Detrás de su sonrisa.

Capitulo 13

Sharon.

 

Ok, estar nerviosa la palabra se queda corta. Voy a interrumpir la casa de un ex policía, lo que me podría llevar a la cárcel, pero al mismo tiempo por un bien común…

Vamos Sharon es la hora fuerzas, tu amiga te necesita y el futuro de su novio también…

Me vestí de negro me sentí como las películas de detectives o de misión imposible, la verdad no sé, no soy muy de películas.

Mis padres salieron, pero le hable de Clarisa que se quedaría a vivir por tiempo indefinido y no tuvieron problemas, además, dijeron que capaz le daban la habitación de mi hermano que ya no vive con nosotros. Lo cual aproveche el tiempito que tenia para casi tirar sus cosas de su cuarto.

Dan toco la bocina de su auto y ahora es la hora de la verdad, tome la mochila más grande que tenia para poner la ropa de Clarisa.

  • Hola. – Saludo subiendo y veo que los dos estamos vestidos de negro, solo que él llevaba una gorra de lana. – No crees que exageraste un poco con lo de… - Señalo su cabeza.

 

  • Si tienes razón. – Se lo quita mientras conduce y lo tira la parte de atrás, y noto que hay un bate de beisbol. – Por si tenemos problemas. – Sonríe encogiéndose de hombros.

 

  • No te culpo, casi traigo un cuchillo. – Ambos suspiramos.

 

  • ¿Qué haremos si no encontramos la llave? –Me mira preocupado.

 

  • Usamos tu bate. – Respondo tranquila, pero él me mira con mala cara. – Bien… - Suspiro. – Lo que haremos es empujar la puerta hasta que habrá, lo sé, es probable que llame a la policía cuando volvamos a casa, pero… Nosotros ya estaríamos lejos de ahí. Además, tranquilízate no tiene cámaras, él idiota lo gasta en alcohol.

 

  • Bueno, pero al mismo tiempo no creo que salga con la llave para todos lados ¿Por qué llevaría todas, podría perderlas?

 

  • Puede ser si, pero si solo sale por un momento, capaz tengamos la suerte que lo deje. – Me encojo de hombros, la verdad, nunca hice allanamiento, me lo estoy inventando en el proceso.

 

  • ¿Cómo esta Clarisa?

 

  • Muy bien. – Sonrío con una media sonrisa.

 

  • Oh… Ya entiendo. – Ríe y estaciona una manzana antes de la casa.

 

  • Es el momento de la verdad. – Bajo segura colgando mi mochila a mi espalda.

 

  • Concentración. – Creo que eso se lo dijo para si mismo, tomo el bate y caminamos hacia la casa.

 

  • Suerte que aquí casi siempre salen los fines de semanas. – Digo mirando las casas, casi todas tenían las ventanas cerradas u otras se veía la familia cenando.

 

  • Apurémonos antes de que alguien se dé cuenta.

Apuramos el paso y nos colamos en el patio de los Jackson, observamos por la ventana de la cocina y notamos que se estaban bajando por las escaleras, bien vestidos para salir a cenar por lo visto.

Esperamos a que se fueran con el auto, antes de entrar por la ventana de Clarisa que por de costumbre nunca la cerraba con seguridad.

Prendimos la luz de su habitación y le tiro la mochila en la cara a Dan que esté se queja.

  • ¿Estás loca?

 

  • Guarda la ropa de Clarisa, voy a revisar si dejo las llaves. – No espero respuesta y salgo de la habitación alumbrando con linterna de mi teléfono. Hay momento donde la apago para que los vecinos no noten nada raro.

Voy hacia donde las guardan y había un par de llaves, gracias a dios que solo llevo las llaves de la puerta del frente.

Subo e intento localizar el armario, lo encuentro en un rincón en una puerta un poco vieja, que siento que le doy un empujo y la rompo.

  • Listo, lo llené con lo que pude, luego busque su valija y guarde todo. – Puse mi mano en el corazón cuando apareció atrás mío.

 

  • Avísame o haz una señal, casi me das un infarto. – Le regaño.

 

  • Lo siento ¿Conseguiste las llaves?

 

  • Si, pero no se cual es. – Miro las ocho llaves que hay.

 

  • Una que parezca igual antigua que esa puerta. – Los dos empezamos a ver cuál se parecía, había dos y la primera no funcionó y la segunda sí.

 

  • ¡Si! – Pero Dan me tapo la boca, ya que escuchábamos que abrían la puerta principal. – Oh, no…  Yo vigiló y tu busca el diario ya que lo conoces como es. – Le susurro él asiente y yo me acerco a la escalera para ver y escuchar, me puse en un rincón donde no me verían si es que no prenden las luces de arriba.

Los veo entrar, la madre de Clarisa tiene un semblante preocupado, la escalera de vista a la puerta principal y si bajo unos escalones más, me daría vista al living que esta en el sector derecho.




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