Detrás de la Sombra

5

Abrí mis ojos lentamente encontrándome con la luz de la vela alumbrando aquella habitación.

Era extraño no encontrarse con los rayos de sol directo en el rostro.

Tome uno de los porta velas que era bastante extraño ya que no tenían una vela de cera dentro.

Entre al baño y a un lado había un pequeño fuentón con agua tibia moje mi rostro y me observe en el espejo.

—¡Es hora de levantarse! —exclamo la dulce voz de mamá desde la primera planta de la casa.

Camine hasta el pasillo y baje las escaleras que crujían con cada paso.

—Buenos días cariño —saludo mamá mirándome con una sonrisa.

Mire hacia la mesa que estaba repleta de bocadillos y en el centro estaba la jarra donde mama siempre servía el chocolate caliente.

—¿Por qué no me despertaste? Podría haberte ayudado… —dije acercándome a ella.

Las dos miramos hacia las escaleras donde bajaban mis hermanos a paso apuera, con un Nash que llevaba entre sus manos el porta vela y a su alrededor los pequeños que lo abrazaban.

—¡Callie! ¿por qué nos dejaste solas? —exclamo Halsey que fruncia el ceño.

—¡Buenos días mis hermosos bebes! —dijo mama mirando a todos con una sonrisa.

Todos tomaron asiento en sus sillas cada uno con sus respectivas tasas, los mellizos aun usaban de plástico y con pequeños picos, Varek en una taza de plástico y los demás en tazas normales.

—¡Es el pie de la Sra. Flikins! —dijo Varek sonriente señalando el pie de frambuesa.

Mire a mama que estaba colgando un calendario y sobre este también había un reloj.

—Esta delicioso este chocolate mama —hablo Shery que tenía toda su boca con una línea de chocolate.

Mama la miro con una sonrisa y se acercó a ella para limpiar su rostro con una servilleta.

—¿Hoy ya vendrá papa? —pregunto Nash que miraba expectante a nuestra madre.

Ella lo miro con una sonrisa y tomo asiento en la silla que quedaba libre.

—¡Ya quiero que aparezca papa para que salgamos a buscar conejos! —hablo Hunter sonriente.

Volví a mirar todo a nuestro alrededor y mama había acomodado la cocina, sobre los sofás habían unos almohadones con unas mantas tal como teníamos en casa.

—Necesito que me ayuden a llevar esas cajas —dijo ella señalando a la pila de cajas que había a un lado.

Terminamos de desayunar y mama saco un manojo de llave de uno de los bolsillos de su vestido.

—¿De dónde son esas llaves? —pregunte con curiosidad.

—Del sótano y de las habitaciones —ella tomo un porta vela en sus manos y Nash y yo la seguimos.

A un lado de la cocina había un pequeño pasillo que a un lado tenía una puerta y del otro solo era pared.

—Tengan cuidado con las escaleras —dijo al abrir la puerta.

El olor a madera mezclado con humedad y tierra mojada inundo mis fosas nasales.

Bajamos las escaleras con las cajas en nuestras manos, la temperatura de aquel lugar era menor que a la del resto de la casa. Y para la estación en la que nos encontrábamos no era habitual ese frio.

Mama se acercó a la mesa de madera que había a un lado y dejo la caja de color blanco.

—Alla está el grifo para sacar agua cuando no suba a la grifería —dijo ella señalando al objeto de metal que se encontraba del otro lado del sótano.

Nuestra madre tomo la caja de color blanco y la abrió.

—Aquí dejaremos las cosas para que conserven el frio —adentro había unos quesos y mantequilla, un poco de carne y huevos.

Volvimos a subir para seguir bajando las cajas, ya habíamos subido y bajado cuatro veces.

Mama tomo asiento en una de las sillas y Nash hizo lo mismo, estaba a punto de sentarme cuando vi la última caja.

—Queda una caja —dije mirando a Nash que solo me miro.

—Lleve más cajas que tu Callie —solté un suspiro y tome la caja entre mis manos.

Baje las escaleras del sótano y me percate que la lamparilla que estaba sobre la mesa poco a poco se iba apagando.

Camine rápidamente hacia las escaleras y me gire al ver que ya no había luz.

De repente mis ojos otra vez tenían que adaptarse a la oscuridad, hasta que sentí como si otra persona estuviese allí presente.

<<Es parte de tu imaginación Callie>>

Hasta que el sonido de alguien respirando me hizo reaccionar.

—¡Mama! —subí las escaleras con rapidez y tropecé en el último escalón.

—¡Callie! Cariño ¿Qué sucedió? —mama apareció mirándome con preocupación.

Volví mi mirada hacia el sótano pero solo se veía oscuridad.

—Yo sentí… —dije mirando dudosa hacia el sótano.

—¿Por qué gritaste así Callie? —Nash me miro con el ceño fruncido.

—¿Qué ocurrió mami? —pregunto Varek apareciendo junto a los mellizos.

Mama extendió una de sus manos y me puse de pie.

—Yo creí sentir algo —dije mirándola.

Ella paso uno de sus brazos por mis hombros y me miro con una débil sonrisa.

—No digas esas cosas en frente de los niños —dijo Nash con molestia— ya no eres una niña pequeña.

—Es normal hija estamos rodeados de oscuridad —ella me miro y acaricio mi mejilla— solo será hasta que se acostumbren.

—Pero había algo —dije bajando mi cabeza.

Estaba segura que había algo ahí pero tampoco podía decir que yo creía en los fantasma.

—Ya deja de decir esas idioteces Callie —volvió a reprocharme Nash.

Mire a mi hermano con enojo el no tenía derecho a tratarme de mentirosa.

—Eres un mendigo Nash —dije pasando por su lado golpeando mi hombro con su brazo.

—Nash no puedes tratar así a tu hermana —escuche decir a mama a mis espaldas.

Me dirigí hacia el sofá y mis pequeños hermanitos se acercaron a mi.

—¿Viste un fantasma Callie? —pregunto Varek que tenía sus ojos llorosos.

Relaje el ceño al ver sus rostros todos preocupados, a pesar de que Nash era un imbécil tenía razón lo que menos quería generar en mis hermanos era el miedo.



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En el texto hay: hermanos, muerte misterio, miedo enojo y culpa

Editado: 04.01.2024

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