Septiembre 1992
Han pasado varios días que no he escrito nada porque no me pasa nada interesante. He olvidado el ridículo sentimiento por la gallina que vi morir. Por momentos estos raros sentimientos se apasiguan, encontrándome con la realidad veo las cosas tal y como son. Cada vez me persuado de que esto es algo quimérico, nadie más que yo puede percibir el entorno de tal forma.
Debo socializar, por ende acepte la invitación de las cuatro personas consideradas amigos. Ellos son tan iguales y a la vez cada cual está ocupado con su propia existencia no necesitan un sostén, al juntarnos son elementos esenciales para ellos y para mí, pero siento que no son mis amigos porque nunca les pregunto lo que hacen o lo que les gusta. Necesito de ellos porque llenan un espacio de soledad que tiene que ser llenado. Ahora por primera vez me invitan a sus salidas, siendo ignorado esta bien, en cambio necesito hacer amigos tengo que comportarme como el resto.
A Enmanuel le gusta conducir muy rápido. Ayer que fuimos de paseo todos gritaban y reían cuando el acelero y yo pensaba que quizás si Enmanuel hubiese perdido el control estaría empaquetado con mi torpe cuerpo gélido y ya no sufriría como ahora lo hago. Desde luego la caja donde me enterrarian sería color aceituna.
Descubri la verdad de las cosas y por eso estos pensamientos me dan vueltas. Me aquejo de todo, la tristeza se mudo a mi lado y nadie se ha dado cuenta."Si te mandara a un colegio militar haya te harían hombre" es lo único que tal vez recuedo de mi padre incluso su cara se me confunde. Nunca le conteste nada a mi padre, varias veces me vio llorar y encerrarme largas horas en mi cuarto. Soportaba las visitas ya que él siempre me obligaba y yo observa a la visita y no podía evitar pensar "No tienen razón por la cual vivir y quizás mañana estén muertos" y yo nunca me di cuenta que eso era un reflejo mío y no propio de ellos.
Los odio a todos y les soy indiferente. Mi hermano mayor Marko es bruto y vago, mamá es hipócrita e infiel y mi padre es algo que todavía ni alcanzo a comprender. Cometieron un error al enviarme a vivir con esta gente. No salgo con nadie y todos se me hacen tan ajenos a mí. Las largas horas en mi cuarto prevalecen cada día. Lo que me puso peor fue saber que Marko es más importante para ellos y yo soy diferente de él. Marko es bonito, popular... Tiene caracteriscas que a veces quisiera que yo quiero tener. Yo pasaría a un segundo plano y mi hermano Marko va primero.
No pertenezco a ningún lado, no soy de ninguna parte. Mi mundo esta lejos de aquí y el de ellos está ahí afuera comportándose en patrones exactos siguiendo a los demás sin asumir su propia carga de existencia. Jamás seré como Marko o como mis compañeros, mucho menos me paresco a mí mismo porque no soy nadie, ni siquiera pienso en mí o me ocupo de lo quiero. Nada tiene sentido. Es innecesario continuar cuando no quieres estar en un lugar así.