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Esta es la segunda parte dooos.
***
Elizabeth.
Definitivamente todo puede salir mal.
Al menos, estamos vivos, es lo que importa.
Eso diría si mi vida me importara tanto, o si estuviera en una de esas películas de terror.
Frente a nosotros, seguían todas las figuras de películas en la misma habitación. En un silencio sepulcral, mi respiración comenzó a alterarse.
Sam se cagó en los pantalones cuando pasó a ser el objetivo del payaso asesino.
Literalmente.
—Oh, mierda—musitó, sin despegar la vista del payaso, que comenzó a caminar hacia el.
—Literalmente te has hecho mierda—completo Rod.
El payaso ladeo la cabeza, frunciendo la ceja maquillada.
El olor a excremento llegó a mis fosas nasales.
Genial, lo que faltaba. Y como si no fuera suficiente, Cameron aún no me soltaba la mano.
—¿Cómo vamos a salir?—pregunto Jane, tapando su nariz del olor desagradable la caca de Sam en sus pantalones.
Estaba más aliviada de ya no ser el centro de atención del payaso asesino.
—Por la puerta.
—No hay ninguna puerta, Rod.
¿Olvide mencionar que de techo colgaba bolsas negras como cadáveres? Bueno, pues una de ellas roso en mi hombro.
—Mierda—me sobresalte, aferrándome al agarre de Cameron.
—La que esta en los pantalones de Sam.
Jane golpeó el hombro de Rod al escuchar el comentario, mi primo por su parte, se aclaró la garganta repetidamente, mirando a otro lado que no fuera el payaso que se acercaba a él lentamente.
—¿Qué pasó? ¿Estas bien?—preguntó Cameron.
—Sí.
¿Esto no te parece tan predecible eh?
Shht.
—Ah, ¿quien va a buscar la salida?—preguntó Sam con los hombros encogidos. Su voz salió aguda, de la vergüenza.
Las luces se apagaron, dejándonos en completa obscuridad.
La mano de Cameron apretó la mía, volví a sentir el roce en mi hombro y por instinto me aferré al brazo del chico ¿Por qué? No tengo la más mínima idea.
Por el altavoz, se escuchó un pitido qué me aturdido los canales auditivos. Después, una voz gruesa se escuchó.
—Para salir de ahí, tienen que encontrar la salida—soltó un risa aterradora—, si es que pueden.
Ante mis ojos, no puedo ver nada. Absolutamente nada.
Capte el sonido de pasos alrededor de nosotros. La madera rechinando por el peso de los zapatos.
—¿Cómo vamos encontrar la salida en la oscuridad?
—Una pequeña pista le daré, y la salida encontrarás. Entre sombras y oscuridad, un pasaje secreto hallarás. El suelo cruje, el aire frío, y el eco de pasos te guiará—respondieron a Jane con la misma voz gruesa por el altavoz.
—¡¿Eso que rayos significa?!—la desesperación en la voz de mi primo es evidente—¡AHH!
—¡¿Qué?!
—¡Algo me esta tocando el trasero!
—¡A mi también! ¡Ellie, quítamelo! ¡Quítamelo! ¡QUITAMELO!
—¡Siento algo filoso en mi pierna!
—¡Algo me esta tocando la nalga!
La luz se encendió de nuevo. El payaso ahora está detrás de Sam, deslizando un cuchillo por su pierna. Su rostro es una joya. Una imagen que claramente quedaría en mi memoria para siempre. El sudor recorría su rostro, preso del pánico y la vergüenza.
Por otra parte, Jane abrazaba a su compañero de equipo, quien la sostenía con su mano en una de sus nalgas.
El payaso inclina la cabeza, ligeramente hacia un lado del rostro de Sam.
—¿Es un buen momento para buscar la salida?
Jane se percato qué Rod era quien tocaba esa parte de su cuerpo, el rubor e invadió su rostro.
La luz volvió a desaparecer, en esta ocasión Cameron se sobresaltó.
Su cercanía a mi cuerpo me produjo una sensación extraña, me removí, pero a la vez no quise alejarme de él. Su respiración se aceleró, aunque trató de no demostrarlo. Fue tarde, porque ya lo he notado.
¿Le tiene miedo a la oscuridad?
—Hay que encontrar la salida—susurró apenas audible.
No soltó mi mano en ningún momento, tampoco hice el amago de alejarlo.
Comenzó a dar pasos lentos en la oscuridad. Lo seguí. Daba pequeños golpes en el piso, y continuaba su camino.
—¡AAHHHH!
El grito de Jane me sobresaltó.
—¡SUÉLTAME! ¡SUÉLTAME! ¡SUÉLTAME! ¡MALDITA SEA, ROD, HAS QUE ME SUÉLTE!
—¡Eso intento!
—¡PUES INTÉNTALO MÁS!
—¡ESO HAGO!
Mis ojos pro to se acostumbraron a la oscuridad. La silueta de Jane, abrazada a la de Rod apareció en mi visión. Alguien la sostenía por la cintura, queriéndola apartar del chico.
Sam seguía quieto, ahora con el payaso frente a él, y alrededor otros dos tipos.
Seguí a Cameron, hasta que entendí porque daba golpes en el suelo de madera. Golpeó una zona en especial, y el eco resonó por debajo de nosotros.
Encontró la salida. Estaba por debajo de nosotros.
Inclino su cuerpo, soltándose de mi. Con su mano, tanteo la zona donde había pisoteado.
Volví a mirar atrás cuando Jane grito de nuevo. Est
Di un pequeño brinco al ver al tipo de la máscara de Saw frente a mi. Mi corazón se aceleró, y lo admito, me asustó verlo ahí.
Lo tenebroso fue que no lo escuché acercarse.
—La encontré—habló Cameron.
—¡¿La encontraste?!—reaccionó Sam—¡POR FIN!
Mientras Sam corrió hacia su amigo, el tipo frente a mi, me tomó por la cintura sin previo aviso.
El primer instinto que tuve fue golpearlo para que me soltara.
—¡Mierda, suéltame!
Sentí sus manos en mi cuerpo, con los recuerdos amenazando por volver. El maldito sueño donde Dave me sostiene vino a mi mente.
El tipo no me soltó, aunque hice todo el esfuerzo.
Cameron se puso de pie, de un golpe en el hombro logro alejarlo de mi.