Devil

07

Anael abrió los ojos con lentitud mientras se quejaba algo adolorida en la cama que reconocía no era suya, se incorporó con lentitud mientras llevaba su mano a la cabeza, punzaba bastante, observó a su alrededor, ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? ¿Cómo llegó allí si lo último que recordaba era haber ido al departamento de su profesor Edmund? Chasqueó la lengua con un suspiró, cerró los ojos masajeando su cuello tratando de tener una mínima memoria de lo que había pasado antes de despertar en ese desconocido sitio, fue cuando los recuerdos golpearon su mente sacándole un jadeo de asombro.

*Flashback*

—Anael, no pelees conmigo, no entiendes la gravedad del asunto —reprendió Rafael con mal carácter, cansado de tener que lidiar con las imprudencias de los humanos.

—Oye —aquella voz gruesa y varios tonos más baja de lo común erizó la piel de la humana que volteó en su dirección encontrándose con Imonae sosteniendo por el cuello a Thomas mientras su verdadera forma demoníaca se hacía presente—. Suéltala o verás lo que puedo hacerle a este idiota, aquí, en la Tierra, con mis habilidades destruyendo todo lo que tú y los tuyos han tratado de mantener en pie.

Anael observó a Rafael notando cómo este apretaba los dientes sabiendo que debía hacerle caso, ella supo de inmediato que el rubio no estaba bromeando, que allí podía desatarse una de las más grandes tragedias seguida de la declaración de guerra entre el Infierno y el Cielo.

—Lo mejor será que te retires, Imonae —habló Rafael mientras retenía a la joven por el brazo.

—Quítale tus manos de encima —el demonio bramó molesto, la energía a su alrededor se agitaba con fuerza logrando que muchos escombros y muebles fueran aventados por todos lados siendo imposible acercarse—. Libérala.

—No puedo hacer eso, no es necesario que hagas esto, no dejaré que se acerque a ti hasta que controles tu poder —espetó jalando a la chica hacia atrás para protegerla de posibles daño.

Ann observaba todo horrorizada, estaba preocupada por sus padres pero también por ese hombre oscuro que estaba decidido a enfrentar a toda la horda de ángeles que presenciaba el hecho, detalló a cada soldado de luz sabiendo que no sería capaz de ganar pues Imonae estaba débil, él mismo lo había dicho y ella no quería que se desatara una masacre en lo poco que quedaba de su hogar; intentó acercarse pero Jhosiel la retuvo desde atrás por los hombros, en cuanto Ann volteó sobre su hombro para verlo vio al guía negar con lentitud, no era momento, el diablo estaba descontrolado y podía ser peligroso para su vida humana.

—Imonae, retírate —hablo Jhosiel con calma sin quitar sus manos de los hombros de la universitaria—. Si Anael se acerca a ti no soportará la energía que te rodea, ella es humana, recuérdalo.

—Ellos van a apartarla de mi como lo hicieron en el pasado —espetó el demonio no queriendo dar el brazo a torcer.

—La decisión es de Anael, siempre ha sido así —Jhosiel respondió serio—. Yo la cuidaré, no tienes que terminar mal este encuentro, no le muestres una parte de ti que no quieres que conozca todavía.

—Pero... —Imonae parpadeó un par de veces y luego dirigió su vista a la muchacha que asombrada oía y observaba todo—. Anael, mi ángel...

— ¿Imonae? —Ann susurró tragando duro, tenía la sensación de que había vivido antes algo similar.

El ser oscuro bajó los brazos desistiendo de atacar pero debiendo controlar mejor todo su poder, sabía que para ello tenía que reabsorber todo el despliegue de energía que había traído desde el Inframundo y solo se limitó a observar unos minutos a Anael, le sonrió prometiendo en silencio regresar por ella, luego llevó sus orbes rojizos hacia Jhosiel que con un asentimiento de cabeza le hizo saber que mantendría la humana sana y salva. El ángel guía no dudó en escudar a la chica con sus alas, formando así una especie de capsula que detuvo todo aquello que pudiera hacerle daño, la explosión mandó por los aires a cada uno de los presentes, algunos la resistieron, otros debieron cubrirse y algunos pocos no pudieron siquiera soportarla desintegrándose allí mismo.

Rafael se adelantó unos pasos tras usar sus alas como escudos, barrió el sector con una mirada furiosa notando que Imonae había desaparecido del lugar acompañado de sus demonios aprovechando todo el desastre que había ocasionado, era bastante hábil; el arcángel gruñó molesto mientras volteaba a ver a los suyos que se erguían, sus ojos fueron a Jhosiel que movía sus alas descubriendo su cuerpo y el de Anael, inconsciente entre sus brazos.

—Llévala a un lugar seguro —ordenó el arcángel ya cansado de toda la situación—. El sacerdote puede ayudar.

—No estoy seguro de esto, creo que deberíamos esperar a que despierte —Jhosiel negó no estando seguro.

—Sigue las órdenes, Jhosiel —demandó y el ángel guía asintió con lentitud no teniendo más opción que esa.

*Fin Flashback*

La joven suspiró, todo había sido un gran desastre, no sabía si sus papás estaban bien, qué había sido de todos esos ángeles o si realmente Imonae logró escapar, estaba algo perdida si debía ser sincera; se puso de pie notando el pijama que llevaba puesto, se encaminó a la puerta del cuarto para abrirla con lentitud y encontrar un grupo de jóvenes yendo y viniendo por el corredor, varios la observaron interesados y otros con obvias interrogantes, ¿Qué era ese lugar? ¿Dónde estaba? Caminó con rapidez esperando encontrar a un encargado o un adulto que pudiera darle respuestas cuando se topó con Thomas que la observó perplejo.




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