Detrás de su sonrisa.

Capitulo 7

Jhosep.

Dormí hasta que escuche a sus padres llegar, ella ni siquiera noto que me fui…

Resumiendo, estos días que ella no estuvo en la escuela, nos lo pasábamos viendo películas juntos o mirando series. Estuvo uno semana sin aparecer, ya que el dolor no disminuía.

Me preocupe, claro. Pero ella me decía que necesitaba más reposo y así fue, la siguiente semana apareció casi como nueva, le prohibieron levantar cosas pesadas y lo malo es que a veces le causa mareos cuando esta mucho tiempo sentada o parada.

Cuando volvió se la paso todo este tiempo conmigo y con Dan, prácticamente se volvió una de nosotros en nuestro pequeño grupo. A Sharon no le gusta mucho la idea, pero Clarisa nos tranquilizó diciendo que no es tan mala para hacer algo contra nosotros (lo que yo y Dan, pusimos en duda. Pero no discutimos.).

El viernes invite a Clarisa a una cita, lo que acepto complacida.

Admito que me moría de los nervios y sudaba muchísimo, ella quiso abrazarme, pero prácticamente me di vuelta y me fui conmocionado. Luego le pedí disculpa a siguiente día.

Ya estamos a domingo de la tercera semana (si, me tomo mucho tiempo pedirle una cita). Cuestión, me estoy cambiando, mi cabello parece que lo hubiera lamido una vaca, entonces me despeine a propósito. Estoy extremadamente nervioso, solo una vez no besamos, que fue en la fiesta.

Respeto su decisión de solo un beso, hasta que ella decida a querer otro, no estoy tan desesperado.

Mentira.

Ignoren a mi amada conciencia.

Me puse una camisa azul y un jean oscuro, la iba a llevar a comer afuera, ya que estaba hermosa la noche.

  • Papá ¿me podrías prestar tu auto? – Le pregunte, cuando baje a living.

 

  • ¿Por qué razón o motivo? – Pone en pausa la película que estaba mirando con mi madre.

 

  • Para buscar a mí cita. – Digo obvio. – No creo que sea bueno, hacerla caminar con el problema de salud que tiene.

 

  • ¿Cuanto tiempo van a estar juntos? – Entrecerró los ojos mi madre, mientras acariciaba el conejo quien dormía plácidamente en su pierna.

 

  • La llevaré a comer y después lo que se nos ocurra en ese momento. – Me encojo de hombros.

 

  • Bien… - Respondió por fin mi padre, pero con cierta dolencia. – Vienes antes de las doce o a las doce en punto ¿Ok?

 

  • Bueno. – Voy saliendo de la casa, pero él me frena.

 

  • Hijo… pero no tomaste las llaves. – Comenta confundido.

 

  • Las tengo en mi bolsillo. – Sonrió inocentemente.

 

  • Me ibas a robar el auto, hijo de…

 

  • Adiós, los amo. – Salgo de la casa, como alma lleva el diablo.

Me esperaba en la esquina, ya que no quería que sus padres la vieran. Localicé su melena rubia, a lo lejos, cuando frene enfrente de ella la observé, estaba preciosa.

Llevaba una camisa blanca que dejaba descubierto sus hombros y una falda de mezclilla, con sus tenis color blanco. El cabello suelto y al natural e iba poco maquillada.

  • Hola. – Entra al auto y me da un beso en la mejilla.

 

  • Estás hermosa. – Mi voz salió más embobado de lo normal.

 

  • Gracias y tu también. – Me guiña y siento mis mejillas caliente.

Carraspee para concentrarme y aceleré.

En el trayecto fuimos hablando un poco de todo, pero nada personal (por ahora).

Reservé la mesa que estaban afuera. Obviamente no faltaba las malas miradas para mí, Clarisa notó eso y me tomo la mano, sonriéndome para que no me preocupe.

  • Es hermoso el lugar. – Comenta al sentarnos en nuestra mesa. – Podemos ver a los artistas callejeros, entretenimiento gratis. – Bromea para distraerme.

 

  • Yo pienso en todo. – Digo muy orgulloso y finjo que me acomodo una corbata.

 

  • Así que… - Me mira. – Te animaste a invitarme a salir. – Apoya sus brazos en la mesa y se inclina mirándome divertida.

 

  • Si, me costó. – Hago una pausa dramática, poniendo mi mano en mi pecho. – Pero lo logré.

 

  • Porque era tan difícil. – Rueda los ojos, pero no borra su sonrisa.

 

  • Shh y pide tu comida. – Ordeno escondiendo mi cara en la carta.

 

  • Pagamos a medias, no me gusta que paguen las cosas por mí. – Comenta tranquila, mientras mira el menú.

 

  • Te invito yo, por eso te pedí la cita. – Me mira con mala cara. – Si está cita sale bien, la próxima la pagas tú.




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