Unos pocos días luego de lo ocurrido, mi familia estaba algo más tranquila, poco a poco mi madre sonreía naturalmente de nuevo, William extraña a papá y es por eso que algunas veces tengo que llevarlo.
No muchos en la escuela saben lo que pasó, es por eso que puedo hacer de cuenta que nada sucedió y llevar una vida normal de nuevo.
Todo estaba mucho mejor, se que estaba mal; pero muchas veces pensé que la ausencia de mi padre nos trajo la paz que necesitábamos.
Ver la sonrisa de mi madre y a mi hermanito jugar, me transmitió una alegría que es difícil de describir.
— ¿Flores Victoria?
— presente.
— ¿Fernández Jonathan?
— presente
— ¿blanc valentina?
— ¡presente!
Inmediatamente llamó la atención de todos, era la única que mostraba emoción por estar en clases. Le dio un poco de vergüenza y agitó la mano pidiendo que continuara pasando lista.
Era temprano en la mañana y se mostraba muy enérgica en comparación de sus compañeros, a pesar de que la clase era sobre historia y muchos estaban aburridos.
Las clases habían terminado y el día de hoy no tenía adicional de arte. Sus amigas la invitaron a comer algo en un restaurante en la zona céntrica, como no tenía nada mejor que hacer, aceptó sin pensarlo, esto se hizo un hábito de cada día.
Valentina, Carla, Agustina y Sofía, las amigas inseparables que habían estado juntas desde la primaria.
Las horas pasaron como si de minutos se trataran, ya era tiempo de volver.
— gracias por todo chicas, ya tengo que volver a casa—dijo valentina mientras se levantaba y se despedía.
— cierto, mañana hay examen de matemáticas, necesito un milagro— Agustina hablo en todo de preocupación— ayudenme.
— comienza a estudiar— Sofía y Carla dijeron al mismo tiempo.
Cuando había llegado a la casa, todas las luces estaban apagadas, a simple vista parecía que no había nadie; pero la puerta estaba sin llave, le pareció extraño, aún así, Valentina entró.
Su pequeño hermano,William, estaba en su habitación, se había quedado dormido mirando un programa para niños y decidió dejarlo así.
En otra habitación, totalmente oscura, se escuchaba el llanto de una mujer, el llanto de su madre.
Quiso entrar; pero creyó que era mejor no hacerlo, talvez su madre no quería ser vista así, cuando estaba por retirarse, unos papeles entraron en su campo de visión.
En el suelo estaban unos sobres, dentro contenían las cuentas que debían ser pagadas, en caso contrario, les cortarian los servicios.
Esa noche apenas pudo dormir un poco, el tema a estudiar y las preocupaciones dentro de su cabeza eran lo suficientemente fuertes para arrebatarle el sueño.
"¿Como pude pasar esto por alto?", era evidente, los problemas de dinero seguían ahí.
La mañana siguiente, Valentina estaba por salir de casa, antes de cerrar la puerta, ella murmuró "no se preocupen, saldremos de esta, mamá, Will".
Caminando por la calle, con su uniforme escolar azul marino y el emblema de una corona, era fácil notar que pertenecía a una escuela privada.
Frente a esta institución, ella se detuvo, en lugar de ingresar, se quedó mirando la entrada por unos segundos y luego se fue.
Recorrió gran parte de la ciudad buscando un trabajo que le permitirá pagar lo que debian; pero, ¿solo uno era suficiente?, ¿cuánto podría ganar una estudiante sin experiencia?, además, ¿podría al menos conseguir algo?, las dudas sólo aumentaron su preocupación.
Luego de varias horas, llegó el momento de volver a casa, su celular sonó desde dentro de la mochila.
— ¿hola?, ¿qué sucede?
— eso debería decirlo yo, ¿estás bien?, faltaste al examen—Sofía preguntó.
— ah, si, no hay problema, solo tenía un poco de dolor de cabeza, estoy mejor ahora.
— bueno, si necesitas algo, avisamos, nos vemos...ah cierto, para mañana hay que traer un escrito propio para la clase de literatura, bye~
Poco a poco el sol fue cayendo, tenía que comprar lo necesario para la cena y por su puesto, también debía hacerla.
Valentina vio a su madre ayudarla con esos quehaceres con una sonrisa, como si lo que vio hace poco nunca hubiera pasado; pero en el fondo, sabía que era una ilusión, algo falso.
Cuando era momento de dormir, se quedó en la habitación para hacer la tarea asignada por la profesora de literatura.
"Necesito un café para no dormirme todavía", pensó que con eso podría ser más eficiente, talvez solo fue una excusa para tomar aquello que le gustaba tanto.
Cuando fue hasta la cocina, encontró escondidas unas pastillas que nunca había visto, la receta mencionaba que no debía exceder una cierta cantidad, eran una gran cantidad de antidepresivos.
Una cosa más para tener en mente, una preocupación mas a la cual no saber como reaccionar. Esa noche sólo se fue a dormir olvidándose totalmente de la tarea asignada.
A la mañana siguiente, Valentina fue a la escuela sin haber comido su desayuno, William iría a sus primeros días de clases ya que pronto cumpliría sus seis años.
En el transcurso de la mañana, llegó el momento de presentar el escrito para literatura, la mayoria escribió relatos cortos y explicaron metáforas utilizadas, unos pocos usaron un poco más de creatividad para armar una historia totalmente ficticia con mensajes ocultos.
— muy bien, ahora...blanc Valentina, es tu turno.
Valentina había olvidado hacerlo, pero no quería preocupar a sus amigas de nuevo, ayer había faltado a un examen, sería raro que no hiciera tarea para hoy, definitivamente se darían cuenta del cambio en comparación de unos días atrás.
Se decidió a pararse al frente de la clase, tomó una hoja y les habló a todos.
— a veces tengo miedo de volver a casa, por las noches hay una sombra que me atormenta, tengo miedo de lo que fue, tengo miedo de lo que será, la incertidumbre de no saber que pasará. La felicidad es tan frágil como un cristal, a veces no nos abrimos por miedo de que se pueda quebrar, incluso con una tenue luz, esos fragmentos iluminan la más oscura habitación, nos aferramos a esa luz evitando todo rastro de temor...
Valentina continuó expresándose con fluidez, la hoja que tenía entre las manos estaba totalmente en blanco, lo que decía, provenía directamente de lo que sentía; sin embargo, al finalizar, todos aplaudieron con emoción, nadie pudo notar por unos segundos que sus ojos emitían un brillo por las lágrimas que estaba conteniendo.
"¿Por qué lo hice?", penso en eso repetidamente, talvez en su interior, ella buscaba que alguien se diera cuenta de todo, talvez quería que un príncipe la salvara; pero esto es la vida real, pensar algo como eso es absurdo a su edad.
Su celular sonó en medio de los aplausos que aún continuaban, obtuvo permiso de responder por parte de su profesora, que estaba igual de emocionada que los alumnos y se retiró temprano de la escuela. ¿La razón?, había sido contratada para trabajar como mesera en un restaurante, rápidamente fue al lugar antes de perder la oportunidad.