Estoy en un bote en el medio de un lago. Cerca de aquí se divisa un bosque muy verde, era algo muy hermoso en realidad. Desde aquí se veían algunos animales. Pero detuve mis pensamientos abruptamente, porque a lo lejos, se ve algo que viene a mi dirección. Sin despegar la vista de lo que sea que viene hacia mí, me acerco a al borde del bote y agudizo lo mejor que puedo mi visión. Abro los ojos como platos al ver lo que se acerca mas y mas al bote. Se trata de muchas manos, estas botan sangre a montones. Pero lo que más me alarma es que todas se aglomeran y por donde ellas pasan el ambiente se pone opaco y un tanto grisáceo. Antes de que pudiera reaccionar escucho un extraño sonido, que creo que proviene de donde estaban los pocos animales que tomaban agua. Al voltear a ver qué sucedía me tape la boca con ambas manos. Los que eran lindos animales ahora parecían zombis, sus ojos estaban completamente negros y su piel tenía sangre por todos lados y por si fuera poco sus ojos estaban puestos en mi. A vista de esto, tomo unos remos que están a los costados de el pequeño y viejo bote y comienzo a remar muy rápido. Pero sin importar lo que haga, sigo en el mismo lugar. Volteo a la dirección en donde vienen las manos y para mi gran sorpresa ya no hay nada, todo está en silencio y al parecer tranquilo. En ese momento una mano sale del agua sin previo aviso y me toma el brazo.
Me levante de la cama sobresaltada y me doy cuenta de que solo fue un simple sueño. Aturdida aun por la pesadilla me levanto de la cama y entro en mi baño para lavarme la cara y peinarme, para así poder desayunar y luego leer un poco. Mientras me peino el cabello me miro en el espejo y me examino. Tengo el cabello rubio, tez clara, casi como la leche, ojos azules y una estatura un poco baja.
Una voz conocida me llama, cosa que hace que detenga mis pensamientos y baje las escaleras con rapidez. Al estar en la planta baja de la casa me encamino hacia el comedor y encuentro a mi padre leyendo un periódico y con una taza con café en una de sus manos. Al parecer aun no se ha percatado de mi presencia, porque sigue en lo suyo. Me muevo con sigilo para que no me vea y al estar detrás suyo grito un sonoro -¡hola papa¡ - el inmediatamente salta en su lugar y poniendo el periódico sobre la mesa exclama - ¡dios, niña¡ uno de esto días me darás un infarto - sonrío divertida y bese su mejilla, para luego ir a la cocina y saludar a Katherin [mi madrastra] y a mi hermana Sam, quienes estaban haciendo el desayuno. Cuando Kat se da cuenta de mi presencia esboza una sonrisa y me abraza maternalmente. La verdad es que ella es una buena mujer. Cuando mi padre nos dijo a Sam y a mí que se volvería a casar me destroce por completo, ya que, nadie iba a parecerse a mama, y mucho menos tomar su lugar. También llegue a pensar que ella iba a ser como la madrastra de la cenicienta, claro que en ese entonces era una niña y leía mucho, siempre imaginaba ese tipo de cosas. En poco tiempo ella se gano el corazón de todos, y no solo era respetada en casa, sino que en todo chicago. Porque ella era considerada una de las mejores abogadas en la ciudad.
Me separe un poco de Kat y la salude - buenos días Kat - Luego vi a mi hermana y me acerque a ella para decir - buenos días Sam - me acerque un poco más y susurre - ¿alguna novedad? - ella rápidamente niega con la cabeza. Suelto un suspiro de derrota y me volteé a ayudar a Kat con el desayuno. Al sentarnos a comer, la mesa se envolvió en un silencio absoluto. Yo le daba miradas a mi hermana para que hablara y ella al instante así lo hizo - papa, sabes que en cinco meses comien..... - Sam fue interrumpida por papa, quien se veía estresado. El suspiró y con voz un poco ¿feliz? hablo - comienzan las clases de verano en Hadwood. Lo sé, hija.... y también se que ustedes dos van a ir y por fin dejaran de fastidiarme - lo que dijo me dejo perpleja. Estaba feliz, muy feliz. Porque nosotras le habíamos insistido desde casi cuatro meses a papa que nos inscribiera allí. Hadwood es uno de los mejores internados de verano de el país. Eso sí, es super costoso, pero papa más que nadie sabe que tengo un promedio muy alto, y que no va a malgastar su dinero por un capricho mío. Mi hermana también es muy buena en la escuela, pero no tanto como yo, que me adelantaron un año, quedando así, en la clase de mi hermana mayor.
Pero no solo por eso estaba tan feliz, sino por el hecho de que ya llevo oficialmente un año sin ver sombras, sin escuchar voces en mi cabeza, sin tener que irme de donde estoy porque me siento observada. Ese tipo de cosas hacían de mi vida un infierno, a pesar de que tenía una feliz familia. Claro que las pesadillas no cesaban, pero era mucho mejor que ver personas ensangrentadas. Y si se preguntan si estoy loca, pues déjenme informarles que no, no lo estoy. Pero desde muy pequeña, o mejor dicho, desde la muerte de mi madre me han pasado cosas sobrenaturales. He visto personas ensangrentadas, niñas corriendo a mi alrededor. Un día vi a mi hermana debajo de su cama, ella susurro mi nombre y después se escondió en lo más profundo de ella. Cansada por su inmadurez me acerque a la cama, me agache y para mi gran sorpresa, no había nada.
Solo una cosa era lo que sentía cuando veía cosas así, o las escuchaba. La palabra es miedo, esa palabra tan repulsiva que provoca que se estremezca todo mi ser. Y aunque no quiera tenerlo, lo tengo.