Devastadora tormenta.

XXIV. Inquietante sensación.

No se que fue mas duro, si pensar en la posibilidad de volver a cruzarme con Jack, o el dolor de cabeza que me estaba entrando por todo lo que me estuvo diciendo Sasha durante el viaje de vuelta a casa. Apenas la escuché en realidad. Solo se que dijo cosas como, "te lo dije", "siempre tengo razón" "¿Por qué has esperado tanto?" o "¿Qué pensabas hacer en medio del aparcamiento si no hubiera aparecido?" En ese momento fue cuando desconecté y dejé de escucharla. Cerré los ojos para apoyar mi frente contra el frío cristal de la ventanilla del coche.

Lo único que quería hacer en ese instante era dejar mi mente en blanco y olvidarme del mundo por completo. Claramente, aquello era imposible con Sasha al lado.

- Te preguntaría si prefieres que te deje en tu casa o en la suya, pero dado que sois vecinos creo que no hace falta.

Solté una especie de gruñido mezclado con agonía y apreté los labios, deseando que aquel viaje se pasará rápido.

.

.

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En cuanto Sasha detuvo el coche me bajé enseguida, ni siquiera me despedí de ella. Lo único que hice fue correr hacia la entrada del edificio mientras oía a Sasha gritar, lo más seguro es que nada bueno. No me importo, me tiraría desde un coche en marcha con tal de no oir nada más de su boca. Practicamente corría hacía la entrada de los apartamentos. Cuando cerré la puerta tras de mí me apoyé durante unos segundos en ella para soltar el aire que había estado reteniendo.

Desgraciadamente, fue en ese momento cuando realmente pensé en todo lo que había ocurrido.

Me he vuelto loca. Me he vuelto completa y rotundamente loca."

¿Por qué? ¿Como demonios había pasado algo así? Gruñí interiormente. Todo era culpa de Sasha y la ruleta de los mil demonios. ¿Por qué había accedido a jugar a ese estúpido juego? No solo había besado a Vincent, el cual estaba segura de que me había tachado de loca, si no que había besado a Jack.

A Jack.

Al psicópata derriba puertas de mi vecino.

Él que se dedicó a despertarme a las dos de la madrugada.

Él que me tiró la puerta abajo.

Él ...

"Él que besa tan bien."

Solté un soplido. Estúpido subconsciente.

Entonces me agaché llevándome las manos a la cabeza totalmente avergonzada de mi misma. ¿Por qué no había en la tierra un agujero para meter la cabeza y no salir en todo lo que me quedaba de vida? ¿Cómo podría volver a mirarlo a la cara? Y es que podría intentar evitarlo, pero pensando en los últimos acontecimientos tenía claro que me lo volvería a cruzar. Tenía mas que asumido que el karma me odiaba. Muchísimo.

Me revolví el pelo nerviosa. No se cuanto tiempo estuve en aquella posición diciéndome mentalmente lo idiota e inconsciente que era, pero cuando me levanté fue con el claro pensamiento de ir a casa y no volver a pensar en aquello. Por lo menos hasta el día siguiente en el que Sasha tendría el gran detalle de recordármelo, eso si no me encontraba con Jack en medio del pasillo como buena voluntad del karma.

Fui directa hacia las escaleras notando como mi cuerpo pedía a gritos un baño de agua caliente. Solo de pensarlo hizo que subiera mas rápido hasta alcanzar mi rellano. Enseguida me percaté de que el pasillo apenas estaba iluminado pues algunas de las lámparas seguían fundidas, no las habían arreglado aún. Caminé sin detenerme deseosa de tener ese baño, casi podía notar la sensación del agua caliente en mi piel. Fue en aquel instante, en el que me encontraba a poca distancia de mi piso cuando una desconocida sensación me sacudió, golpeando mi pecho. Respiré hondo, sin saber de que se trataba. No fue hasta que llegué finalmente a la entrada de mi piso que lo entendí

"Está abierta."

Me detuve paseando mi mirada detalladamente por la superficie de madera vieja. No es que estuviera completamente abierta, más bien desde mi posición podía ver una pequeña rendija que dejaba ver que no se encontraba cerrada. Arrugué el ceño mientras mi mente comenzaba a trabajar con rapidez. Las dudas de si había dejado la puerta así al salir me asaltaron, si embargo, el recuerdo de mí misma cerrando la puerta aquel día era claro y conciso.

Di un paso notando como los nervios se iban a apoderando de cada extremo de mi cuerpo. Avancé con vacilación para elevar mi mano con temblor y apoyarla en la puerta. Di un leve empujón dando lugar a un pequeño chirrido que se escuchó por todo el pasillo, dejando que mis nervios se dispararan aún más. Vacilé durante unos momentos, pero al final, la abrí por completo permitiendo que la luz del pasillo entrara al apartamento dejándome ver el interior.

Mis ojos estudiaron el lugar. Todo parecía normal, o al menos eso pensaba. Cuando mis pies avanzaron hacia dentro aquella inquietante sensación volvió a golpearme justo en el pecho. Tomé una bocanada de aire, tratando de detener los latidos histéricos de mi corazón. Adelanté otro paso, adentrándome por completo y mis manos buscaron a tientas el interruptor en la pared. Después de unos segundos que parecieron interminables pude encender finalmente la luz.

Entonces, fue cuando grité.

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La tormenta continuara.

Ay, lo sé, me quereis matar por dejarlo así. Paciencia <3

Espero que os haya gustado, ya sabeis, no olveis votar la novela y comentad!

Recuerda:

#Noseasfantasmita

#Asashanolesgustanlosfantasmitas

#Dejamesaberqueexistes

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