Detrás de su sonrisa.

capitulo 16

Clarisa.

 

En su casa no estaba ¿Dónde podría estar? Sharon, quiso acompañarme para explicarle pero fue mi idea todo este asunto y lo tiene que saber de mi boca, ya son más de las once nadie lo encontraba. Estoy en mi bicicleta buscándolo por toda la ciudad, me llamarón muchas veces para ir a comisaria, pero no puedo ahora, luego iré, después de nuestras evidencias la ciudad se volvió un caos de parte de la policía y mucha gente, familiares de otras víctimas que ni conocíamos salieron hacer marchas, chicas como chicos salieron a declarar.

Pensé que hicimos algo pequeño, pero fue un bombazo gigante para está ciudad. Pero solo ahora me toca buscar a Jhosep, los González fueron detenido al instante al igual que Norman, luego describiré más su situación, mi mente sigue en una persona.

Fui al bosquecito lo único que me quedaba, está afuera de la ciudad, pero lo único que me queda. Lo eh llamado todo el tiempo y no me responde, tengo miedo, miedo a perderlo, pero sabía que hacer esto, era perderlo.

Al llegar lo vi sentado bajo del sauce la luna iluminaba este lugar, siempre digo que tiene algo que siempre lo hace mágico, había luciérnagas, hacia todo un ambiente romántico, aunque está no era la situación. Camine con mi bicicleta al lado mío hasta dejarla cerca de donde esta él.

 

  • Jhosep… - Lo llame miedosa por lo que se me va a venir.

 

  • Vete, juro que, por primera vez en mi vida, no quiero verte Clarisa. – Me rompió el corazón al escuchar eso.

 

  • Por favor, escúchame…- Rogué sentándome frente de él, intente tomar sus manos, pero las aparto como si las mías quemaran. Tenia sus ojos llorosos y la mirada perdida, esquivaba la mía. – Lo hice por tu bien y…

 

  • ¿Mi bien? – Río con sorna. – Sabias muy bien mi plan y lo arruinaste, que iba hacerme bien esto que salga a la luz, los problemas de mi familia que salga a la luz, los pensamientos privados de mi hermana que salga a la luz ¿Eso era por mi bien?

 

  • ¿Y que tú también vayas a la cárcel, te parece bien?

 

  • No van a sufrir lo que sufrió mi hermana, eso malditos idiotas le van a dar buena vida, tenían que sufrir quemarles la mente como hicieron con mi hermana.

 

  • Pero van a sufrir tienen a toda la ciudad en su contra ¿Qué no ves? Desenmascaramos a esa idiota familia, van a perderlo todo, estarán en el peor poso. Ya no serán la gran familia González, ahora serán escoria.

 

  • No estuve a favor de ese plan, ni siquiera me consultaron o me preguntaron si estuviera de acuerdo. – Se levanto y yo también.

 

  • Te di la idea, pero tu seguías con plan de hacerlos sufrir en mano propia.

 

  • ERA MI DECISION CLARISA, NO LA TUYA. – Grito y me miro con odio o mejor dicho con mucha decisión.

 

  • Tu familia me apoyo en ello, tus propios padres decidieron que estaba bien lo que hicimos ¿Por qué no lo quieres ver?

 

  • Como hicieron con Jena. – Respiraba pesadamente. – LES DIJE MUCHAS VECES QUE ELLA ESTABA MAL, QUE ALGO MALO PASABA CON ELLA, NUNCA ME ESCUCHARON PORQUE ELLA MOSTRABA UNA SONRISA Y ESTABA TODO BIEN, PERO NO ERA ASI, YO LO VEIA Y ELLOS NO. – Pasa sus manos por su rostro. – Y tú. – Me señala ya sin energías. – Tú me recuerda a ella de cierta manera y no de la buena. – Dice muy desganado. – Ella sonreía para los demás demostrando que estaba todo bien, no dudaban en ayudar cuando ya ni su cuerpo daba para más,  fueron drogadas por el mismo hijo de perra, fueron abusada físicamente como psicológicamente. – Se cae de rodillas llorando y yo me arrodillo frente de él, sosteniendo su rostro. – Porque… porque se enconden ¿detrás de una sonrisa?

 

  • Porque todo esperan verte mal, mostrar una sonrisa nunca es algo fácil, pero siento que eres como un guerrero cuando sonríes y todo está mal. Se que no es la gran respuesta que esperabas, pero es lo primero que se me viene a la mente.

 

  • ¿Por qué duele tanto perder a alguien?

 

  • No lo sé. – Respondí con voz llorosa, lo abrace fuertemente, pensé que no devolvería el abrazo, pero para mi gran gusto si acepto.

Estuvimos un gran rato abrazados y llorando. Juro que quisiera sacarle ese dolor que siente pero no sé cómo, miré las estrellas atreves de las hojas del gran sauce, rogando que Jena no deje que su hermano siga con esté dolor.

  • Clarisa… - Susurra separándose lentamente de mí, nuestro rostros estuvieron cerca, vi que casi me besa pero decidió no hacerlo y apartarse de mí. No sabia que responder, ya ni sabia que decir. – Tengo pensado irme de la ciudad por un cierto tiempo.

 

  • ¿Por cuánto?

 

  • No lo tengo planeado, pero necesito pensar y necesito salir de esta ciudad por un largo rato.

 

  • No… - Mi voz casi ni salió, pero comprendió lo que dije.




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