Devastadora tormenta.

XXII. Completamente devastador.

Os adoro ❤ 

 

 

 

Besar a Vincent fue... increíble. No voy a mentir. Sasha podía decir lo que quisiera sobre él, pero si le besara hasta ella tendría que admitir que lo hacía realmente bien.

Al principio solo iba darle un beso rápido, apenas un roce. Sus labios contra los míos durante un cortísimo periodo de tiempo, el suficiente para ver rabiar a Jack y entonces me separaría. Lo que no esperé es que Vincent pusiera su mano en la parte baja de mi espalda para después empujarme contra él y profundizar el beso. Mis labios se abrieron y su boca recorrió la mía centímetro a centímetro. Noté el toque de sus dedos en mi espalda, el calor traspasó la tela de mi camisa ahí donde ejercía presión. Creo que por un momento olvidé donde me encontraba, entonces me aferré a él cuando empezó a volverse algo más apremiante.

- ¡Ya está bien!

Con aquel grito mi mente reacciono y aparté de un empujón a Vincent lejos de mí, haciendo que por fin nos separásemos. Fue como si estuviera completamente eclipsada, mi respiración estaba acelerada y notaba el calor adueñándose por completo de la piel de mi rostro. Me tomó algunos momentos volver a la normalidad. Unos instantes después girarme hacia la persona que acababa de gritar.

- ¿Sasha?

Su vista estaba clavada en mí con completo espanto, casi podía decir que hasta enfado, como si acabara de cometer la traición más grande del mundo. Desvió la vista pasados unos instantes y para cuando sus ojos volvieron a mirarme, había vuelto por completo a la normalidad, dejando que pensara por unos segundo que me lo había imaginado. Posó sus manos en su cadera y dejó escapar un suspiro.

- Ponía un beso, no que os liéis como adolescentes hormonados en medio de un bar lleno de gente.

Una vez más el calor recorrió mi rostro. No dije nada, no sabía que decir. ¿Qué demonios acababa de hacer? Había besado a Vincent, incluso si ahora no parecía tan grave por los grados de alcohol en mi organismo estaba más que segura que mañana querría meter la cabeza bajo tierra. Él tampoco dijo nada, ni siquiera me atreví a mirarlo, así que en vez de hacer eso mi mirada se dirigió hacia Jack, el cual estaba a apenas unos pasos de nosotros. Parecía... no lo sabría decir con exactitud. Aunque no despegaba su vista de mi había un brillo desconocido que me ponía realmente nerviosa.

Y ansiosa.

- ¿Has acabado con tu intento de demostrar lo que sea?

Apreté los labios con fuerza. Aquel estúpido poseía realmente la habilidad de saber como enfadarme con facilidad.

- Sí, ha sido más que satisfactorio.

Vi como tensó los hombros en cuanto solté aquellas palabras.

- Claro, es que besarte con completo imbécil debe ser realmente satisfactorio para ti.

Hasta ahí. Simplemente me harté, era demasiado alcohol, ira y ganas de tirarle aquella maldita ruleta a la cabeza. Así que antes de cometer un homicidio, decidí marcharme de allí. Me erguí dirigiéndome hacia la puerta, no si antes darle un empujón a mi querido vecino en mi camino hacia la salida.

.

.

No se como pude pasar entre toda la gente que había amontonada en aquel bar, pero al final conseguí salir de allí, no si antes llevarme algún que otro codazo y alguna que otra mala mirada.

Al abrir la puerta que daba al exterior una brisa fría se pegó a mi piel. Maldije en voz baja, recordando que había dejado mi chaqueta en el guardarropa. Me rodeé mi cuerpo con los brazos mientras un temblor recorría mi espalda. Salí y vi que había por la puerta equivocada, estaba en el aparcamiento trasero del local. Estudié el lugar con los ojos; extrañamente estaba completamente desierto. Caminé, pero a cada paso que daba mas me iba arrepintiendo de haber salido fuera. Estaba furiosa y estaba segura de que si me hubiera quedado alguien habría acabado con la nariz rota.

Sin embargo, ahora que estaba fuera... ¿qué? No podía irme, había venido con Sasha después de todo, tampoco podía esperar en su coche, ni siquiera tenía las llaves. ¿Taxi? Descartado. Eso significaría tener que volver dentro y pedirle a Sasha el ticket que nos habían dado por dejar las chaquetas en el guardarropa, donde claramente había dejado las llaves de mi apartamento.

Gruñí exasperada.

"Estúpido orgullo"

"Estúpido alcohol"

Oí entonces el sonido de la puerta detrás de mí, pero apenas le hice caso metida en mis pensamientos. Pasaron unos segundos hasta que oí como alguien gritaba.

- ¡Eh!

Me di la vuelta casi inmediatamente reconociendo enseguida aquella voz y encontrándome a Jack de brazos cruzados apenas a unos metros de mí. Estaba enfadado. Aún desde aquella distancia pude notarlo. Fue como si pudiera ver la ira salir por cada poro de su piel. Todo su cuerpo estaba tenso mientras me miraba como si quisiera rodearme el cuello con las manos y estrangularme en aquel preciso momento. Si, realmente estaba enfadado.

Bien, al menos yo no era la única.

- ¿Qué demonios quieres ahora? - inquirí sin disimular la furia de mi voz.

Dio unas cuantas zancadas hasta mi.

- Si crees que puedes huir...

- ¿Huir? - solté una carcajada notando como mi mente iba aclarándose del alcohol y daba paso solo a la ira. - No huí, simplemente me fui para no estampar tu cara contra esa ruleta.

- ¿Acaso estás enfadada? ¿Tú?

- Dejame en paz Jack. - solté con cansancio.

Me di la vuelta aunque enseguida me di cuenta que tampoco tenía donde ir. Di un paso, pero entonces la mano de Jack rodeó mi brazo obligándome a detenerme. Hizo que me girara obligándome a mirarle haciendo que me percatara del hecho de que repentinamente nos encontrábamos demasiado cerca uno del otro.

Respiré hondo mientras notaba los nervios comenzando a invadir por completo mi sistema.

Ya no estaba furioso.

O bueno, si que lo estaba. Pero lo que vi en sus ojos en ese preciso instante hizo que realmente quisiera huir lo mas lejos posible de allí.




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