Devastadora tormenta.

XIX. Terrible presentimiento.

 

N/A: Mil perdones por la espera. Me fui a España y el portatil que tenía allí se rompió, así que tuve que esperar a volver a Londres para poder actualizar. Espero que el capítulo os guste <3

 

 

De acuerdo, tenía que admitir que una parte de mí había pensado que podíamos enterrar el hacha de guerra después de aquella noche de la fiesta, habíamos llegado a una paz temporal, por lo menos lo pensaba. Sin embargo, mi orgullo aun no asimilaba del todo bien aquello. Por eso, verlo allí sentado delante de mí en aquel pequeño bar ocupado mayormente por personas que llevaban más alcohol del recomendable, era extraño.

Extraño y alarmante. Desde que lo había visto llegar mi mente no había dejado de pensar en lo de hace tres días; la cercanía de su cuerpo y el mío era algo que no se iba de mi cabeza. Por no mencionar que había estado a punto de besarme, lo peor es que no estoy segura de que hubiera hecho si hubiera pasado.

¿Lo habría apartado? Está claro. No hubiera dejado que me bese... por supuesto que no. Al menos, eso era lo que decía mi cabeza, pero entonces, ¿por qué no paraban de llegarme imágenes completamente locas de él acercando su rostro al mío y haciendo exactamente lo que estuvo a punto de hacer?

"Se te ha ido la cabeza estúpida."

- Deberíamos pedir otra ronda. - dijo repentinamente una voz a mi derecha.

Miré a Leo, lo había conocido esa misma noche, era amigo de Jack y Fran. De personalidad era tan hablador como Fran y de aspecto podría decir que era bastante atractivo; tenía el pelo oscuro, algo ondulado junto a una barba bien recortada ensombrecía su barbilla.

- Creo que ya hemos bebido suficiente. - solté.

Varios pares de ojos se posaron en mi en cuanto dejé salir aquellas palabras de mis labios. Podía imaginar que hasta el que atendía la barra cerca de nosotros me miró también como si hubiera perdido la cabeza.

- ¿Qué? - pregunté finalmente con sequedad.

Sasha me dio un codazo.

- Vamos Kay, no seas cortarrollos

- Si Kay. - la voz melosa de Leo llegó entonces hasta mis oídos. - Entiendo que quieras controlar a tu novio, pero...

- ¿A mí qué?

Soltaron pequeñas risas, incluida Sasha que tenía dibujada una apreciable sonrisa en sus labios. 

- Ya sabes. - Leo giró sus ojos hacia la derecha y acabaron posados en la persona que estaba sentada junto a él. - Tu novio, Jack.

El recién nombrado apartó de su boca el vaso que en ese momento había estado bebiendo y comenzó a toser de forma precipitada. Apreté los labios, aquello estaba empezando a molestarme realmente. Aunque estuvieran borrachos y lo único que quisieran era tomarme el pelo.

- Leo, te lo advierto... - la seria voz de Jack hubiera echado atrás a cualquiera. A cualquiera menos, al parecer, a Leo.

- Solo digo lo que dicen, después de la fiesta muchos de nuestros conocidos no hablan de otra cosa. - respondió encogiéndose de hombros.

- Es verdad. - corroboró Fran que hasta ese momento no había dicho nada. - Nunca han visto a Jack saliendo con una chica, así que ahora eso es el cotilleo de la semana.

- ¿De qué demonios estáis hablando? - pregunté perdiendo por completo la paciencia.

No debería haber preguntado, debí haber dejado correr el tema y no darle la más mínima importancia. Después de todo Leo llevaba unas cuantas copas de más, al igual que Fran. Sin embargo, claramente, no lo hice. Aun sabiendo que la curiosidad solo empeoraba las cosas, en ese momento lo olvidé por completo.

- Bueno, tú y Jack... - nos señaló a los dos para segundos después hacer un gesto juntando sus manos de nuevo. - No sé qué pasó en la fiesta, pero ahora todos creen que Jack está saliendo con la chica que estuvo con él esa noche.

Arrugué el ceño.

- Incluso dicen que estáis prometidos. - agregó Fran.

Puse cara de asco.

- ¿Y por qué demonios tengo que ser yo esa chica? - inquirí cada vez mas irritada.

- ¿Quién más iba a ser?

Era un completa ridiculez, incluso si nos hubiera visto juntos... Inspiré con fuerza en aquel momento, justo cuando el recuerdo de Jack y yo en aquel baño llegaba a mi mente.

"Esas dos..."

Nadie más nos había visto aquella noche y después de cómo nos vieron... Apoyé mi frente sobre mis manos mientras resoplaba. La próxima vez iría directa a casa, fue una idiotez seguir en aquella dichosa fiesta.

- Ahora Jack está en serios problemas.

Levanté la vista de nuevo y los observé sin entender.

- Lleva detrás de un trato desde hace meses, pero el dueño es un tanto... cabezota y antiguo. - una sonrisa se formó en los labios de Fran mientras hablaba. - Y ahora que incluso piensa que está prometido...

Jack se bebió lo que quedaba de su bebida de un trago. De repente Leo agrandó los ojos cuando estaban posados en Jack, después de unos segundos los volvió hasta mí. Su rostro se transformó consiguiendo que tuviera un mal presentimiento.

- Eh, podríamos apostar.

- ¿El qué?

Sasha fue la primera en preguntar llena de curiosidad, yo me limite a observar mientras Jack le echaba una mirada extraña a Leo.

- Jack, en realidad es muy sencillo. - sus ojos se encontraron y se miraron durante unos largos momentos. - Solo necesitas una chica...

Pasó un rato en el que el silencio fue nuestra única compañía. De repente Jack abrió los ojos, como si se acabara de dar cuenta de lo que estaba diciendo su amigo. Realmente no me gustó lo que vi en su mirada, mucho menos me gustó que con ese sospechoso brillo sus ojos acabaran posados en mí. Estaba maquinando algo. Después de lo un rato en lo que parecía darle vueltas algo asintió y se concentró en mí de nuevo.

- Decidido. - empezó a decir alzando las comisuras de sus labios y me señaló con el dedo. - Vendrás conmigo a esa reunión.




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