Detrás de Cámaras

Capítulo 37. Las piezas vuelven a su lugar. Parte 2.

Meredith.

–¿Y? ¿Cómo me veo? –pregunté cuando salí de la habitación.

Decidí usar un bonito vestido liso color negro, ajustado con una abertura en la espalda, y su falda entubada me llegaba tres dedos arriba de la rodilla. Lo combiné con unas medias oscuras y zapatos de tacón del mismo color. Mi único accesorio eran unos aretes dorados, mi collar y la pulsera que Tae me regaló.

–Te ves genial, como una CEO de verdad –opinó Anya, guiñándome un ojo.

–Es verdad, te ves muy profesional –le siguió Farijh con una sonrisa dulce.

–¿Lo ves? Te dije que era buena idea tener este tipo de ropa formal en tu armario –recordó Young Mí, alzando el pulgar –. Me gusta como recogiste su cabello y la maquillaste de manera ligera, esta vez, te luciste Kate.

–Muchas gracias, aunque internet me ayudó bastante –contestó la mencionada, haciendo una leve reverencia.

–Entonces, ¿sólo vamos a ir nosotras? –cuestionó Farijh.

–Chung Hee y Hyun van, al igual que Michael y Lucy, sólo que los veremos allá –respondió Young Mi.

–Si tu pregunta va más hacia un “¿Jimin irá?” la respuesta es un no, tenían una entrevista a la cual asistir –comentó Anya mirando sus uñas, pero con un ligero brillo de burla en sus ojos.

–Y-yo no iba a preguntar eso –se defendió Farijh, completamente sonrojada.

Balerina, no intentes engañarme, no va a funcionar.

–Déjala en paz, Anya, no juegues con sus sentimientos –le pidió Kate, con las manos en la cintura.

–Sólo lo voy a hacer, porque soy buena –aceptó ella, haciendo que Kate negará con su cabeza.

–¿Cómo te sientes? –preguntó Young Mí, ignorando la conversación de las chicas, cuando se acercó a mí.

–Algo nerviosa, siento que entró a un mundo nuevo –confesé.

–Lo es, pero tú podrás superarlo y avanzar por él, no estás sola.

–Nunca lo estuve, ahora me doy cuenta de ello. Gracias por tu infinito apoyo, Young Mi.

–Para eso estamos las amigas, aunque dos de ellas les encanta discutir como niñas de cinco años –respondió, haciéndome reír.

Observé la escena con calma. Como casi siempre, Anya y Kate discuten. Anya provoca a Kate por diversión, y como a la segunda no le gusta quedarse callada, surgen las discusiones. Su personalidad es muy parecida, sólo que Kate es mucho más dulce con sus modos y palabras que Anya.

Todos sabemos que las discusiones que tienen nunca son nada grave, creo que es una manera extraña de mostrar cuanto se agradan. Puede decirse que Kate es lo positivo, y Anya lo negativo, como una especie de ángel y diablillo en tu cabeza.

Farijh, por el contrario, es una silenciosa espectadora, y aun cuando son pocas las veces en que interviene en la conversación, todos sabemos que, si se trata de consuelo o palabras muy dulces, ella es la indicada, pues tiene un aura llena de ternura y empatía.

Me divierte ver como Young Mi trata de poner algo de orden, como una especie de mamá oso, supongo que es por ser la mayor del grupo. Sonrió ampliamente, porque parece que el destino me ha dado amigas leales, confiables y sinceras, con quienes puedo reír y llorar, personas con las que contaré siempre.

Se supone que Rosie nos acompañaría, pero ella prefirió quedarse con nana, viendo varias películas infantiles. Tocaron la puerta, fue uno de los guardaespaldas, diciéndonos que era tiempo de irnos. Tomamos nuestras cosas, y mientras Young Mi seguía reprendiendo a Kate y Anya, yo me fui con Farijh.

–¿Qué tal te ha ido en la escuela? –pregunté con interés, recordando que ella seguía estudiando.

–Todo bien, he entregado todos mis proyectos a tiempo, así que no hay complicaciones, lograré graduarme en seis meses.

–Eso es muy bueno, te felicito por ello. ¿Cómo han estado tus padres?

–Bien, viajando de un lado a otro, como siempre.

–Algo así. Parece que han encontrado algo de interés por allá, porque no tienen planes de regresar antes.

–Sí, es muy probable –murmuré, colocando una mano en su hombro, haciendo que ella se encogiera, soltando un leve quejido –. ¿Estás bien? –pregunté preocupada.

–Sí, es que me duele un poco el hombro.

–¿Ya fuiste a ver al médico? ¿Cómo te lastimaste?

–No fue nada grave, sólo un leve rasguño por estar distraída –contestó apresurada.

Me sentía confundida de su respuesta tan rápida, como si ya estuviera ensayada. Me preguntó si intenta escondernos algo, pero es difícil saberlo, no es de las que hablen mucho. Entré a la camioneta, pensando en ella y en otra persona con la que tenía que hablar, así que le mande un mensaje, citándola luego de la ceremonia, para así, aclarar los asuntos en común.

Al llegar a la sala donde se haría el anuncio, noté que había algunas cámaras esperando en la entrada. Al salir de la camioneta, ignoré de manera experta sus preguntas, pero Farijh parecía algo tensa entre tantos flashes y ruidos. Por fortuna, Kate fue con ella, tranquilizándola y acompañándola hasta que entramos.




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