¡di que sí!

4

- Hace cinco años solo estaba enamorado de ti. – Vio con satisfacción como le borraba la expresión divertida y burlona de hacía un instante.

- ¿Sí? Es extraño que me entere cinco años después.

- ¿Nunca te diste cuenta acaso?

- A veces las mujeres necesitamos las palabras, Luke. – Dijo con sarcasmo ocultando un repentino sentimiento de dolor y amargura.

- Pensé que lo sabías ¿Nunca lo sentiste cuando te hacía el amor?

- ¿Te podrías callar? – sentía caliente la cara, ¡Maldición! ¡Ella no se sonrojaba!

- Te has puesto roja. – le dijo con sorpresa y en un gesto inesperado puso su mano en su mejilla con una ternura que la sorprendió.

- Bueno, estamos en un lugar público. – Se hizo hacia atrás para librarse del contacto, un segundo más y habría ronroneado como un gatito.

 

No es que haya saltado sobre ti precisamente- Esta vez él tenía el control de nuevo, le hablo con voz baja, grave y sensual y ella tragó saliva compulsivamente. Él solía susurrarle al oído o decirle en voz baja cuando estaban en público lo que le haría cuando estuvieran solos. – Quiero besarte. – Lo dijo de pronto, sin pensarlo. Aunque en realidad era lo único que tenía en la cabeza en cuanto la había visto de nuevo.

- No creo que eso sea buena idea.

- ¿Por qué no?

- Estamos bien así ¿Para qué complicarlo todo?

- Siempre hemos sido complicados Krista. – Punto a su favor.

******

 

- ¿Y luego? – Natalia estaba tirada en el sillón de su oficina oyendo el resumen de lo que había pasado con Luke esa tarde. Tenía una bolsa de papas fritas y la miraba con atención como si estuviera viendo su serie favorita.

- Y luego nada, no pasó nada.

- Aburrida.

- Sensata.

- Cobarde.

- ¿Qué no odiabas a Luke apenas ayer Nat?

- Eso fue hace una semana, y dejé de hacerlo en cuanto supe que era inocente, en realidad tuve que comprobarlo. Charlé largo y tendido con Gema ese mismo día que Luke proclamó su inocencia.

- ¿Qué tú hiciste qué?

- Me lo contó todo y de paso me lo aclaró Aldo, así que el hombre es inocente. ¿Segura que no quieres ya nada con él? Porque si a mí me propone algo yo digo que sí. – La picó más. – ¿O mejor yo se lo propongo?

- No sigas por allí. – Le dijo con voz helada.

- ¡Lo ves, te mueres por él!

- Ya cállate, y acompáñame, necesito otro par de manos para este trabajo.

 

- ¿Quieres hacer un trío con Luke?

- Graciosita. Iremos a la casa del cliente, quiere que tapicemos la recamara con papelitos adhesivos o post-it y que todos digan: te amo, cásate conmigo... los haremos a mano. Tengo dos equipos en ello y aun no acaban y como veo que te sobra la energía vendrás conmigo.

- ¿Tapizarla con post-it? No sé porque algunos se empeñan en ideas ya tan usadas y no hacen caso a las tuyas tan innovadoras, menos mal son pocos los que se aferran a lo antiguo.

- Gracias y vamos.

Cinco horas después, seguían sin acabar, eran diez manos, pero la habitación era realmente grande y usar pequeños papelitos de aproximadamente 5x10 centímetros para tapizar todo, era un tremendo engorro. El resultado estaba quedando único, pero no quería saber cómo le iba a hacer la pareja para quitarlo todo, eso ya no entraba en su contrato. Al día siguiente tenía un trabajo que requería también diversos preparativos, pero al menos no se trataba de pegar nada. Su teléfono sonó cuando era casi media noche y estaban por terminar, gracias a Dios.

- Krista Love.

- Soy yo. – La profunda voz de Luke la hizo estremecerse.

- ¿Cómo es que tienes mi número?

- Ciertamente no gracias a ti ¿Ya has terminado? Natalia me dijo que el trabajo de esta noche era realmente fastidioso.

- Así que ella te dio mi número.

- ¿Tienes hambre? Estoy cerca de donde estás te puedo llevar algo.

- No, no. Ya casi acabamos. No tengo hambre – Natalia que estaba en el otro extremo de la habitación la oyó y gritó que era una mentirosa. ¡Pequeña entrometida! Escuchó la risa de Luke. – Natalia también me dio la dirección, les llevaré algo. Te veo en unos minutos.

 

- No, espera... Luke... ¡Luke! ¡Natalia! – la traidora corrió a encerrarse en el baño.

Una hora después estaba sentada en una banca en un parque cercano. Por lo que sabía la propuesta de matrimonio con post-it había salido bien, la pareja había regresado del teatro justo después de que ellos habían salido de la casa. Y ahora ella estaba comiendo un delicioso helado de café como postre, punto final a una deliciosa cena que Luke le había llevado, al resto de su equipo les había dado café y sándwiches ganándoselos a todos, Callum nunca había hecho tal cosa, varias de sus empleadas la habían felicitado por tener un novio tan guapo y atento, ella contestaba cosas ininteligibles y Natalia seguían en plan traidor, si los había acompañado al parque pero había desaparecido después de engullir con prisa, no estaba segura de si había masticado la comida.

 

Gracias Luke, pero dime ¿Qué pretendes?

- Te has vuelto directa, eso es bueno.

- ¿No lo era antes?

- No en todo. Si te hacía enojar eras sumamente directa en decir que tenías toda la intención de arrancarme la cabeza. Pero había ocasiones en que callabas y veía la lucha que tenías por no decir absolutamente nada, te aislabas y odiaba eso.

- Que curioso, puedo decir lo mismo de ti.

- En ese caso seré directo. No estoy aquí con la finalidad de que seamos amigos.

- ¿Es una cena del adiós entonces? – Se sintió supremamente triste.

- No. Quiero que lo intentemos de nuevo Krista, merecemos saber si realmente lo nuestro...

- ¿Funcionaría? – le interrumpió ella. – Funcionó por dos años, porque ninguno de los dos se planteó nada más. Porque éramos muy jóvenes, porque éramos algo ingenuos, sobre todo yo. Pero todo hubiera acabado de una u otra forma Luke y lo sabes.



#4710 en Novela romántica
#1302 en Chick lit

En el texto hay: amor, enredos, agenciamatrimonial

Editado: 12.12.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.