Hello, feliz agosto. Yo ya siento la vibra navideña desde ya, JAJAJJAJAJA.
Bueno, solo paso a informarle que este capítulo es un poco larguito, jejej, razón por la que lo he dividido en dos. Si no hubiera quedado como una enciclopedia jajaj. Pero bueno, me emocione escribiéndole y espero que les guste mucho como a mi.
Besos Less❤️
***
Payasos Asesinos.
Elizabeth.
Durante todo el día había tratado de evitar a toda costa la presencia de Dave. En la clase de biología, trató de hablarme como si fuéramos los mejores amigos del mundo, Jane se quedo estática ante su presencia, y yo, quise gritarle qué me dejara en paz. Afortunadamente para mi, el profesor llegó a tiempo.
En el almuerzo intentó acercarse a mi nuevamente, sin embargo la presencia de Rod Harris en nuestra mesa lo hizo retractarse ¿Por qué? Ni idea.
El chico había pasado todo el fin de semana junto a mi mejor amiga—a excepción del día que fuimos al club ese—, ambos ya habían comenzado a realizar su proyecto de biología juntos. Ahora estaban acordando donde verse al salir de la escuela para seguir con su trabajo. Al parecer, Rodrigo Harris es más que solo una cara bonita, sin cerebro, como yo pensaba. Noté incluso, que al momento de tratarse de sus estudios no era ese chico burlón y pretencioso qué creía. Incluso no mostró desacuerdo cuando Jane sugirió ir unirse a su noche de juegos con sus amigos después de terminar su trabajo de hoy. Ni tampoco cuando sugirió que fuera incluida en su plan.
Así que teníamos un plan para hoy.
Lamentablemente.
Ahora me encuentro en la última clase del día. Literatura.
Al llegar, había hecho todo lo posible por no ser el foco de dicho chico cuya presencia me causaba escalofríos. Había logrado evadirlo todo el día, ya solo me falta la clase de la profesora Dian.
«Solo unos minutos más»
«Aquí no existen los minutos»
«El tiempo es relativo»
«Aquí no existe el tiempo»
«Todo puede pasar, nada puede suceder a la vez»
Me había sentado hasta la última banca, de la última hilera para evitar que Dave me viera al entrar. No funcionó, apenas puso un pie dentro del aula, fui el centro de su atención. Solo que esta vez no intento acercarse.
«Sospechoso»
Dian hablaba de una novela muy conocida, y una de las primeras que leí en toda mi vida.
No recordaba cual era.
Al parecer, era la favorita de ella.
Durante toda la clase había sentido como no despegó la vista de mi, cosa que me ponía nerviosa, ansiosa, e incómoda. Mi pie comenzó a moverse de arriba abajo, quería que la clase terminara lo más pronto posible. Quería irme de una vez a mi casa.
Dian anotó varías preguntas en la pizarra, con la indicación de nosotros responderlas a base de nuestra lectura en el libro justo cuando el timbre sonó, anunciando el fin de las clases por hoy. ¿Lo raro? Es que en ningún momento pude verle el rostro.
Al final ella solo dio la indicación de leer el libro y responder las preguntas.
Guardé mis cosas lo más rápido que pude. En el ansiado camino por salir del salón choque con varios asientos moviéndolos de su lugar, no me importó y solo avance sin detenerme a acomodarlos de nuevo.
En el pasillo busque a mi mejor amiga con la mirada, entre todo el cúmulo de adolescentes sudorosos divise su imagen junto a su casillero, hablando con Rod Harris. Agradecí qué estuviera cerca del salón de literatura.
Quise avanzar con gran velocidad hasta ella, solo que los chicos en este instituto no era muy agradables. Algunos incluso se metieron en mi camino a propósito para cochar conmigo, cosa que me causó aún más desesperación.
Lo que terminó por colmar mi poco a paciencia, fue que sentí una mano agarrándome el brazo para detener. Instintivamente trate de soltarme, estar rodeada de tantas personas comenzó a marearme. Poco a poco sentí que la respiración se me cerraba, traté de nuevo soltar el agarre de mi brazo. La persona que tenía su mano alrededor de mi se negaba a soltarme, solo podía escuchar que pronunciaba mi nombre, pero no reconocí su voz.
Todo el mundo a mi alrededor desapareció, el ruido en mis oídos era nulo. Seguía en el pasillo de la escuela, ahora solitario, e iluminado por una sola bombilla. Jane, Rod, y la persona que me había tocado el brazo también han desaparecido. Y para colmo, la bombilla parpadeó emitiendo un pequeño sonido eléctrico.
Me lleve la mano al pecho, mi corazón latía muy rápido, como o hubiera corrido miles de kilómetros sin descansar.
Sabía lo que venía. Sabía lo que se aproximaba.
Al fondo del pasillo, justo donde se encuentra la salida de emergencia, una sombra se hizo presente. Poco a poco mis canales auditivos captaron el eco de unos pasos rechinando en el piso pulcro del instituto.
La sombra poco a poco se acerca, mi desesperación junto a mi intento por respirar aumenta. Retrocedí unos pasos, dispuesta a huir por el lado contrario. Sentí el frío sudor correr por mi rostro. Al dar otro paso más hacia atrás, mi cuerpo tropezó con otro cuerpo, me tomo por los hombros regulando mi respiración.
Sentí calma. Igual a la que había sentida aquella noche que Cameron y yo caminábamos por las calles. Igual a la calma que sentía con Cameron…
Era él. Pude reconocerlo al instante.
Gire sobre mis pies para abrazarlo y…
La imagen de Cameron en mi cabeza desapareció. Fue reemplazada por la suya, su rostro cubierto por una fea máscara blanca, resaltaban las mejillas, y en ellas dibujadas espirales rojos.