¡ Devuélvanse a la niña !

Capítulo 21

Capítulo 21

—Quiero recordarte que hace mucho que no nos vemos —dijo ella finalmente, separándose apenas del jefe, que aún parecía un poco en shock por la sorpresa. Seguía pegada a él, presionando su cuerpo contra el suyo con una insinuación nada sutil.

—Estoy en el trabajo —murmuró Sergio, intentando apartarse de la insistente mujer—. Los clientes llegan pronto.

—Llegan en media hora. ¡Tenemos tiempo! —respondió Ángela, y esta vez no insinuaba, hablaba directamente de continuar con el momento y disfrutar de sus consecuencias.

—Lo siento, pero estoy muy ocupado —dijo Sergio con tono serio, y finalmente logró zafarse de los brazos de Ángela, apartó sus manos y añadió—. Y tú también prepárate. Como mi subdirectora de publicidad, tienes que presentar a los clientes varios paquetes promocionales que ofrecemos como bonificación, y mostrarles las cifras de ventas exitosas de nuestras bicicletas en los últimos meses. Que vean que estamos creciendo en serio.

—Ya estoy más que lista —contestó ella, frunciendo el ceño con ofensa—. Igual, podríamos haber alcanzado a hacerlo. ¿Y por la noche? ¿Vendrás a mi casa? Pido una pizza… y me pongo algo nuevo, tengo unas cositas interesantes… —dijo con una nueva mirada insinuante.

—No —negó con la cabeza Sergio—. No voy a poder ir esta noche. Ya viste… esa niña...

—Siiiii —Ángela entrecerró los ojos con rabia—. ¡Por cierto! ¿Es tu hija? ¿Por qué te llama papá?

—¡Claro que no! Estoy investigando ese asunto. Así que estaré ocupado casi… eh… ¡una semana por lo menos! —dijo Sergio con seriedad y salió de la oficina. Ángela comenzaba a irritarlo.

Por fin llegó a su despacho, y notó de reojo que su secretaria y Orisia miraban con atención algo en la pantalla del portátil. Ni siquiera levantaron la cabeza cuando él pasó por la antesala rumbo a su oficina: estaban completamente concentradas en lo que veían.

Sergio se sentó en su sillón y acercó los papeles para la reunión con los clientes. “Sí, debería repasar nuevamente los documentos que preparamos para esta cita”, pensó mientras los tomaba. Pero le costaba concentrarse. Ante sus ojos seguía brillando el pendiente de Verónica, y sus labios aún ardían con el beso de Ángela. La combinación de aquel caos emocional y sensual provocaba en Sergio un estremecimiento en todo el cuerpo. Sí, concentrarse era difícil, pero seguía siendo un profesional, y al final… lo logró...

Mientras Sergio se ocupaba de los documentos y se preparaba para la reunión con los clientes, Ángela, furiosa como una hiena, también decidió visitar el departamento de contabilidad...

Hanna Hnativna, contenta y entusiasmada, hablaba con sus empleados y organizaba cuándo irían a ver las nuevas salas que ya había acordado con el encargado de mantenimiento.

—Hanna Hnativna, ¿qué está pasando? —preguntó Ángela, mientras observaba disimuladamente a la nueva.

Antes solo la había visto de reojo, pero ahora, al mirarla bien, por dentro se torcía de rabia por el aspecto tan raro que tenía. “¿Cómo es que no la despidieron de inmediato por ese estúpido aro en el labio?” —pensó Ángela, aunque también comprendía que la desconocida… ahora ya conocida, era muy guapa.

Ángela fingió querer presentarse, sonrió ampliamente y dijo su nombre...




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