Volví con Joe.
¿Por qué carajos volví con Joe cuando tenía conflictos amorosos con Denzel?
Me desperté con la cabeza adolorida. El sueño que tuve anoche se me había olvidado en unos instantes como siempre. Me levanté a duras penas de mi cama y abrí la ventana; estaba lloviendo. Mierda, me iba a mojar toda si iba caminando.
Me di una ducha rápida, escogí un outfit con colores rojo y blanco y luego preparé mis libros.
— ¡Rebecca, te llegó correo, lo dejé en tu mesa! —gritó mamá desde la parte baja de la casa. Fui directo hacia mi escritorio y tomé el sobre, que por cierto no tenía ningún dato en específico. ¿Cómo es que llegó a mi casa si no tenía código postal?
Lo abrí, y me di cuenta de que era una amenaza.
Aléjate de Denzel Derricks si no quieres que publique tu próximo secreto.
Arrugué la hoja entre mis manos. Si mi madre entraba a mi habitación iba a saber que seguían molestándome después de todo.
Tomé la calma y bajé para desayunar.
—Espero que no te moleste, le pedí a Tyler que Denzel te llevara hoy a la universidad —me atraganté con el café que estaba comenzando a tomar.
¿Eso era una maldita broma?
— ¿Por qué te molestaste, mami? —ella bajó el periódico que estaba leyendo y tomó su taza de café.
—Sé que te pedí que te alejaras de él, pero... —mi madre vaciló—. Tyler ya no está con Cindy.
— ¿No estaban casados? —Alcé una ceja—. Espera, mami, ¿acaso tú y Tyler Derricks....?
—No te había dicho, Rebecca, pero Denzel se quedó huérfano cuando tenía dos años, sus padres fallecieron en un accidente automovilístico y desde entonces su tío lo cuida.
—Oh por dios —me cubrí la boca con una mano—. ¿Pero, entonces tú y su tío están saliendo?
Mi madre suspiró, pero Denzel llegó justo cuando mi madre iba a continuar.
Me despedí de ella y salí, él se bajó del auto y me abrió la puerta del copiloto.
—Gracias —dije levemente. No sé qué demonios estoy haciendo con él, si Joe me ve...
—No te molestes, solo te llevo porque mi tío me lo pidió. —arrancó el auto. Esto era demasiado incómodo.
Estuvimos en silencio un rato cuando Comfort Crowd de Conan Gray sonó en la radio. Era la canción perfecta para este momento aunque sonara extraño.
— ¿Por qué estás con él, Rebecca? —preguntó indiscretamente mientras conducía. Si alguien me veía con Denzel, iban a publicar otro fragmento de mi diario, maldita sea.
—No sé qué intentas decirme. —aparté la mirada, el camino estaba cubierto de niebla y los parabrisas limpiaban los vidrios de adelante y de atrás.
—Maldita sea, ¿por qué carajos no me elegiste a mí? —volteé a verlo, él frenó el auto y me fisgó. Esta vez llevaba una gorra azul que resaltaba sus ojos verdes.
—Conduce, por favor —él hizo un bufido—. No quiero estar aquí contigo, por favor, solo llévame al instituto.
— ¿Por qué piensas que voy a lastimarte todo el maldito tiempo?
No eres tú, es la estúpida amenaza.
—No quiero engañar a mi novio esta vez —abrí los labios dejando escapar el aire helado.
—Joe no es tu verdadero novio —continuó conduciendo—. Lo sabes, ¿no? Él no es tu maldito novio real, Rebecca. A Joe no le interesas.
— ¿Y quieres decir que yo si te intereso a ti? —sin haberlo notado por la discusión, ya habíamos llegado a la universidad.
Bajé del auto y azoté la puerta "dramáticamente", entré rápido por el frío que hacía y me dirigí hacia mi casillero.
—Hola, Bec —mi novio se recargó en el casillero que estaba al lado del mío—. ¿Quieres ir a mi casa esta noche?
—Depende de lo que tengas pensado hacer —tomé algunos libros y guardé otros.
—Tranquila, solo veremos una película, la que tú quieras, por cierto. —me persuadió. Eso sonaba interesante, lo suficiente como para olvidarme un rato del idiota de Denzel y del amorío entre su tío y mi madre. ¿Qué carajos estaba pasando en mi vida?
Por una vez en su vida, Denzel tenía razón, Joe era el novio perfecto, el que no mataba ni una mosca ni...
—Señorita Eyre—el director se acercó junto a Denzel Derricks. ¿Qué estaba tramando esta vez?
Me enderecé.
—Se acerca el baile de invierno, y la señorita Anne Mikaelson y el joven Denzel Derricks me comentaron que usted tenía una gran creatividad para ayudar en su inauguración. Sería después de clases y valdría como puntos sobre promedio. ¿Le interesa, señorita Eyre?
Miré de Anne a Denzel y deduje que ese idiota tenía mucho qué ver en esto.
Pero con un carajo, necesitaba los puntos.
—Sería un placer ayudar —miré a Joe, quien estaba a punto de explotar.
—Maravilloso, ¿por qué no se va de una vez con sus amigos? No se preocupe con las clases, su tiempo quedará cubierto, señorita Eyre.
—De acuerdo. —me despedí de Joe con una mirada y seguí a Anne y a Denzel al gimnasio donde se llevaría a cabo del baile de invierno.
Dejé mis cosas en las gradas e hice un sonido con mi garganta para que los dos me pusieran atención.
— ¿Quién de ustedes dos tuvo la grandiosa idea de mezclarme en su equipo?
—Me temo decirte que fue ella. —Contestó Denzel—. No tengo nada que ver con eso.
—Ya veo —bufé—. Debemos comenzar ya, tengo una cita en la noche.
— ¿Vendrás a mi casa? —quiso saber Anne, yo asentí.
— ¿Irás a la habitación de Joe? —Denzel se veía sorprendido.
¿Eso te dolió, Derricks? ¿Sentiste lo que yo sentí cuando vi a Alessia en tu casa?
—Ese no es tu problema, es el mío.
—Estoy seguro de tus problemas se están volviendo los míos, Rebecca. —Denzel tomó una libreta y comenzó a anotar con un marcador negro.