Diario de dos

Capítulo 1

 

Mi nombre es Rebecca Eyre, vivo en Seattle con mi madre y mi hermana, pero escondo un secreto oscuro: estoy enamorada de Jayden Foster, y cada día es más difícil llevarlo conmigo por el simple hecho de que él es el chico popular y yo sigo siendo la chica invisible desde que tengo memoria. Solo fui aquella que lo ayudó con cálculo en la preparatoria, y ahora lo único que deseo es que el me mire como mira a otras chicas, por eso este año he decidido acercarme y tal vez... tal vez pueda enamorarse de mí...

Cerré el diario en cuanto sonó la campana del instituto y me introduje entre la multitud de estudiantes. En el primer día solemos hacernos a un lado nosotros mismos y evitar ser sociales por miedo a no encajar, y luego llegan personas a nuestras vidas que nos incitan a querer valorar cada segundo de nuestras vidas incluso cuando te sumerges en situaciones oscuras y aquel terror persiste en el fondo de un corazón duro que en verdad lucha por ser alegre.

Esa soy yo, la chica del corazón duro que busca una razón para ser feliz.

Mientras mi amorío secreto por un chico que jamás me ha notado me consume, busco con la mirada a la clase de chico que me ayudaría a ubicarme en la Universidad de Seattle. A lo lejos lo vi: lentes, doble chamarra y dos mochilas: una para sus libros y otra para su laptop.

Es él.

—Hola —arguyó una voz cerca de mi hombro deteniéndome.

—Hola —respondí mientras lo atisbaba con precaución. Era atractivo como un jinete metálico salido de las novelas de fantasía, con un cabello oscuro, cejas pobladas y unos ojos verdes apresadores.

— ¿Me estabas esperando? —preguntó.

—En realidad estoy esperando a alguien. —soné cortante. Normalmente esa clase de chicos lindos no solían entablar conversaciones con una chica con ropa de vagabundo.

—Soy Denzel Derricks. —explicó. Llevaba una chamarra de cuero roja, unos Jeans negros rotos y unas botas de cintas del mismo color.

—Rebecca Eyre. —Apreté mis libros contra mi pecho—. Y tú debes ser ese Derricks que me guiaría en mi primer día.

— ¿Esperabas a otro, Rebecca? —dudó, su tono fue serio y ronco, como si estuviera molesto.

—Tú no eres lo que yo esperaba. —confesé.

— ¿Esperabas que Denzel Derricks fuera uno de esos nerds con los que las chicas como tú suelen asociarse? —engreído, dije en mi mente.

 ¿Estás diciéndome que soy aburrida?—Mis manos sudaban, en cualquier momento se me podrían caer los libros si seguía con esta estúpida debilidad.

En ese momento, cuando creí que la incomodidad no podía ser peor, Jayden abarcó el pasillo junto a otros chicos, como un ángel desgarrador del abismo.

—Oh, ya entiendo. Estás teniendo uno de esos orgasmos mentales con Foster. —mencionó Denzel, lo miré con profundidad centrando cierto odio. Este chico era lindo por fuera, pero por dentro era un cínico y sin vergüenza.

—No sé de qué estás hablando. —mentí.

—Tiene novia. —Comentó Denzel—. ¿No te preocupa eso?

—Sé que tiene novia. —Repliqué irritada y triste a la vez—. Sólo guíame a mi estúpido salón, ¿quieres? —comencé a caminar, y Derricks hizo lo mismo con las manos en los bolsillos. Me llevaba ventaja en cuanto altura, y se veía que hacía demasiado ejercicio, tal vez por eso conocía a Jayden, porque ambos estaban en deportes.

Miré mi diario por unos segundos, la única vista segura para mí era ver el suelo. Si mantenía mis pies equilibrados y mis brazos apretando el diario donde ocultaba todos mis secretos, me sentía segura.

—Te toca en el 201. —se detuvo.

— ¿No me acompañarás? —inquirí.

—Tienes pies, manos, y un cerebro. No me necesitas, Eyre. —Se cruzó de brazos—. Pero algo me dice que quieres algo más de mí.

—No tengo amigos, y no conozco el lugar. Si pudieras ser amable y...

—Por dios, Rebecca. Soy tu guía, no me importa ser tu amigo. —mi cuerpo se tensó, y me di vuelta lentamente mientras me moría de vergüenza.

¿En serio Bec, tenías que decirle a un desconocido que se convirtiera en tu amigo? ¡Eres increíble!

Pero podría hacer una excepción. —Habló de nuevo—. Te veo en el periódico escolar, es el salón 101, al lado de recepción. Necesitaré algo de ayuda.

—Gracias, Denzel. —le dije.

...Es engreído, cree que puede hacer de las personas un...

Rayé el escrito en cuanto la campana sonó. Al llegar al área de los comedores hice una larga fila para tomar algo de ensalada y un agua, y después todo se volvió abrumador. Encontré una mesa sola al final, que por cierto estaba sucia. Siempre que escogía lugares para comer olían a trapos o estaban sucias.

Después comencé a escribir con mejor claridad, necesitaba despejar mi mente de todo.

Querido diario, hoy conocí a Denzel Derricks, debo decir que no es lo que esperaba, sino... es algo peculiar y difícil de explicar... Densel es

— ¿Por qué tan sola? —cerré el diario de inmediato en cuanto cinco chicos se acercaron a mí. Uno de ellos era Jayden. Oh por dios. Jayden Foster estaba mirándome. Y su amigo de cabello oscuro está mordiendo mi manzana. ¿En qué momento vinieron hacia mí y masticaron mi comida?

—No hay que incomodarla, Joe, está ocupada escribiendo en su diario. —habló Jayden.

— ¿Quieres que te dejemos, bonita? —volvió a hablar Joe.

—Mi nombre es Bec. —corregí.

—Oh, ¿no eres la chica que me dio tutoría una vez? —Jay enarcó las cejas, extrañado.

— ¿Y por decir que te dio una tutoría te refieres a que te tuviste una noche con ella o qué, Foster? —Joe me atisbó con curiosidad. Jayden no respondió nada, pero su mirada estaba penetrándome como si estuviera curioso, como si estuviera descifrando mentalmente si alguna vez habló conmigo anteriormente o no lo sé...

—Déjenla en paz. —resonó una voz gruesa, los chicos se abrieron paso y Denzel apareció.




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