Diablo. Tarot de los 15 Arcanos

Diablo

Hacía tiempo que quería hacer esto — hablar con ustedes sobre el arcano del Diablo. El 15º arcano mayor, que parece haberse instalado ya en nuestra pequeña y cálida comunidad.

El nombre — inquietante, ¿verdad? Inmediatamente vienen a la mente los cuentos bíblicos de miedo, las nociones impuestas sobre el pecado, el infierno, sobre el fuego en el que tendremos que arder después de la muerte. Pero hay una idea interesante: el cielo y el infierno no son algo lejano, son el estado en el que ya vivimos ahora. Aquí. En este cuerpo.

Y lo que vendrá después — eso ya es asunto del Creador, la fuente de paz y retorno. Pero dejemos que de eso hablen los regresólogos. No tengo intención de convencerlos de nada — solo de compartir.

Felicidad o sufrimiento — todo es una elección que hacemos en cada instante, en el flujo del presente. Lo que tenemos hoy es consecuencia de los pensamientos y acciones de ayer. Lo que anhelamos mañana nace aquí y ahora.

Volvamos al arcano del Diablo.

¿Da miedo? ¿Y si les digo que en realidad es una puerta abierta hacia la generosidad, la belleza y la abundancia? Y atravesarla no significa venderse o traicionarse a uno mismo. Al contrario. Se trata de sentir lo que resuena en el alma y decirse con honestidad: «Quiero esto», o: «No, esto no es para mí». Es un camino de luz, aunque parezca peligroso — porque es tuyo.

Ser sincero — consigo mismo, con los demás. Abrir el corazón a la generosidad, porque la generosidad es la causa de la riqueza. Saber dar desde el alma. Amar y compartir aquello con lo que estás lleno. Y si creas con amor — ¿acaso Dios está en contra? No. Él está cerca. Porque no hay negro sin blanco. Ni blanco sin negro.

¿Los mandamientos? Claro, todos los hemos escuchado. Pero su sentido no está en las prohibiciones, ni en el castigo. Está en la elección: ¿qué aportaré a este mundo? ¿Qué multiplicaré en la vida de los demás si tomo otro camino?

El Diablo habla de «no juzgar». Porque juzgar sabemos todos, pero ver la viga en el propio ojo es una tarea difícil. Y que vale la pena. Porque en cuanto lo haces — has vencido.

Y entonces aparece la oportunidad de un verdadero Paraíso. De aceptarse a uno mismo.

Todas sus partículas — las luminosas y las oscuras. La envidia, la ira, los celos — todo tiene una fuente. Y esa fuente no está en los demás, sino en lo que te falta. Reconocerlo — y avanzar. Hacia los sueños, hacia tu verdadero ser.

El arcano del Diablo no trata de renunciar a lo material, sino de comprender: la riqueza también es el lenguaje de Dios. Y si Él te la da, no te escondas de ese regalo. Simplemente da las gracias y sigue creando.

Infierno o Paraíso — no están en otro lugar. Están en la mente, en el corazón, en las acciones. Es una elección que hacemos cada día. Y cuando esa elección se hace con amor — puedes estar seguro del mañana.

Con amor,

la escritora Olha Alder



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En el texto hay: magia, artículo, tarot

Editado: 13.05.2025

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