¿Detrás de tu reflejo?
Alguna vez os habéis preguntado que esconde nuestro reflejo, como se suponía, confiamos en las personas que apenas conocemos solo porque nos dan la valentía de enfrentarlo todo, hasta de lo que ocultan nuestros propios miedos.
Nunca supe exactamente cuando empezó todo, pero recuerdo el olor a metal y el silencio antes de los gritos. Esos momentos donde sabes que todo está mal, aunque nadie más lo vea. Yo aprendí rápido a no esperar ayuda de nadie. La escuela, la ciudad, incluso mi propio padre...todos eran una extensión de la indiferencia. Sobrevivir se volvió un arte, y yo, su experta.
Aquel día pensé que solo sería un mal resfriado, me levanté temprano, puse mis audífonos, escondí la mirada y salí al mundo como una sombra. Pero en el baño...lo ví. La sangre brotando del inodoro como si la ciudad misma quisiera advertirme, inundando el suelo, reflejando todo en un rojo vivo que me dejó paralizada. No había gritos, no había alarma... solo yo, rodeada de silencio y de un miedo que se me pegó en la piel.
Recogí los fragmentos intentando comprender lo imposible. Nadie me creería, así que aprendí a callar, a analizar, a observar. Porque en Ravenford, el peligro no siempre grita...a veces sonríe detrás de tu reflejo.
Y así comenzó todo.