Devastadora tormenta.

XLV. Cruce de sentimientos.

La luz que se filtraba por la ventana aquella mañana consiguió que por fin abriera los ojos e inspiré hondo notando un olor agradable prendado de la tela suave contra mi rostro. Durante unos segundos me quedé allí sin variar mi postura, dejando que las sensaciones agradables que sentía en ese momento me recorrieran durante unos momentos más. Después de un rato acabé incorporándome girando mi rostro más de una vez; mis ojos buscaron por toda la habitación hasta que al final fruncí el ceño. No había rastro de Jack en el dormitorio.

Me sorprendió mas de lo que me gustaría salir de la habitación y no encontrar a Jack por ninguna parte del apartamento. Siendo sincera una pequeña parte de mi esperaba encontrar alguna clase de nota que pudiera haber dejado para evitar verme y no encontrarse conmigo; aunque tampoco encontré nada de eso, y no pude evitar suspirar algo aliviada.

Quería decir, sabía que Jack no era de esa clase de chicos.

¿Segura? Tampoco lo conoces tanto.

Apreté los labios con fuerza ignorando aquel ultimo e inútil pensamiento. ¿Dónde diablos se había metido? ¿Acaso era lógico acostarse con alguien y desaparecer a la mañana siguiente? Pensaba que los gilipollas que hacían eso solo existían ya en los malas historias de wattpad. Entonces lo medité seriamente. ¿Y si me iba y ya está? Quizás fuera lo más fácil, después de todo, ¿Qué se supone que le dices a alguien que aparentemente no soportabas la mañana siguiente después de acostaros juntos? Resoplé y decidí vestirme entendiendo que no iba a llegar a ningún sitio dándole vueltas a lo mismo; pasé por el baño a intentar hacer algo con mi pelo y cuando salí estaba ya estaba decidida, no me pensaba ir hasta que Jack volviera.

Si lo que quería era no cruzarse conmigo la llevaba clara.

En realidad no tuve que esperar tanto, justo cuando estaba terminando de prepararme unas tostadas ( si, creo que cuando te acuestas con alguien tienes todo el derecho a atracar su nevera en busca de comida, mas si esa persona te ha derribado la puerta dos veces. )

Aún mas derecho.

Fue cuando oí sus pasos sobre el raído suelo de madera del salón que me di la vuelta y me crucé de brazos preparando mi mejor cara de enojo, sin embargo, me había olvidado por un segundo de la realidad. Los ojos de Jack chispearon en cuanto repararon en mi presencia y bajaron lentamente. El calor asomó por mi rostro y me di realmente cuenta en ese preciso instante lo que realmente había pasado entre los dos hace algunas horas. Repentinamente ya no me sentía tan valiente como momentos antes. Cuando la mirada de Jack volvió a mi rostro sentí mis piernas flaquear y una vez mas noté aquella falta de aire.

Respira, solo coge aire y respira.

Lo hice tratando de calmarme. ¿Acaso no podíamos estar los dos en la misma habitación sin el peligro de morir por falta de oxigeno? Dio un paso hacia mí en ese preciso momento y las ganas de salir corriendo se adueñaron de mi, aunque no sirvió de nada pues mis piernas parecían estar congeladas por completo.

– ¿Llevas mucho tiempo despierta? – preguntó en un tono de voz que consiguió que mi piel fuese recorrida por pequeñas descargas.

Negué despacio sin poder hablar. ¿Acaso también me había quedado sin voz?

Espabila, Kay.

Me mordí la lengua.

– Fui a comprar algunas cosas –. acabó diciendo al ver que no respondía.

– Ya... veo –. comenté con voz entrecortada.

Jack debió notar lo nerviosa que estaba pues una pequeña sonrisa apareció por las comisuras de sus labios. De repente avanzó, dejando las bolsas encima de la encimera y yendo hasta mí. No me moví, simplemente era como si me cerebro hubiera perdido la conexión con el resto de mi cuerpo y este ya no fuera capaz de seguir sus ordenes.

Sus manos me tomaron por el rostro haciendo que lo alzara hacia él, pero antes de poder decir nada sus labios se adueñaron de los míos. Fue un beso tierno y al mismo tiempo consiguió arrebatarme por completo el aliento. Cuando su cabeza se alzó de nuevo y sus ojos conectaron una vez mas con los míos, una sensación completamente indescriptible abordó mi pecho.

– Por uno momento dudé si te encontraría aquí o habrías huido.

Intenté que mi cara no mostrara ninguna expresión, pues la idea de huir y no cruzarme con Jack había pasado por mi mente, sin embargo, después de lo ocurrido no había podido hacerlo.

– Desapareciste...

– Quería prepararte el desayuno. Pensé que dormirías hasta tarde, parecías cansada así que te dejé dormir.

Intenté que no me afectara demasiado aquel gesto, pero no pude evitar que mi corazón diera un vuelco. Sus manos bajaron hasta mis caderas y me empujó suavemente hacia él. El calor de sus manos traspasó la tela de mi camisa y temblé de anticipación.

– Pensé que no querrías encontrarme aquí.

Echó la cabeza hacia atrás en ese instante alzando las cejas brevemente.

– ¿Yo? – rio con las comisuras elevadas – creo que de los dos, yo soy el que menos manía tiene de huir después de que algo ocurra.

Touché.

No dije nada, simplemente porque no estaba demasiado dispuesta a darle la razón. Por mucho que la tuviera.

– Aunque si hay algo que me ha sorprendido...

–¿El qué?

– Pues... – su rostro descendió cortando la distancia y su susurro acarició mi piel – No pensé que te encontraría tan... vestida.

Esta vez fue mi turno de alzar las cejas con algo de escepticismo.

– No me mires así, pensaba que te encontraría como te dejé – su boca se pegó a la mía y de nuevo tuve que recordarme a mi misma como respirar – sin ninguna clase de prenda encima.

Llegados a ese punto mi mente no era capaz de procesar nada, lo único que podía enfocar era lo cerca que estaban los labios de Jack de los míos. Inspiré con fuerza deseando desesperadamente sentirlos de nuevo.




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