Parte 2

Dos semanas después del accidente... 

Pasaron dos semanas después de lo ocurrido, hasta que por fin desperté. Mis padres estaban allí, junto conmigo en un cuarto del hospital central. 

Cuando desperté, vi a mi madre dormida con los brazos recostados a la cama en la que yo  me encontraba. También vi a mi padre de la misma forma en una silla que estaba enfrente de la cama. Y cuando me quise dirigir a ellos, algo me lo impidió. 

No era nada malo en mi cuerpo, ni mucho menos que yo hubiera perdido el habla o algo similar, era otra cosa, pero no se muy que era. Y solo me quede allí viéndolos dormir tranquilamente. 

Después de unos minutos ellos despertaron.  Y con una sonrisa en el rostro se dirigieron a mí. 

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─Hija mía que bueno que estés bien. Estábamos tan preocupados por ti─exclamaba mi madre con lágrimas en los ojos.

No sabíamos que había ocurrido cuando nos llamaron del colegio y tu maestra nos dijo que habías sufrido un grave accidente y que fuéramos inmediatamente al hospital.

Cuando llegamos, el doctor aun te estaba revisando y justo en ese momento nos encontramos con tu maestra quien nos comento que te había caído una maceta desde lo alto de la azotea del colegio, pero que no se sabía si hay algún responsable de ello o solo fue un accidente por causa de la falta de mantenimiento que le falta al colegio.

Después de eso, el doctor salió y nos dijo que habías sufrido una lesión en la cabeza y que el golpe podría traer consecuencias graves y que tendríamos que cuidar bien de ti, Misha, mi pequeña niña.

Desde entonces haz permanecido inconsciente durante dos semanas y tu padre y yo hemos estado acompañándote aquí.   

─¿Una maceta?¿Cuándo me cayó esa maceta?¿Porque pasó eso?  

No logro recordar nada de eso, mamá─expresaba asustada en mi confusión.

Mi madre asustada por lo que acababa de decir solo dijo─no te preocupes mi niña. Ya todo está bien, no te asustes, tu papá y mamá ya están aquí. 

Después de escuchar esas palabras me quede dormida mientras ellos me abrazaban.

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Cuatro días después me dieron de alta, y mis padres me llevaron a casa. 

Pasé los mejores días de vida después de tanto tiempo. Mis padres estaban conmigo, se preocupaban por mí y con ese tiempo también tuve la oportunidad de conocer y tomar un gran cariño a Brayan, mi hermanito pequeño. 

Descubrí que mis padres no eran malos conmigo, sino que le brindaban más cuidados a Brayan porque era muy pequeño y no podía hacer las cosas por sí solo.

Él era distinto a mí, porque yo podía hacer mis propias cosas, comer, jugar, vestirme y más...pero él necesitaba protección y asistencia. 

Esos pocos días que pasaron fueron tan largos ante mis ojos. Tan largos y tan preciados. [...] Como extraño esos días en los que todavía era yo.

Y no está persona desconocida y peligrosa, ante los ojos de todo el mundo. 

...

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