Mi mano comenzó a dolerme, como si me hubieran clavado una aguja entre el dedo pulgar e índice, haciéndome soltar mi bolso de cuero en el asfalto en la entrada del teatro; fue extraño, solo duro un par de segundos y después volvió a la normalidad, por algún motivo esto no me gusta, ya tengo suficiente con saber que hay unos tipos siguiéndome y el día de hoy no es la excepción. No podía identificar donde estaban, había mucha gente haciendo fila a lo largo de la acera, y todos con las emociones a flor de piel, muchos estaban emocionados con entrar, pero entre la multitud había algo que no encajaba, una emoción que no era ni miedo ni entusiasmo; además de eso también había una enorme entidad dentro del teatro que si pudiera tocarla sería como papel de lija, dura y muy áspera. Esta era una de las razones por las que no quería venir, odio los cúmulos de emociones. Por suerte, la fila caminaba rápido y entramos en cuestión de minutos al lobby del teatro.
Lore estaba hermosa en ese vestido largo color violeta oscuro como los pétalos de una orquídea, su cabello estaba suelto y en su cuello descansaba un collar plateado con un dije brillante como un diamante. Eso y uno sarcillos redondos que combinaban con el dije. En el lobby del teatro, que era tan grande como una cancha de tenis, colocaron una tarima de madera en la que había una mesa llena de micrófonos de varios canales de televisión públicos y privados, sin duda la prensa estaba cubriendo muy bien este evento; todos los presentes nos acercamos a la tarima, y en cuestión de segundos, justo detrás de la tarima aparecieron camareros vestidos de blanco y corbatines negros, se movían alrededor de la multitud con bandejas de plata en mano, las copas de champagne rodaban por todo el lobby, como dando antesala a la llegada de la embajadora. Brenda.
Esto cada vez pintaba más a que Aquiles era quien movió los hilos para que nos encontráramos, siempre odie eso, buscaba las mil maneras de hacer que nos viéramos y eso no me gustaba, pero ahora tiene de nuevo mi atención solo porque necesito saber que quieren de mí y Black apunto a que Aquiles sabia la respuesta. La gente hablaba en el lobby mientras esperaban a la Embajadora, tardo unos minutos en hacer aparición, todas las cámaras se fueron al frente junto con los reporteros que cubrirían el evento. Brenda, cabello corto, liso y negro a la altura de los hombros, vestido azul oscuro sedoso y largo con un cinturón de lentejuelas negro y tacones altos del mismo color, sin mangas, haciendo que lo blanco de su piel y sus pecas resaltaran, un collar de perlas y sarcillos a juego, subió a la tarima a la vez que los presentes aplaudían su llegada, ellas los saludo amablemente mientras se sentaba en el centro de la mesa, junto a ella estaba el alcalde del municipio y tres personas más que formaban parte su grupo político; Personas que había visto antes en las noticias pero ni idea de cómo se llamaban o que hacían. Brenda estaba en el centro, seria pero sonriente, junto con dos enormes sujetos de piel moreno vestidos de negro con un auricular en el oído izquierdo, supuse que serían sus escoltas.
A simple vista Brenda seguía viéndose como en aquellas auto fotos de Facebook que llegue a recordar, pero ya no era regordeta como solía serlo, ahora tiene ese aire de madurez que tal vez el puesto de embajadora forjó en ella, segura de sus palabras y de carácter compasivo pero justo, se le notaba emocionada, y actuaba como si estuviera buscando a alguien con la mirada. ¿Acaso estaba buscándome a mí?