Capítulo 09.1 ¿Una oportunidad?

LYNN MARIE NICHOLS

Mire el reloj en mi muñeca, faltan 15 minutos para que llegue la hora que Adam había señalado en su carta, estoy nerviosas, miro nuevamente hacia el televisor.

La película parece que se está acabando pero no tengo ni idea de lo que ha ocurrido en ella, siendo sincera, no me he podido concentrar en nada desde hacía más de una hora cuando encontré el sobre en la puerta.

No puedo creer que Adam me haya encontrado, no sé qué pensar, una parte de mi está emocionada hasta tal punto que mi corazón late más rápido de lo normal y otra está asustada de lo que pueda pasar y quiero creer que todo irá bien.

Me levanto de la cama y me dirijo al baño, siento el pánico creciendo en mí, pero no quiero preocupar a las chicas, abro la llave del lavamanos y mojo mi rostro. Trato de no pensar en todo lo que puede salir mal.

Recojo mi cabello en una cola de caballo y me miro al espejo y trato de sonreír.

No sé cuánto tiempo estuve allí controlando mi pánico, pero unos golpes en la puerta seguida de unas voces llaman mi atención.

- Lynn Marie, no te atrevas a quedarte allí encerrada toda la noche, verdad – Sonrió al escuchar la voz de mi mejor amiga, ella siempre me ha acompañado y ha sido un gran apoyo, sé que si ella va a estar conmigo no importa lo que pase estaré bien.

- No, Heather Cristina, ya salgo, solo estaba refrescándome un poco. – Le respondo

Me separo del lavado y caminos hasta la puerta. Cuando la abro encuentro a mis amigas frente a ellas y sonriendo.

- ¿Lista? – Pregunta Talila. Asiento – Bien entonces que estamos esperando, vamos faltan 7 minutos y es mejor estar antes para ver cómo se desarrollan las cosas.

La miro confundida por lo que a acaba de decir pero ella solo me guiña el ojo.

Salimos de nuestra habitación juntas, nuestro edifico no está muy lejos del punto de encuentro que Adam escogió.

Son más o menos la 6:25 pm y el atardecer ha tomado el cielo, no nos hemos cruzado a nadie por los pasillos, supongo que estarán en sus habitaciones o en la entrada principal esperando hasta que cierren las puertas.

Nos acercamos cada vez al lugar, ahora puedo distinguir a una persona (Adam, por lo que parece) de pie en el centro, trato de controlar mis nervios.

Tanto Heather como yo conocemos este lugar del internado muy bien, buscamos un sitio que no permite ver hacia donde esta Adam pero nos mantiene ocultas.

Él está ahí, tiene unos pantalones vaqueros negros y una camisa roja, unas converse rojas también y se pasa la mano derecha nerviosamente por su cabello, eso me hace sonreír, no soy la única nerviosa aquí.

- Vamos Lynn, ya es hora, se valiente, ¿Preparada? – Es Talila la que me habla.

Miro a Heather y ella sonríe y me abraza. – Vamos, bonita, tu puedes, todo va a salir bien, está bien – Dice a mi oído

Nos soltamos del abrazo y asiento, cada una de ellas toma una de mis manos.

- Bien, chicas aquí voy, deséenme suerte – Les digo y empiezo mi camino.

Puedo escucharla desearme suerte en susurros y pienso, Abuelito no me falles ahora.

Rodeo a Adam, no quiero que vea cuando llegue así que lleguere a él por detrás.

Estoy a pocos pasos de él, estiro mi mano derecha y toco su hombro, él se da la vuelta lentamente hasta que queda frente a mí, y me sonríe.

- Hola… Creí que no ibas a llegar. – Me dice Adam sonriendo y algo nervioso, miro sobre su hombro y veo a mis amigas que me aminan a hablar.

- Hola, aquí estoy – Le respondo y miro mis zapatos.

- Escucha Lynn, si no quieres estar aquí lo entenderé – El empieza a hablar pero yo lo interrumpo.

- Si quiero estar aquí, por eso vine, ¿quieres sentarte?- Le pregunto señalando la banca cerca de nosotros, él asiente y caminamos hasta allí.

- Lynn, como ya te había dicho en la carta, quiero que me des la oportunidad de conocerte mejor, sé que las personas creen que me nos conocen por cómo nos vemos se hay más allá de nosotros mismo que no ven los demás. – Dice él y toma mi mano, siento mi corazón acelerarse al escuchar esas palabras lindas de su parte. –  Y tú de verdad me gustas, me has gustado durante mucho tiempo ¿Qué me dices, me das una oportunidad?

Lo miro y sonrió, - Si, Adam a mí también me gustaría conocerte mejor y Adam, tú también me gustas mucho.

- Me alegra oír eso, hoy no tengo nada preparado para una cita y en pocos minutos pasan a realizar la revisión de los cuartos, pero ¿quieres ir conmigo el martes a la función del grupo de teatro? – Me pregunta, ahora habla más confiado y sonríe.

- Sí, quiero ir, no puedo creer que esto esté pasando, creí que todos se habían olvidado ya de “Chicas Misteriosas” – Le contesto riendo.

- Eso no va a pasar, Bonita, tú y esa otra chica causaron una fuerte impresión, y aunque todo el internado las olvide yo nunca iba a poder hacerlo.

Ahora tengo curiosidad y debo preguntar - Adam, ¿Puedo hacerte una pregunta?