Diario de dos

Capítulo 14

 

  Denzel comenzó a desabrocharse el pantalón y yo también, él me lo deslizó al igual que las bragas y me introdujo dentro de su miembro cubierto por el anticonceptivo, por cierto, que por alguna razón llevaba consigo. Solté un gemido cuando lo sentí dentro de mí. Maldita sea, se sentía grandioso. Una vez que había perdido mi virginidad, ya no sentía tanto dolor en mi parte íntima. Denzel comenzó a moverme dentro de él apretando mi trasero contra su cuerpo, sus piernas se sentían calientes; me sostuve colocando mis manos sobre su pecho mientras me movía lentamente.

Estoy teniendo sexo con Denzel Derricks en un estacionamiento.

¡¿Qué tan bajo has caído, Rebecca?!

— ¿Esto te gusta Rebecca? —Lo oí decir en un gemido erótico—. ¿Te gusta sentir que eres mía?

—Cállate, Derricks —me moví bruscamente dentro de él provocándole placer, él se mordió el labio y arrugó las cejas. Sus manos viajaron hasta mis senos y los tocó sobre la blusa—. Quítamela.

—No, alguien podría verte —dijo—. Esperaré.

— ¿Desde cuando eres tan reservado?

—Desde que estoy contigo, Eyre. —Denzel me selló los labios con un beso, me mordió la carne y me apretó las nalgas metiéndome más dentro de él. Recargué mis manos en el techo mientras me abalanzaba con mis piernas dentro de él. Sentía un cosquilleo en mi parte íntima—. Me encanta cuando me abres las piernas.

Me hizo estremecer con su comentario, de pronto sentí que sus manos viajaron por debajo de mi blusa y me tocó los senos inflamados. Se metió dentro de mi blusa y me mordió un pezón.

Ah —gemí, introduje mis dedos entre sus rizos negros y lo apreté cuando sentí que movió su miembro dentro de mí jalándome hacia él—. ¡Ahh!

Me dejé caer en el asiento rozándole mis pechos en su rostro mientras permanecía abajo estremeciendo mi piel. Esto era magnífico.

Seguí moviéndome, esta vez alocadamente en sus piernas. Él salió de debajo de mi blusa y me abrió la boca para besarme. Me acarició el cuello con sus manos calientes y me hizo cosquillas al introducir su mano entre mi cabello.

Una vez que lo escuché hacer un ruido y me apretó mi parte íntima dentro de la suya supe que había terminado.

Me separé de él lentamente porque las piernas me dolían y comencé a colocarme la ropa. Sentía que todo el cuerpo me dolía de una manera sorprendente y el corazón me palpitaba muy rápido.

Luego el celular de Denzel sonó.

¿Nos veremos esta noche? 9:00pm

—Fui una imbécil —él creyó que no leí, pero claro que lo hice. No sé por qué carajos lo llamé desde un principio.

—No tienes derecho a reclamarme, tú te enredabas con tu novio perfecto mientras yo estaba todo duro por ti, Rebecca —Denzel dejó el móvil a un lado y comenzó a ponerse los pantalones de nuevo.

—Tienes razón, es tu vida —mascullé furiosa—. ¿Solo podrías llevarme a mi casa?

Denzel encendió el auto.

— ¿Qué fue todo eso? —preguntó mientras conducía.

—Tenía ganas —respondí—. Los hombres no son los únicos que tienen deseos sexuales, ¿sabes? Además, fuiste tú quien me incitó a esto.

—No me vengas con eso ahora, Rebecca —encendió el radio—. Te aprovechaste de mi debilidad. —rodeé los ojos.

—La única debilidad que tienes está ahí abajo, Denzel Derricks.

Una vez que me dejó en mi casa me bajé de su auto y le cerré la puerta antes de que dijera algo más.

Eres increíble, Rebecca Eyre.

(...)

Querido diario, anoche soné con Jayden Foster, él me había subido al cielo como en las historias de amor de los libros...

Arrugué la hoja morada que había encontrado pegada a mi casillero al igual que en el resto.

La persona que me había amenazado de publicar otro fragmento de mi diario había cumplido su estúpida deuda, ¡y vaya que lo hizo! Es increíble que yo misma haya escrito eso sobre Jayden Foster cuando vivía enamorada de él en una burbuja de cristal... Jayden había resultado ser un patán después de todo, y el que decía que quería ser mi novio perfecto me había traicionado de la peor manera.

—Voy a matarlo —escuché decir a Denzel cuando venía hacia mí acompañado de Anne—. Le advertí que no se metiera contigo, Rebecca. Y por supuesto que a ti también te advertí, pero la señorita decidió ignorarme.

Me quedé callada, Anne me dirigió una mirada de culpabilidad y luego habló.

—No lo lastimes —le suplicó Anne.

—No lo voy a golpear esta vez —arrugó la hoja y la lanzó golpeando el hombro de una muchacha cerca que lo miró con repudio—. Pero si le diré que no se vuelva a acercar a ti, Rebecca.

—Gracias. —dijo Anne aliviada—. Pero créeme que hablaré con él, le comentaré esto a mi madre y hablaremos en la noche.

—Señorita Eyre, venga a mi oficina ahora mismo —el director se apareció en el pasillo acompañado de un profesor.

—Iré con ella —se alborotó Denzel.

—Es mejor que espere aquí, Señor Derricks, su compañera podría estar en graves problemas.

(...)

Una vez en la oficina del director tomé asiento. Uno de mis profesores, el de literatura, estaba al lado de mi mayor detrás del escritorio con los brazos cruzados.

El director me mostró todas las hojas que habían recolectado y se quedaron callados esperando una respuesta.

—Puedo explicarlo, director Smith —mi voz tembló. ¿Cómo iba a explicar todo eso?

Muy sencillo, comenzaría por el principio sin involucrar a mis amigos y a mi posible "amante".

—Alguien robó mi diario el primer día de clases —comencé.

— ¿Y hasta ahora se le ocurre hablar, señorita Eyre? —me regañó el director.

—Le dije a mi mamá lo que estaba ocurriendo, pero le dije que no hiciera nada porque era la universidad y los alumnos de aquí podrían tomarme rencor... Por eso lo estuve soportando.




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