Detrás de la Sombra

3

Mis ojos fueron encandilados por la luz del sol, sentía la tensión del cuello esparcirse por toda mi espalda. El auto se movía de manera exagerada, Halsey que esta sobre mi miraba hacia ambas ventanillas.

No podía reconocer aquel lugar, el camino no estaba casi marcado y ese era el motivo porque el automóvil se movía de un lado a otro.

Observe a mis hermanos que poco a poco iban despertando.

—¡Auch! —Nash que iba con la cabeza apoyada contra la ventanilla soltó un quejido.

Estábamos rodeados de lo que parecía ser un bosque, observe a papa que miraba fijamente hacia el frente.

—¿Dónde estamos? —pregunto Shery refregando uno de sus ojos.

Mire otra vez a mis padres esperando una respuesta de su parte pero ninguno de los dos dijo una sola palabra.

Sentía aun la pesadez sobre mis ojos nunca había dormido de aquella manera.

<< ¿A dónde vamos? >>

Hasta que de repente el auto se detuvo, observe a Nash que también tenía la misma expresión que yo de confusión.

—Ayúdenme a bajar las cosas —dijo papá rápidamente.

Nos bajamos del auto y en frente nuestro apareció una gran casa. Aquella casa no parecía ser una vivienda normal, ese sitio era parecido a una casa abandonada.

Por fuera se veía demasiado fea, no había ninguna ventana solo una puerta de madera.

Papá abrió la cajuela y bajo las maletas, mamá posaba la mano en su cintura y miraba la casa poco convencida.

—¿Mamá? —pregunte acercándome a ella.

Ella se volteo hacia mí y sonrío aunque sus ojos la delataban había algo que no la convencía por completo.

Avanzamos hacia la casa, las maderas del viejo porche crujían, como si hubieran estado ahí por muchos años.

Papá se adelantó y saco una llave de su bolsillo, la puerta era demasiado pesada y a la vez parecía tener un alto grosor.

El reflejo de la luz fue lo que alumbro aquel lugar, el olor a polvo se percibía en el ambiente.

—Marc… —dijo mamá acercándose a papá.

El ni siquiera la observo solo dejo unas maletas en el suelo y tomo el bolso que mama traía en su mano. De allí saco unas velas y encendedor.

—Nil tranquila cariño —él se acercó hacia ella y deposito un beso sobre su frente— confía en mi ¿Si?

—Entren niños —dijo mama mirándonos con una sonrisa.

Mire a mama con una débil sonrisa y luego a mis hermanos.

—Papi tengo miedo —Shery se acercó a papa.

El con la vela en mano se introdujo más en aquel lugar oscuro, una vieja sala de estar que solo tenía un sofá y una mesa con seis sillas al alrededor.

—Vamos hijos —mamá poso una mano sobre mi hombro al ver que yo seguía parada en el umbral de la puerta.

Nash miro con una sonrisa a mama y siguió a papa.

—Al menos podremos salir a jugar aquí afuera —comento Jaren mirando el gran bosque que nos rodeaba.

—No quiero entrar ahí Callie —dijo Halsey tomando mi mano.

—Solo serán unos días —dije tratando de mostrar más entusiasmo.

Mis pequeños hermanos tomaron las manos de mama, papa había prendido otra vela que alumbraba lo que era la cocina.

En un rincón de aquella sala había un fregadero antiguo, al lado una vieja cocina, y una pequeña mesa. Sobre ellas estaban unas viejas repisas de madera.

Él le extendió la vela a mama y volvió a salir de la casa para entrar las maletas.

—Arriba están las habitaciones —dijo el entrando con unas cajas.

Todos seguimos a mama que se dirigió a aquella estrecha escalera de maderas que con cada paso que dábamos estas crujían.

En frente de nosotros apareció un pasillo también completamente oscuro.

—Aquí están sus cuartos—dijo papá pasando por nuestro lado con las maletas.

Sin decir mucho caminamos por ese pasillo hasta llegar al final donde se encontraba el cuarto de baño, un viejo lavamanos con un espejo, al igual que la vieja bañera.

A cada lado del baño estaban enfrentadas las dos habitaciones.

En una había dos camas de dos plazas y en la otra y una cama de dos plazas que parecía más amplia de lo normal.

Entre a la habitación que tenia la gran cama y junto conmigo entraron Nash y Jaren.

—¡Nosotras dormiremos aquí! —exclamo Shery tirando sus cosas sobre la cama.

—¡Oh no! ¡Eso es injusto! —exclamó Jaren.

—Niños ustedes dormirán en la otra habitación —dijo mamá con una sonrisa— Varek puedes compartir con Hunter.

Halsey se acerco hacia su mellizo para tomar su mano.

—¿O sea que no compartiremos habitación mami? —pregunto Halsey con tristeza.

—Sera por unos días mi pequeña —mamá deposito un beso sobre su cabeza.

Al menos dormiría cómoda ya que mis hermanas no ocupaban demasiado lugar.

Recorrí con la mirada aquella habitación a un lado se encontraba un viejo armario de madera, a cada lado de la cama estaban las mesitas de noche pero no tenían ningún velador.

Y en una esquina de aquella habitación estaba un espejo.

<<No hay ventanas >>

Aquel pensamiento hizo erizar los vellos de mis brazos, la oscuridad de aquel lugar era demasiado.

—Terminen de acomodar sus cosas —dijo ella dejando dos velas en cada habitación.

Ella se alejó dejándonos solos.

—Pensé que iríamos a un lugar mejor —comento Jaren abriendo su maleta.

—No te quejes solo serán unos días —respondió Nash que también trataba de disimular sobre aquel lugar.

¿Cómo haríamos si no había electricidad en aquel sitio?

Sali del cuarto y junto conmigo salieron mis hermanas.

—No nos dejes solas allí Callie —dijo Halsey apretando mi mano.

Las mire con una sonrisa y también tome la mano de Shery que también trataba de disimular su miedo.

Las tres bajamos las escaleras con cuidado.

—¡No hay electricidad aquí Marc! —dijo mama mientras sacaba algunos utensilios de cocina de una de las cajas.



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En el texto hay: hermanos, muerte misterio, miedo enojo y culpa

Editado: 04.01.2024

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