Devyn

Capítulo 7

Pasar la noche en la mansión fue la mejor decisión que tomé en meses, la cama king que se siente como si estuviese acostada en una nube, el silencio, no entra ni una maldita luz en mi habitación, el techo alto, la televisión lo suficientemente grande para ser una sala de cine, no quiero levantarme.

Pequeños pasos se escuchan en el pasillo, Carlos y Ryan viven con Igor, yo en cambio decidí tener mi propio lugar en una de las torres que le pertenecen a nuestro jefe.

Golpean la puerta y se de inmediato que es Ryan, mi gran amigo de pelo rojizo y pecas.

— Puedes entrar. — grito, sentándome en la gran cama.

— Oh, estás despierta, pensamos que íbamos a tener que arrojarte un balde de agua helada. — Ryan entra en la habitación.

Su vista pasa de la cama totalmente desordenada, no sé cómo puedo hacer eso mientras duermo. También nota mi ropa tirada por toda la habitación.

— Veo que el orden en tu vida sigue siendo igual. — ríe. Le lanzo una almohada. — El desayuno está listo si quieres desayunar con nosotros.

Una sonrisa tonta se forma en mi cara, hace tiempo no tenemos esta dinámica.

— Está bien, primero tomaré un rápido baño. — Él asiente y sale de la habitación.

Corro en ropa interior hacia el baño privado, cada habitación tiene una, lujos que solo puede tener Igor.

Escucho risas en la cocina y voy directo, lo primero que noto es la gran espalda de Carlos sin camiseta, Ryan está preparando algo de café, sus ojos se fijan en mí.

— Ahora sí puedo decirte buenos días. —su sarcasmo en la mañana hace que ponga los ojos en blanco.

— Cierra la boca y dame una taza de café. — me siento al lado de Carlos y choco su hombro con el mío.

— ¿Dormiste bien? — da un mordisco a su tostada.

— Afirmativo. Hace meses que no dormía tan bien.

Ryan deja una taza con café humeante frente a mí.

— Puedes volver a vivir aquí, sabes eso Devyn.

Ambos tienen caras serias porque sé que no les gusta que esté lejos, pero necesito mi espacio, ya no somos adolescentes.

— Lo sé, si digo que lo de dormir aquí se puede repetir, prometen que van a dejar de mirarme como cachorros.

— Por mi está bien. — mira a Carlos esperando una respuesta cuando él solo murmura un sí bajo.

El desayuno se me pasa volando, en gran parte por culpa de Ryan y sus comentarios sarcásticos y fuera de lugar.

— Necesito descargar algo de energía ¿podemos ir al gimnasio? — pregunto aunque sé que hoy tenemos que permanecer en la mansión, órdenes del jefe.

— No vas a salirte con la tuya está vez, iremos a la sala. — Carlos se levanta y mete sus cosas en el lavavajillas de la cocina.

— Una pequeña sesión de entrenamiento en la sala, me apunto. — Ryan aplaude.

Después de cambiarme por ropa cómoda que Ryan tuvo que prestarme los tres estamos en la sala que usábamos para entrenar, aquí es donde Igor nos enseñó todo lo que sabemos el día de hoy. Todavía recuerdo la vez que rompí el brazo de Carlos solo porque Igor me lo dijo, no podía ser débil frente a sus ojos.

— Bien ¿que quieres hacer hoy niña bonita? — Ryan comienza a saltar en el lugar para calentar su cuerpo.

Carlos como siempre va hacia el equipo de música para poner algo de música pasada para entrenar. Sonrío porque realmente extrañaba estos momentos con ellos.

— ¿Qué quieres hacer Devyn? — Carlos siempre es tan suave conmigo, Ryan hace burlas detrás de él.

— Hoy tu eres el que elige nuestro entrenamiento, entrenador.

Ryan se queja en voz alta.

— Quiero seguir con vida amiga. Gracias por dejar que él nos mate el día de hoy.

Unos minutos después estoy saltando la soga, Carlos mira fijamente como nuestro mejor amigo intenta salirse con la suya.

— ¿Alguno de ustedes sabe quién es el hombre que va a reunirse con Igor hoy? — esa pregunta está en mi cabeza desde la noche anterior dónde nuestro jefe pidió que estemos dentro y nuestros compañeros en rondas por la ciudad.

Carlos se encoge de hombros, siempre tan expresivo.

— No, ni siquiera habló conmigo sobre trabajar con alguien nuevo, no tengo ninguna información sobre esto. — aunque estoy agitada logro hablar.

— ¿Qué tal si comenzamos con algo de cuerpo a cuerpo? — Carlos se acerca a mí con una sonrisa engreída.

Tiro la soga al suelo como si quemara, mi cuerpo siente la adrenalina de volver a tener un enfrentamiento con Carlos, ambos sonreímos mientras caminando hacia el otro, las colchonetas bajo mis pies se sienten frías y rugosas, la sala llena de espejos hace que vea la espalda de Carlos, su cuerpo ya está preparado para embestirme.

Él da pasos de costado, rodeandome, mi respiración es irregular pero se que es solo una estrategia para ponerme nerviosa, ya conozco sus movimientos y sé que él no va a dar el primer golpe porque es un caballero.

Carlos sigue moviéndose en círculos, rodeándome como un depredador midiendo a su presa.

— ¿Vas a darme el primer golpe o prefieres esperar a que te derribe? — Su tono es burlón, pero su mirada es seria.

— Ni lo sueñes.

Me lanzo hacia él sin pensarlo demasiado, buscando desequilibrarlo con una patada baja a su pierna, pero Carlos la esquiva con facilidad y contraataca con un movimiento rápido de su brazo, intentando engancharme por el cuello. Me agacho a tiempo y me deslizo hacia un costado, aprovechando la inercia para barrerle los pies.

Carlos cae de espaldas, pero en cuestión de segundos ya está de pie otra vez. Antes de que pueda reaccionar, me atrapa por la cintura y me levanta en el aire como si no pesara nada.

— ¡Carlos, bájame, hijo de puta! — forcejeo, clavándole los codos en los brazos, pero él sólo ríe.

— Aún no, pequeña. — Sujeta mis muñecas con fuerza cuando intento darle un codazo en la cara.

Aprovecho el impulso y enredo mis piernas alrededor de su torso, usándolo como palanca para girar sobre su espalda. Con un movimiento rápido, consigo deslizarme por detrás y presionar su cuello con mi antebrazo.



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En el texto hay: mafa, robos y autos, apuesta drama romance

Editado: 31.03.2025

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