Detrás de la oscuridad

Capítulo 33 Juego

Beverly Calvert

Estoy recostada una vez más en mi cama. Estos últimos días es el lugar en el que más he estado.

No sé qué hacer, no importa lo que haga ellos siempre van a ir delante mío.

¿Cómo voy a vencerlos sola? No puedo.

Mateo los odia, tal vez si le cuento toda la verdad me quiera ayudar, pero eso significa ponerlo en peligro a él y seguramente a todos sus amigos. No puedo hacerle eso, yo lo quiero a pesar de todo.

Tal vez lo mejor es dejarlos en paz.

Lo siento Lea, pero no puedo contra ellos. Son demasiado listos y tienen planeado todo. Sabían que iría por ellos y están esperando mi siguiente ataque.

Saben que son mejores que yo. ¿Por qué retarme? El mismo dijo que le gusta este juego, no estoy complicándole la vida, tan solo se están divirtiendo con lo que hago.

Los dejare esperando, no puedo contra ellos.

Maldigo el día en que llegaron a Lein, ¿No podían dejarme vivir en paz? Yo tenía una vida normal hasta que ellos llegaron. Tenía amigos que me respaldaban en todo, tenía a mi increíble novio a mi increíble madre, ¿Por qué tuvieron que venir?

Tal vez el error lo cometí yo al acercarme a ellos. ¿Por qué lo hice?

Es que algo me atraía a él. Desde que lo vi por primera vez y cruce mirada pude sentir una sensación rara, algo que me decía que me debía de acercar a él, algo que me decía que lo conocía. ¿Han sentido el alivio de encontrar algo después de buscarlo mucho tiempo? Pues así fue como me sentí cuando lo vi.

Sabía que lo que ellos hacían estaba mal, pero no me importo porque me sentía bien de estar con ellos. Estaba mal, pero se sentía bien.

¿Qué fue lo que me paso cuando lo conocí? ¿Por qué confié tan ciegamente en ellos? ¿Por qué me quieren hundir?

No tengo respuestas para nada.

Solo quiero descansar y regresar a antes de conocerlo, regresar unos meses atrás.

Cierro los ojos e intento regresar al momento antes de que todo se fuera a la mierda.

—Erly— escucho que me llaman, pero me niego a abrir los ojos— Venga ya despierta.

— ¿Qué quieres?

— Quiero que despiertes ahora mismo.

— Deja de darme ordenes, Col— abro los ojos y lo miro— ¿Cómo entraste?

— Tengo mis métodos— me dice con una sonrisa.

— ¿Qué haces aquí?

— Necesito que vengas conmigo a un lugar—miro el reloj y es de madrugada— Es la hora perfecta, nadie nos vera— asegura.

— Deja me cambio.

— Te espero afuera.

Sale por a ventana y yo me cambio de ropa, varias veces me ha sacado de mi casa por la madruga y desde la primera vez me especifico que debía vestir de negro, así que eso hago.

Salgo de la casa y el me toma de la mano para comenzar a caminar. Últimamente me pide vernos solo nosotros dos, sin los demás y la verdad es que lo disfruto mucho.

— ¿A dónde vamos?

— A las afueras— responde tranquilo y me detengo haciendo que el también lo haga— ¿Qué pasa?

— Sabes que nunca he ido tan lejos.

— Pues hoy será el día en que lo hagas— me sonríe— No pasará nada, realmente no vas a salir de pueblo así que todo estará bien. Además, vienes conmigo.

— ¿Y tú eres de ayuda? — bromeo comenzando a caminar.

— Por supuesto que soy de ayuda, pero últimamente comienzo a pensar que tu eres mejor que yo.

— Es lo soy— aseguro y me sonríe— Soy mucho mejor que tú, Col.

— No lo dudo ni un poco.

Seguimos caminando hasta llegar a un pequeño campo, tiene muy pocas flores, pero el césped es demasiado ver y lo mantienen bien cuidado ya que dicen que es la primera impresión de nuestro pueblo.

Hace que me siente y el comienza a sacar algunas chucherías de la mochila que cargaba.

— ¿A qué se debe esta cita, Col? — ríe y se queda callado— ¿Te quedaste mudo? — Asiente— Vamos Col dime— niega— Por favor— le hago un puchero y sonríe.

— No es una cita— es lo único que dice.

— ¿Entonces que es?

— Solo una salida.

— Para mi es una cita.

— Tómalo como quieras— sin poder evitarlo sonrió.

— Vaya pude tener una cita con el gran Col Órbon— niega y ríe.

— ¿Cómo lo estas llevando?

— ¿Qué cosa?

— Toda la mierda que estas viviendo— no entiendo de que me habla— Ya sabes, el querer ser mejor que nosotros y todo eso— ¿Qué? ¿De que habla?

Y fue como si todo regresara a mi nuevamente.

Lea.

La carta.

Ellos.

— ¿Todo bien? — pregunta al notar mi silencio— No lo habías notado, ¿Verdad?

— ¿Estoy soñando?

— No lo sé— él siempre lo sabe.

— Mataron a Lea.

— ¿Lo hicimos?

— ¿Qué es lo que quieren?

— Recuperar a nuestra reina— lo miro confundido— Hoy no tuviste una cita con Col Órbon— me mira— Hoy tuviste una cita con Collen Blythe.

— ¿Por qué yo, Col? ¿Por qué arruinarme a mí?

— Es hora de despertar, Beverly— niego— Despierta.  

Y entonces abro los ojos.

Me encuentro en mi habitación.

¿Fue un sueño?

Se sintió demasiado real.

Me levanto de la cama intentando saber que fue lo que paso y me doy cuenta que estoy vestida de negro. Entra una corriente de aire y al mirar la ventana me doy cuenta que está abierta. Me dirijo hasta esta para cerrarla, pero antes de hacerlo lo veo.

Esta afuera de su casa, también este vestido de negro y esta viendo hacia mi dirección. Noto una pequeña sonrisa en su rostro y después me da la espalda para entrar a su casa.

Fue real.

El estuvo aquí.

Me engaño una vez más.

Jugó con mi mente una vez más.



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En el texto hay: misterio, asesinos, reinado

Editado: 07.03.2022

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