Devorador de Emociones

Luna de Sangre

     Desperté repentinamente encontrándome con una estaca de hielo apuntando hacia mi frente, procuré no moverme ni un centímetro mientras seguía viendo eso. Gruñía, sentía los colmillos tan largos como no los había sentido antes, mi corazón palpitaba tan fuerte que podía sentirlo golpear mi pecho.

- Aquiles… - Escuché una voz femenina resonar como eco en mis oídos.

- Tranquilo – Era la voz de Black, la escuchaba como un susurro.

- ¿Aquiles estas bien? – Esta vez pude escuchar la voz de la chica con mayor claridad, era Brenda.

      Mis sentidos estaban volviendo poco a poco, la estaca de hielo era sostenida por Jorge que estaba arrodillado sobre la cama frente a mí, la expresión de rabia que tenía dibujada en el rostro fue apaciguándose poco a poco, haciendo que Jorge bajara la estaca de hielo. Fue entonces cuando sentí el tacto de una mano suave en mi mano izquierda.

- Aquiles – Era Brenda – ¿Estas bien?

     Alcé mis manos y me froté el rostro un par de veces. Sentí un dolor punzante en mi hombro derecho y mi cabeza palpitaba de dolor.

- ¿Qué… qué paso?

- Brenda estaba preocupada por ti… – Habló Black –… así que rastreó tu teléfono y me llamó a mí para que la ayudara.

- Te encontramos tirado e inconsciente en el patio de la casa de Ivanna – Dijo Brenda – Estabas todo rasguñado, ¿Qué paso?

- ¿Dónde está ella?

- No la encontramos – Respondió Black – ¿Aquiles qué coño pasó allá?

     Cuando me di cuenta estábamos en mi departamento, era la que antes había sido mi habitación hace cinco años en una cama que yo había improvisado con cajas y libros viejos que alguien había dejado aquí en casa. Kristian estaba en el marco de la puerta, mirando lo que ocurría.

- Silveiro se llevó a Ivanna – Dije levantándome de la cama.

- ¡¿Qué?! – Dijo Kristian mientras me seguía y salíamos de la habitación.

- Tengo que encontrarla

- ¿Sabes siquiera en dónde empezar? – Me preguntó Jorge – ¿Además, como sabemos que no es una trampa?

- ¿Qué?

- Black tiene razón Aquiles – Dijo Kristian – ¿Como sabemos que esto no es una trampa que Silverio tiene montada para capturarlos a ambos y que termines con el contrato?

- Se perfectamente que es lo que quiere Silverio. Debo encontrarla antes de que sea demasiado tarde.

- ¿Demasiado tarde para qué? – Habló Brenda.

- ¿Acaso hay algo que no nos has contado?

     No me quedó más remedio que contarles, les hablé de Silveiro, de nuestra apuesta y de lo que había ocurrido el día que los había llamado, el día que comenzamos los entrenamientos. Todo pasó tan rápido y en tan poco tiempo que no me había percatado que siquiera había planeado algo en caso de que no pudiera proteger a Ivanna, y todo por aquella maldita discusión con ella que me hizo olvidarme de que hoy se cumplía el tercer día que Silveiro me había dado.

- ¡¿Cómo se te pudo haber olvidado?! – Preguntó Kristian – ¡Y tiene Pinta de trampa por todos lados!

- Es demasiado tarde para reproches –  Dije mientras me sentaba en el centro del sofá y arremangaba mi brazo derecho, ahí en donde estaba el contrato – Debo encontrarla, y rápido.

- ¡Espera! – Dijo Kristian sujetando mi muñeca – ¿Sabes que día es hoy verdad?

- Se perfectamente que hoy es la luna sangrienta – Dije tirando de mi brazo para soltarme del agarre de Kristian – Ya bastante enojado estoy por haber olvidado que hoy era mi pelea con Silveiro como para que me recuerden el calendario lunar.

- Espera… ¿Qué? – Preguntó Brenda - ¿Qué es eso de luna sangrienta? – Dijo Abriendo los ojos de par en par.

     Kristian Suspiro profundamente antes de responder

- Ocurre con ciertos Reaver’s – Comenzó a hablar – Cuando la luna roja está en su total apogeo…

- … El Reaver pierde el control sobre sí mismo y sobre el contrato, dejándose llevar por su naturaleza – Dije continuando lo que Kristian quería decir.




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