Capítulo 13: Salón de los recuerdos

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(Emily)

El eco de nuestras pisadas retumban en las oscuras escaleras, las paredes se mantienen frías y la humedad impregna el aire, la luz de las antorchas marca pequeñas sombras flotantes hechas por la misma piedra en la pared. Este lugar es muy oscuro para mi gusto, comienzo a arrepentirme de haber aceptado, de nuevo.

-ya casi llegamos –anuncia el sr Jabné, -parece que me leyó la mente.

Aunque estoy rodeada de personas me siento completamente vulnerable sigo sin tener mucha confianza en las personas armadas y menos en un lugar como este ¿Pero como se me ocurrió venir a aquí? ¿Me volví loca? Debo estarlo ¡Mamá siempre me insistió en no aceptar la invite de un desconocido! Perdón mamá.

A medida que bajamos la escalera se va volviendo más ancha y pronto estamos en el fondo, los escalones terminan y lo que espera más adelante es una profunda oscuridad, por la escasa luz puedo solo ver vagas siluetas de lo que se encuentra más allá me detengo con el mal presentimiento de que no debería seguir, ya no me gusta para nada este lugar uno de los guardias se aleja del grupo para acercarse a algo parecido a un canal e inclina la antorcha y el fuego comienza a recorrer con rapidez alrededor de todo el lugar dejando al descubierto la belleza de aquel gran salón que se encuentra frente a nosotros dejándolo completamente iluminado: estatuas de mármol, vitrales de cristal…

-¿Qué es este lugar? –pregunto apenas con aliento.

-este es El Salón de los Recuerdos. –me contesta.

No dejo de mirar a todos los lados hay demasiadas cosas por ver, el techo, que debe tener cerca de ocho metros, tiene una especie de baño de oro en el que hay dibujos de personas haciendo diferentes cosas, en los tazones hay piedras de diferentes tamaños y colores llamativos: amarillo, fucsia, verde, naranja y más colores, entre ellos un azul eléctrico, inconscientemente toco mi muñeca, me adentro en el lugar pasando entre las estatuas de mármol, este lugar me parece familiar pero es imposible, nunca he estado aquí ni siquiera en Dacíl y aun así conservo ese extraño sentimiento, hay estatuas que miden entre cuatro y seis metros tal vez más, observo a la que tengo más cercana una mujer peleando fieramente con un lobo ¿Por qué se tomarán las molestias en labrar escenificaciones como estas en una piedra tan valiosa como el mármol? Y de pronto recuerdo lo que dijo el sr Jabné me doy la vuelta y él me mira a la distancia como si observara mi reacción, los guardias se han apostado ordenadamente cada una al dado de la puerta.

-¿De qué recuerdos habla? –pregunto.

Me sonríe y camina con las manos en la espalda. –Cada cosa aquí tiene su significado y junto con ella su recuerdo. –se detiene frente a un arquero con alas de pájaro apuntando a un punto imaginario en la pared- por ejemplo esta, una de mis favoritas, la esfinge representa a un acto de valentía que ocurrió hace más de noventa años, sucedía con un país vecino Nayot, los Nayotdianos rondaban por nuestra frontera causando daño de todo tipo con la intención de provocarnos, querían que peleáramos contra ellos pero Dacíl se limitó a mantenerlos al margen entendían que si cedían hubiera sido una guerra innecesaria y peligrosa pues para los Powers pelear en un clima de un país extranjero es una gran desventaja y los del Concejo no buscaban una guerra con dicho país más bien querían mantener los lazos de amistad pues no sabían porque de pronto habían roto la alianza con nosotros y tampoco tenían manera de saber que había pasado.

>> Lo cierto es que antes ocurriera uno de los breves encuentros entre ambos países, durante la noche, un hombre cuyo nombre no se registró entró en el campamento del enemigo con la única intención de matar a una persona: el General Carvona Artis, era algo muy riesgoso lo podían decapitar en aquel lugar por matar a alguien de gran importancia, pero él sabía que era necesario hacerlo para terminar la guerra, él lo logró y la guerra terminó, pero el joven fue decapitado allí mismo.

Me acerco al monumento y la miro con pena más al ver al sr Jabné lo hago con extrañeza. –Pero no lo entiendo ¿Porque matar a ese general haría que terminara la guerra? ¿Que tenía eso que ver?

-resultó que Artis un hombre conocido por sus arrebatos de cólera, estuvo enamorado de una mujer que terminó casada con un Capitán de nuestra milicia, lo odiaba tanto que quería matarlo para quitarle su mujer pero no podía enviar a alguien a asesinarlo debido a la cercanía que él tenía para con el rey, así que le mintió al rey de Nayot, nunca se supo que fue lo que le dijo pero el rey más tarde reconoció haberse sentido avergonzado por haberle creído, lo cierto es que logró crear una guerra superflua y estaba bien planeada a su manera, Artis sabía que ese Capitán estaría en aquellas batallas y de esa manera lo asesinaría sin sospechas -meneó la cabeza- todo para matar a un hombre que odiaba, es uno de los hombres más estupidos que he leído. -se sonríe- Los lazos se restablecieron después de su muerte y Dacíl y Nayot gozaron de paz por un tiempo.

Ambos miramos en silencio aquel hombre esculpido en piedra quien mira fijamente su objetivo ya no es un punto imaginario en la pared sino aquel hombre llamado Artis Carvona…

-¿Y cómo es que supo ese hombre del plan del general Artis?

-Tampoco se supo, realmente nadie sabía quién era él ni nunca se supo él mismo de encargó de eso, algunos dicen que era un espía del rey de Nayot, otros dicen que sobrino del mismo Carvona… existen infinidades cometarios sobre quien era, se esculpió su esfinge a base de los comentarios que parecían ser más sólidos, la mayoría concordó que lo mató con una flecha pero todos concuerdan en que él era un joven Power. –suspira- hay dos cosas que yo aprendo de esta historia... una, que nunca se debe tomar decisiones guiadas por la emoción porque puedes terminar muerto y dos, que él anonimato no es sinónimo de cobardía. –concluye y se aleja para pasear por el salón.