Diario de dos

Capítulo 9

Habían pasado tres días desde que había visto a Denzel y a Joe. Compré una caja de chocolates y le enrollé un moño rojo para llevárselo a mi novio saliendo de clases, y sí, pensaba decirle lo sucedido con Denzel y quizá dejar nuestra relación atrás... No me sentía cómoda conmigo misma por haberme dejado manosear por Denzel Derricks cuando Joe estaba en la enfermería...

Una vez que subí a su habitación me senté a su lado, él apagó el televisor y me sonrió.

—Hola, Bec —me saludó—. No tenías que venir hasta aquí.

—Quise hacerlo —le extendí los chocolates y él los dejó sobre la mesita de al lado—. Joe, tengo que decirte algo...

Te engañé con Denzel.

—Lo que sea que quieras decirme tendrá que esperar un poco, tengo que ir al baño. —Joe se puso de pie y me hizo saber que no tardaría con una mirada. Asentí perdida y miré la caja de chocolates que le había comprado.

¿Qué intentas, Rebecca? Joe no te perdonará cuando se lo digas...

Desvié mis pensamientos cuando divisé algo extraño que se veía desde el entreabierto de uno de los cajones. Husmee rápidamente abriendo el cajón, y lo que encontré me sorprendió; era una caja de chocolates idéntica a la que yo le había traído, y había una etiqueta que decía: «Mejórate pronto, te quiere: Megan Gray. »

Cerré el cajón de inmediato en cuanto escuché la puerta del baño abrirse.

—Lo siento por hacerte esperar, linda. ¿Qué querías decirme? —se volvió a recostar en su cama.

—Solo vine a decirte que espero que te mejores. —me puse de pie y apreté la mochila contra mis hombros mientras me mordía el labio nerviosa—. Debo irme, mamá tendrá invitados esta noche y quiere que la ayude con la cena.

Joe pareció estar extrañado, le di un beso en la frente con algo de incomodes y me fui de su habitación pensando en lo que había encontrado en su cajón. ¿Quién era Megan y por qué le deseaba que se mejorara? ¿Por qué "Megan" le traería chocolates a Joe?

—Rebecca —me crucé con Anne, quien llevaba refrescos. Le tomé uno y lo bebí hasta el fondo; la coca me ardió en la garganta de una forma extraña...

—Anne, tienes qué decirme —le devolví el vaso mientras arrugaba el rostro—. ¿Quién es Megan?

Anne dejó la charola en la mesa y habló.

—Megan Gray, así se llama. No es de nuestra facultad, vive cerca de aquí, y fue el primer amor de Joe. —Genial, él también tenía un primer amor que lo seguía persiguiendo al igual que Denzel—. Pero ya no hay nada entre ellos, puedo jurarlo.

— ¿A no? Eso explica la caja de chocolates que encontré en su cajón —pronuncié sarcásticamente—. ¿Tienes alguna idea de si se siguen viendo? ¿Cómo es que sabía que Denzel le había partido la cara?

Anne bajó la mirada.

— ¿Anne, tienes algo que decirme? —enarqué la mirada.

—Vino hace poco porque mi mamá le dijo que estaba preocupada, dijo que la tal "Rebecca" no lo trataba bien y... pues ella vino a verlo. —Chasqueó la chica con un poco de temor—. Lo siento, Rebecca, mi madre tiene la menopausia y le dan ataques de calor y se enoja muy fácil, y todo eso...

—No te preocupes, Anne, entiendo. He metido a Joe en muchos problemas, no debería ser tan egoísta. —sí, claro que lo eres Rebecca, ¡eres una gran egoísta!

—Pero yo sé dónde vive, podemos ir a buscarla y preguntarle que si ella y Joe tienen algo que ver...

—No, Anne, no quiero meterme en asuntos ajenos. Si Joe la ve... Tendrá sus motivos —no tengo derecho a quejarme porque hice cosas malas con Denzel Derricks.

(...)

Cuando llegué a casa, se escuchaban voces en la cocina. Dejé mis cosas encima del sillón y luego caminé lentamente hacia los desconocidos, cuando alguien me tocó la cintura desprevenidamente y me hizo dirigirme hacia él. Denzel Derricks tenía puesta una gorra roja y llevaba una sudadera del mismo color; sus ojos cetrinos me inspeccionaron cautivamente y después habló.

— ¿Te sorprendí, Rebecca?

—Eres un maniaco —lo empujé—. ¿Qué haces en mi hogar?

—No lo sé, dímelo tú. Fue tu madre quien nos invitó. —Abrí la boca pero me cayó colocando su dedo índice en mis labios—. Antes de que digas algo, Eyre, debo recordarte que no puedes decirle a mis tíos que te aprovechaste de mí en nuestro escondite secreto.

— ¿Fui yo quien se aprovechó de ti? —exclamé—. ¡Tú...!

—No soy Joe, puedes ser pervertida conmigo. —Se acercó más—. ¿O te gustan más los robots?

—Deja de burlarte de Joe. Él tiene una perfecta condición física y mental, lo que tú no tienes en el cerebro. —defendí—. ¿Por qué mi madre te invitaría a ti? Ella cree que eres una mala influencia para mí.

Denzel avanzó más a mí y me dio un delicado beso en los labios y luego se los saboreó.

—Soy un encanto —su voz sonó amarga.

Ahora no solo tenía que soportar las locuras de Denzel, si no las de mi propia madre.

Esta sería una cena muy extraña.

Rodeé los ojos y ambos nos dirigimos hacia la cocina donde el tío de Denzel y su esposa Cindy charlaban mientras tomaban vino tinto. Cindy parecía ser una buena persona a simple vista, llevaba puesta ropa sencilla y era rubia natural. También era bajita y tenía una gran sonrisa en el rostro cuando nos vio entrar.

—Hola —saludé amablemente, Cindy me saludó de beso al igual que el tío de Denzel y mamá vino hacia mí para abrazarme.

—Llegas en un buen momento, hija, ¿ya conocías a los Derricks? —iba a hacer un comentario lógico sobre nuestra conversación el otro día, pero el "aléjate de ese chico malo" había quedado atrás.

Miré del tío Tyler a Cindy y de mamá a Denzel. Esto era realmente raro.

 ¿Por qué no le muestras tu cuarto a Denzel? —sugirió mamá. Abrí la boca para protestar pero el maniaco habló por mí.

—Sí, Rebecca, ¿por qué no me muestras tu cuarto? —solo quiere manosearme.




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