Capítulo 12: ¿Mentiras?

(Safír)

Quienes veo entrar me hacen sentir preocupado de nuevo, Zofím, Redai, Cusán y Jair… ¿Qué es lo que pasa? La mitad del Concejo está aquí.

-¿Qué ocurre? –pregunto.

-Príncipe Safír, hemos venido porque no estamos de acuerdo con su decisión de ayer de ir usted en el viaje. -declara Jair, siempre al grano.

Miro a Kéber quién no veo sorprendido, de hecho me mira con seriedad como los demás, él lo veía venir o tal vez intentó convencerme antes que llegaran los demás, hasta probablemente esto ya estuvo conversado, a veces olvido que aunque sea mi amigo no deja de ser mi comandante…

-¿Cuál es el problema?

-Señor es una imprudencia –manifiesta Cusán con seriedad.

-¿Por qué? –pregunto.

-Príncipe, -habla Zofím él mayor de todos- de por sí este viaje al Bosque Oscuro es muy peligroso para quienes irán y el hecho de que usted se exponga de esa manera es innecesaria e insensata y la terca actitud que usted está tomando no es digna de un príncipe es la de un joven inexperto y usted no es así, ese es nuestro problema.

Me cruzo de brazos lentamente, eso me molestó, Zofím tiene razón pero también sabe lo mucho que me molesta que me comparen a un niño, entiendo que no suene muy lógico que insista en ir y no es la primera vez que se muestran en desacuerdo conmigo pero nunca me lo habían negado lo que hace que esta vez sea diferente ¿Por qué? La pregunta surge de la nada junto con una duda redundando y miro a los envejecidos ojos de Zofím.

-¿Hay algo que deba saber? –pregunto en general sin quitar la vista de Zofím.

Mis sospechas se convirtieron en certezas cuando por un pequeño instante puedo ver la duda en sus ojos.

Interviene Redai –Su padre lo dejó a nuestra responsabilidad y si le pasara algo…

-Ha evadido la pregunta general -le digo y me vuelvo a los demás- tengo derecho a saber, soy el príncipe y soy el que los dirige a ustedes. -¿Cuál es la intención de ocultarme información de peso?

Se mantiene un prologado silencio en la habitación tanto que en vez de generar incomodidad crea tensión, Kéber me mira fijamente pero no dice nada es como sí quiera decírmelo pero su deber a no hacerlo se lo impidiera, no me responderán, muevo la mandíbula molesto y asiento lentamente.

-bien –digo secamente- no me digan nada –me acerco a la mesa cierro el tintero y guardo los papeles- pero entiendan que no cambiaré de opinión, necesito caminar –me dirijo a la puerta.

-príncipe…

-a solas- interrumpo a Kéber antes de que terminara la oración y salgo de la habitación.

(Kéber)

Hago un corto suspiro al escuchar que cierra la puerta tan bruscamente.

-está molesto con nosotros –enuncio.

-no lo culpo –dice Redai- yo me molestaría si me enterara que me están ocultando algo las personas que deberían decírmelo todo.

-es mejor así –asegura Zofím.

-tal vez no debimos ser tan directos – continúa Redai

-yo no lo creo así. – responde Jair.

-nunca lo había visto tan disgustado –comenta Cusán

-tampoco yo. –dice Redai mirando la puerta.

Cruzo los brazos –no me gusta tener que mentirle –digo.

-ninguno de nosotros encuentra placer en eso Kéber pero recuerda que “no decir no es mentir” –me dice Jair.

-si pero te consta que si le hemos mentido en algunas cosas y en otras durante demasiado tiempo.

Se encoje de hombros –lo sé, pero también sé que fue lo mejor para él.

-sé que hicimos un buen trabajo –dice Zofím- y ahora será su turno de decidir qué clase de persona será, sabíamos que algún día esto pasaría y sabría la verdad, espero que no cambie.

-lo sabrá en cuanto se encuentre con Alús. –comenta Redai, es el más joven de nosotros cuatro. -ers de esperarse que esto no durara tanto.

Asiento la cabeza concordando, en realidad siempre me pregunté cómo lo tomaría el día que se enterara, como dijo Zofím sabíamos que llegaría ese día pero no creí que fuera tan pronto. Me preocupa que actitud tomará de ahora en adelante y más la pregunta que me hecho todos estos años ¿Nos perdonará por eso?