Para avanzar hace falta esfuerzo.
Para dejar atrás lo que te hace mal necesitas templanza.
Para no arrepentirte necesitas firmeza.
Para olvidar hay que recordar, porque solo recordando lo que te hace daño y aceptando este hecho, recién ahí podes seguir adelante, hasta un futuro prometedor, donde tú seas dueño de tus sueños y de tu vida.
Para que solo tú puedas escoger la vía que te lleve al éxito.
Si el camino te resulta fácil entonces no estás progresando, estás buscando la salida más rápida y menos efectiva para progresar.