Diario de dos

Capítulo 8

 

No dudaba que Alessia quisiera crear un caos al día siguiente. Desde que entré por la puerta principal las miradas de todos me invadían, pero no noté que llevaran hojas de colores ni que hubiera algo extraño en mi vestimenta.

Seguí mi camino hacia el aula del periódico escolar y encontré a Denzel trabajando en su laptop. Dejé mi mochila en el suelo y abrí la otra laptop que se encontraba a su lado.

— ¿Qué haces? —tenía la mano rozándole los labios y la nariz; y su maldita mirada oscura penetraba en lo profundo de mi alma, ¡y carajo, hacía latir mi corazón!

—Porque seas un idiota no significa que no trabajaré en el periódico escolar. —Comencé a buscar cualquier cosa en la web, todo con tal de no dirigirle la palabra mientras trabajábamos en el próximo artículo—. Aunque me guste trabajar en esto, también lo hago porque cualquiera podría venir y publicar mi diario.

—Sí, cualquiera. Y no precisamente en el mismo momento en que te encuentres aquí, Rebecca. ¿Qué carajos piensas hacer? ¿Vigilar la escuela de noche? —habló con sarcasmo.

—Tal vez. —volteé a verlo. ¡Maldita sea! ¡¿Por qué carajos voltee a verlo?!

—No impedirá que alguien imprima tu diario en otra parte. —advirtió.

—No me interesa, Denzel. —claro que si me interesaba, si no estuviera aquí como una idiota con este otro idiota.

—No quiero meterte en problemas —dijo—. No le contaré a nadie sobre nosotros, pero no quiero que tu noviecito perfecto nos vea juntos.

—Ya te dije, Denzel. Voy a trabajar aquí por mi propia cuenta. Si quieres vete tú y punto, pero no me sacarás de aquí. —enarqué la mirada, no sé por qué diablos nos estábamos mirando con profundidad.

Eso solo me traía recuerdos malos...

—Joe habló conmigo y me advirtió que no me acercara a ti —suspiró cansado—. Y no quiero acercarme a ti. Por eso quiero que te vayas.

—Lo haré en cuanto descubra quien tiene el control para hacerme pedazos cuando quiere.

—Si no te vas ahora, le diré al director que no eres apta para este trabajo. —la amargura me ardió en la boca; tomé mi mochila enfurecida maldiciéndolo en silencio y salí del salón azotando la puerta.

Es un idiota.

—Bec —Joe me alcanzó—. ¿Estabas con él?

Mis mejillas se ruborizaron.

Maldito Denzel, me estabas matando.

—Sí. Denzel me había pedido ayuda con el periódico, y pensé que era buena idea integrarme en alguna actividad. —admití.

—No me gusta que ese imbécil esté cerca de mi novia —me miró—. Ya habíamos hablado de eso, Rebecca.

—Lo sé, también me contó que le dijiste que se alejara de mí, lo que fue estúpido, porque siento que él me va a perseguir a cualquier lugar al que vaya, Joe. —él entrecerró sus puños y comenzó a caminar al lado opuesto de mi dirección y buscó en el salón del periódico escolar donde se suponía que estaba Denzel, pero en su lugar encontramos a Anne.

— ¿Dónde está? —insistió Joe.

—Está en el gimnasio. —Anne dejó el asiento y nos acompañó.

«Mi hermano va a hacer una locura» sentí que su hermana me decía eso con la mirada.

Al llegar al área del gimnasio vimos a los chicos jugar, Jayden había insertado la pelota dentro de la cancha, Alessia permanecía en las gradas y Denzel estaba tomando agua.

Se veía tan sexy sudado...

¡Basta Rebecca, ahora tienes novio!

—Te dije que te alejaras de mi novia —masculló Joe, el otro, por el contrario, estaba relajado y tenía un poco de flojera hablar—. ¿No te quedó claro, Derricks?

Denzel se acercó a él, ambos tenían la misma altura.

—Si tu novia prefiere estar conmigo, ese es su problema —Joe lo golpeó en la cara, Denzel se limpió la sangre del rostro y contraatacó con otro puñetazo y otro hasta tirarlo al suelo y tomarlo del cuello de la chaqueta—. Ambos sabemos quién está perdiendo.

— ¡Suéltalo! —Grité y lo separé junto con Anne de Joe—. Hay que llevarlo a la enfermería. —le dije a Anne y ella me ayudó a levantarlo y llevarlo con el médico de la universidad.

—Rebecca —habló Denzel a mis espaldas.

—No te atrevas a hablarme de nuevo —carraspeé y llevé a mi novio a que lo atendieran.

(...)

Una vez que le curaron las heridas y le limpiaron la sangre me quedé acariciando su cabello. Joe se veía tan bonito siempre...

—No tenías por qué haber hecho eso, Joe. —lo regañé—. Denzel no es ninguna amenaza para mí.

Excepto para mi mente...

—Haría eso y más por ti, linda —sonrió, pero la herida en el labio le ardió e hizo una expresión extraña—. Eres mi novia, debo cuidarte.

—Bueno, tu hermana también puede cuidarte, idiota. —Anne entró con una charola de comida y la colocó en sus piernas—. Puedes ir a descansar, Bec, yo cuidaré a mi hermano.

—Muchas gracias, Anne. Aunque me gustaría quedarme, mamá me espera en casa. Ha sido un largo día... —tomé mis cosas—. Te veo mañana, Joe.

Le di un beso en la frente con cuidado y salí de la enfermería.

—Rebecca —Denzel se interpuso en mi camino—. Lamento lo que le hice a Joe.

—No te creo —mi tono fue duro e indiferente—. Lo hiciste a propósito. Hace mucho que querías lastimarlo.

—Y le partiría la cara una y otra vez si vuelve a meterse conmigo, Rebecca. —confesó—. Y no te confundas, que todo esto no es por ti.

Tragué duro.

Idiota. Maldito. Hijo de...

—Solo vine a decirte que no me verás en unos días —bajé la mirada a su mochila, llevaba la chaqueta en su mano derecha—. El director me suspendió por una semana. Me dijo que no lo haría si me disculpaba con él, pero no pienso hacer eso. Prefiero disculparme contigo y ya.

—Eres un idiota, Derricks.




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