Detrás de la Sombra

7

Otra vez me encontraba con la oscuridad debía ser de día fue lo primero que pensé.

Con mis manos me acerqué el mueble de madera que teníamos en la habitación y encendí aquel viejo porta velas.

Baje las escaleras y todo se encontraba en silencio.

¿Mamá no se había despertado?

Entre en la cocina y mis ojos fueron al reloj, si ya era de día y prácticamente había pasado la hora del desayuno.

Empecé a preparar el desayuno tal y como lo hacía mama.

Subí las escaleras y entre al cuarto.

—¿Callie? —me acerque a Shery que tenía sus ojos llorosos.

—¿Qué sucede? —ella me miro y luego observo la vela que había dejado encendida en la mesa de noche.

—Solo tuve un mal sueño —mi hermanita era demasiado silenciosa pero siempre me había esforzado por intentar que ella confiara en mi.

—¿Estas segura? —Shery solo asintió.

Sali de la habitación y vi salir a Nash, pasé por su lado sin decir una palabra.

Todos mis hermanitos aparecieron con una sonrisa en su rostro.

—Buenos días —dije mirándolos con una sonrisa.

—¿Dónde está mamá? —pregunto Jaren seriamente— hoy vendrá papa iré a preguntarle a mamá.

—¡No! Mama está bien… —mire a Nash y luego mire hacia el calendario.

Me acerque más y observe que estaba marcado un día particular.

—¿Tu marcaste eso? —pregunto Nash a mi lado.

Negue con mi cabeza y me senté en el lugar de mamá.

—¡Quiero el chocolate que prepara mamá! —exclamo Hunter.

—Es lo que hay —me puse de pie para preparar la taza para mama.

—¿Qué haces? —pregunto Nash de pie a mi lado.

—Le llevare un té a mama —abrí el grifo y me percate que no salía agua— iré a buscar agua.

Tomé el porta vela que utilizaba mama y me dirigí hacia el sótano. Y fui directo hacia la caja blanca donde estaban las cosas que debían conservarse en frio.

—Ya no queda leche —dijo una voz a mi lado haciéndome sobresaltar.

—¿Qué haces? —dije frunciendo el ceño.

Me acerque hacia el grifo antiguo y lo analice por un segundo al ver que tenía forma de palanca.

—Deja que te ayude —Nash se acercó hacia donde yo estaba.

—Puedo yo sola Nash ahora vete —ni siquiera lo mire y volví a hacer fuerza.

—Lo lamento —mire a Nash incrédula de lo que acababa de escuchar— quería disculparme por lo que sucedió anoche yo… no debí tratarte así.

—Trataste a nuestro hermano como un niño cualquiera.

—Lo sé, se que estuve mal yo solo quiero volver a casa Callie —lo miré y vi que el también estaba tratando de acostumbrarse al sitio.

Pero lo que Nash no sabía era que los planes de nuestros padres eran otros y que el tiempo allí eran de más días.

—Solo quiero que papá aparezca —él se acercó a donde yo estaba e hizo fuerza.

Un chorro de agua empezó a salir, volví a mirarlo dudosa de cómo iba a reaccionar.

—Nash… —el me miro— mama dijo que estaremos aquí dos semanas.

Nash dejo de hacer fuerza y su rostro cambio.

—¿Cómo que dos semanas? —pregunto incrédulo.

—Lo sé yo tampoco entiendo —dije apartando la mirada— también quiero regresar a casa pero mama dijo que serían unas vacaciones quizás que cuando papa regrese podremos salir afuera.

—Eso fue lo que mama dijo —agregó Nash que seguía confundido— son muchos días.

—Pero estoy segura de que papa aparecerá en cualquier momento —dije tratando de mantener el positivismo.

El solo asintió pero aun parecía pensativo, salimos del sótano con el tarro con agua.

El agua caliente ya estaba lista.

—¿No te parece extraño todo esto? —pregunto Nash que había vertido el agua caliente en la taza.

—Si pero son nuestros padres… —el rostro de Nash se relajó.

Hasta que el sonido de la puerta llamo nuestra atención.

—¡Papi! —los más pequeños salieron corriendo hacia él.

Papá traía una caja grande en sus manos, y la dejo en el suelo. Con su mirada recorrió el lugar, todos mis hermanos lo abrazaban.

—¿Y su madre? —pregunto mirándonos a nosotros.

—Esta en el cuarto —dije sorprendida al ver su actitud.

Lo mire por unos segundos pensando en todas la veces que papá regresaba de su trabajo y lo primero que hacía era abrazar y levantar entre sus brazos a mis hermanitos.

Pero estaba distinto, había algo en el que me decía que estaba ocurriendo algo extraño.

<< ¿Por qué no vas corriendo a ver a tu esposa? >>

Aquel pensamiento fue lo primero que vino a mi mente. Como si lo hubiera deseado y el destino me hubiera escuchado el subió las escaleras.

Jaren se acercó hacia la caja y la abrió, y empezó a sacar las cosas que había dentro, juegos de mesas, libros y otros objetos para entretenerse.

Me volví hacia donde estaba la taza de té y con cuidado subí las escaleras, tratando de no tropezarme con nada. Gire por el pasillo y la puerta de la habitación de mamá estaba entreabierta.

—Nil necesitamos más tiempo… a lo sumo dos meses —hablo papá tratando de hablar lo más bajo posible.

—¿¡Dos meses!? —exclamo mamá.

—Vendré todas las semanas… te lo prometo —la voz de papá se notaba nerviosa.

Aprete mis labios tratando de procesar lo que había escuchado.

—¿Tendré aquí al bebe? —preguntó entre llantos mamá.

—Estaré aquí si eso llegase a pasar… confía en mi amor mío… todo saldrá bien…

Retrocedí algunos pasos y choqué contra algo duro, me voltee y Nash estaba enfrente mío su rostro lucia sorprendido el había escuchado lo mismo que yo.

De repente la puerta se abrió de par en par.

—¡Niños! —dijo papá simulando una sonrisa.

No sabía cómo reaccionar porque tampoco entendía nada de lo que estaba pasando.

—¡Jaren ven aquí! —se escuchó desde el primer piso.

Entre a la habitación y dejé la taza, y salí detrás de mi padre y de mi hermano mayor.



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En el texto hay: hermanos, muerte misterio, miedo enojo y culpa

Editado: 04.01.2024

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