los medios se enteren, es que no queremos un gran escándalo, sobre todo, porque no es una situación nuestra, es de Mery y su familia.
Salí del baño, sacudiendo y secando mi cabello con una toalla, colocándome una playera blanca y unos pantalones deportivos, para ir al comedor, donde Namjoon y Hoseok estaban desayunando.
–Buenos días, Tae. Ni siquiera te vi cuando llegaste –saludó Namjoon al verme.
–Me quedé dormido en el sofá, por eso no me viste –respondí, tomando asiento a su lado.
–Tranquilo, no hay problema. Por cierto, ya sé la buena noticia de la mañana. Es algo grandioso que Rosie pueda salir, y que no haya tenido ninguna lesión de gravedad.
–Lo es, me siento realmente aliviado de que ella esté bien.
–Y así como tenemos buenas noticias de Rosie, las tendremos de Meredith, no pierdas la fe –confirmó Hoseok con una sonrisa llena de esperanza, asintiendo con seguridad.
–¿Y Anya y JungKook? –pregunté, tomando una cucharada de sopa.
–Aún siguen en la habitación, o eso fue lo que supe, cuando les avisé del desayuno –dijo Hoseok.
–¿Y qué tal le fue a Anya tomando los calmantes? –pregunté, al recordar la poca tolerancia que Anya parece tener a los medicamentos.
–Parecía que estaba ebria, fue divertido verla –contestó Namjoon, riendo al recordar el momento, supongo –. No pasaron ni diez minutos y comenzó a decir incoherencias. Nos dio un monologo muy divertido sobre cómo no debemos cortarnos solos el cabello, ya que ella una vez intento hacerlo y le quedó horrible, según sus palabras.
–Nos dio una descripción muy gráfica de cómo quedó, si su memoria no falla, quedó muy feo –comentó Hoseok, riendo ante el recuerdo –. JungKook parecía que iba a ahogarse de lo mucho que estaba riendo, y cuando creímos que no iba a ir más lejos, Anya comenzó a llorar.
–¿Estás jugando? Anya no llora tan fácil, y todos sabemos eso –mencioné incrédulo.
Cuando nosotros hemos llorado, ella nunca lo hace, de hecho, a veces ríe un poco, porque dice que encuentra incomodo ver a una persona llorar, y se ríe ante el nerviosismo de no saber qué hacer.
–Lo hizo, lo grabé incluso, porque es un momento épico e histórico –respondió Hobi.
–¿Y por qué comenzó a llorar?
–Porque recordó el momento en que sus hermanos ahorcaron a su jirafa de peluche. Lo llamó Señor Jirafa, y dijo que sus hermanos eran unos asesinos, por haberlo colgado con una agujeta en el marco de su puerta. Estaba llorando como no tenías ni idea, y nosotros íbamos a acompañarla, pero a llorar de risa –narró Namjoon, riendo con algunas partes.
–No puedo creerlo –confesé, riendo ante las ocurrencias de Anya.
–Al final, JungKook la llevó a su habitación a que durmiera un poco, porque después, se le bajó toda la hiperactividad, y de seguro le dio fuerte, porque no han salido –señaló Hoseok, tomando un poco de fruta.
–Y sólo fue porque tomó un calmante. No me quiero ni imaginar cómo sería estando ebria –compartió Namjoon.
–Pues no les voy a dar el gusto de hacérselos ver –dijo la voz de Anya, sobresaltándome un poco, girando a verla.
–Anya, eres la viva imagen de la resaca –comentó Hoseok, y tenía razón.
Su cabello que normalmente es lacio, ahora estaba muy alborotado, sus ojos estaban hinchados y algo rojizos y su piel algo pálida e hinchada. No se veía fea, pero si era un aspecto que nunca vimos de ella, se veía muy graciosa.
–No sé si de la resaca, pero sí de la dignidad perdida. Me duele mi dignidad y orgullo –confesó, poniendo una mano en su corazón.