La princesa volvió a quedarse sola, y en su mente se encerró en aquellos recuerdos, pasó de uno en uno...
El primer espejo le mostró a una mujer gorda y deforme, ¿sería a caso una forma de visualizar la depresión? ¿O sería su físico en algunos años?
Imelda sacudió la cabeza, despejando esas ideas... vino a ella la siguiente imagen, la muñeca de porcelana.
》"Muñeca" ha sido el término por el que la han llamado a lo largo de su vida con diferentes conceptos y contextos; su corazón y su carácter han librado una lucha constante gracias a ello; fue educada como una princesa, obediente, amable, elocuente, atenta, servicial y con cierta altivez para mantener el mentón en alto cuando impone la inteligencia por encima de la violencia; más su carácter es aquello que la lanza a luchar por sus sueños, sus caprichos y deseos, es aquel que sale a relucir cuando las palabras son torpes para obtener lo que se propone.
"Muñeca" por sus ojos, su mirada coqueta, sonrisa picara y actitud enérgica.
"Muñeca" por ser frágil, por ser tierna, por ser un juguete, no sólo para hombres de malas intenciones, sino también para aquellos que desean subestimarla por tener recato.
"Muñeca de porcelana" por ser hermosa y a la vez tan fría; porque a pesar de ser expresiva, sus sentimientos no son comprendidos. 《