Devorador de Emociones

Epilogo

  • ¡Odio este calor!
  • Aquiles, ya es la quinta ves en menos de una hora que te quejas – Dijo Punto.
  • Además, solo llevamos cuatro horas de caminata desde el punto de llegada – Dijo Coma.
  • ¡Pensé que al triangular la Zona con la depresión de temperatura sería más fácil encontrarlo, pero ya tengo 4 Horas Caminando!
  • Llevamos – Dijeron los dos al unisonó.
  • Oigan chicos, no es que los quiera hacer sentir mal, pero… ¡ustedes son Drones!

            En medio de la nada, Siria, 4 años antes…

      Cuando Sanders me dijo que encontrar a Jorge en Siria seria pan comido… me lo comí entero, esto se convirtió en encontrar una aguja en un pajar. El desierto sirio es un enorme grupo de dunas y montañas que abarca casi cinco países, y mi único apoyo en esta misión, desde que Sanders me dejó lanzándome de un avión, son dos Drones controlados por satélite por una pareja poco convencional, Punto y Coma.

  • ¡Oh vamos! Solo están haciendo treinta y tres grados Celsius, cuando encuentres a Jorge y nos vallamos de aquí podrás descansar y comerte un helado – Dijo Punto
  • Oh mejor un te helado con bastante hielo – Dijo Coma
  • Con una Sombrilla en el borde – le replicó Punto.
  • ¿Saben? Están convirtiéndose en mi pareja Gay favorita.
  • Ay si, deja los celos – Dijo Punto.
  • Oh espera.

El radar en mi antebrazo derecho comenzó a Pitar constantemente, era el sensor de calor, si la información que Sanders me había dado era correcta, la temperatura del ambiente al estar cerca de Jorge debería bajar exponencialmente, y el sensor de mi radar me mostraba que mas adelante las temperaturas comenzaban a bajar desde treinta y tres hasta quince grados Celsius.

  • ¿Lo encontramos? – Preguntó Punto.
  • No imbécil, yo lo encontré.
  • La señal de calor baja mas de temperatura en dirección al este – Dijo Coma

Era Bajando la colina, me apresuré a trotar hacia el este, la temperatura había bajado bastante. Y Justo ahí, al pie de la colina, en lo que parecía ser una mina abandonada, había hielo cristalizado en las paredes, el frio que emanaba del interior era sorprendente, pero lo que más llamó mi atención era la emoción que sentía. Miedo.




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