Diario de dos

Capítulo 16

— ¿Qué haces aquí? —le pregunté a Joe mientras dirigía la mirada hacia su mano, la cual estaba sujetando a la chica rubia.

—Yo y Syana vinimos a comer algo, ¿ustedes qué hacen aquí? ¿Están juntos? —Joe nos apuntó de una manera nerviosa.

¿Estás celoso, perfecto Joe?

—Oh, ya entiendo —se alivianó Joe—. Estás esperando a Alessia, ¿no Derricks? Y mientras la esperas, estás con Rebecca ayudándola en una de sus "situaciones".

— ¿Eso es cierto? —me dirigí hacia Denzel enfadada.

—Ya sabes que tenemos algo, Rebecca, está de más que lo preguntes. —esto era demasiado increíble—. Vamos, Rebecca, no te pongas...

Denzel me tomó del brazo pero Joe lo apartó de mí.

—Deja a mi novia en paz —la chica rubia mascaba su chicle cuando rodeó los ojos y se marchó entendiendo la referencia—. Aléjate de ella, Derricks, eso debiste de haber hecho desde el principio.

—No me digas qué es lo que debo hacer o lo que no —masculló Derricks apartándolo, me miró a través del hombro de Joe y luego bufó—. Rebecca ya no está contigo, idiota.

—Veamos quién es el idiota —Joe se apartó de él y vino hacia mí—. Vamos, Bec, toma una decisión. ¿Vas a permitir que se acueste con otra mientras tú te ilusionas con él?

Ninguna era una verdadera y maldita respuesta.

— ¿Podrías llevarme a casa, Joe? —Fulminé a Denzel con la mirada—. Quiero irme antes de que llegue su cita.

—Por favor, Rebecca —Denzel se interpuso en mi camino—. Con él no vas a estar segura, créeme.

—Contigo tampoco estaré segura, Denzel —lo hice a un lado y seguí a Joe hasta su auto.

Por supuesto que no estaba de acuerdo en irme con él, y yo tampoco estaba segura de querer irme con alguien que ya me había traicionado una vez, pero hacía frío, tenía hambre y necesitaba ir a casa.

Subí al Aveo color gris y me abroché el cinturón mientras Joe arrancaba el motor.

— ¿Te gusta? Es mi nuevo auto. —me crucé de brazos y me distraje viendo el paisaje. Si lo ignoras es mejor—. Sé que no quieres hablar conmigo, pero por lo menos, necesito que me digas si estás bien.

— ¿Te parece que estoy bien? Mi madre sale con un sujeto que no se ve malo, pero por su culpa él se separó de su esposa y ahora mi madre cree que puede coger en la mesa en la que como todos los días. Ha hecho de nuestra casa un hotel, y Denzel...

—No tienes por qué preocuparte por ese idiota —mencionó, apretó el volante con las manos y prosiguió—. Escuché que te suspendieron, eso significa que no lo verás por unos días. ¿Por qué no pasas ese tiempo conmigo?

—Tú me traicionaste, Joe —le recordé, mi voz se estaba quebrando—. ¿Crees que volveré a confiar en ti de esa manera?

—Yo solo pienso que tal vez estar juntos no sea tan mala idea después de todo.

— ¿Es una broma, Joe? —Separé los brazos de mi pecho—. De ninguna manera volveré contigo, lo nuestro jamás funcionó.

— ¿Porque me engañaste con Denzel? —afirmó irónicamente—. Puedo perdonarte eso, Rebecca. Aún en el fondo me sigues gustando mucho, ¿por qué no solo me usas parar darle celos? Eso pone celoso a Derricks.

—No. —Estacionó el auto en frente de mi casa—. Estaré bien sola, gracias por traerme a casa, Joe.

Bajé del auto, y luego me preparé para enfrentar a mi madre.

— ¡Eres un gran cocinero! —rodeé los ojos al escuchar a mi madre. De seguro había traído a su novio a casa otra vez.

Me dirigí hacia la cocina y lo que encontré fue demasiado peculiar e inesperado. Había un chico con un mantel de cocinero mezclando los ingredientes para un pastel de queso. Mi madre, aparte de sin vergüenza, ya le gustaban menores.

—Rebecca —sopló mi madre de golpe como si hubiera visto un fantasma—. Pensé que te habías ido con Denzel Derricks, ¿por qué volviste tan pronto?

Mi madre se había puesto nerviosa, esa era señal para sospechar que ella estaba haciendo algo extraño sin mi presencia, pero no algo precisamente malo por lo que estaba viendo...

¿Esto es lo que hacía cuando yo me iba a estudiar?

—De hecho, Joe fue quien me trajo. —respondí cortantemente, el muchacho negro y ojos verdosos comenzó a quitarse el mantel.

—No te molestes, Reed. —Le dijo mi madre—. Ella es mi hija Rebecca, y él es Reed Derricks —me sobresalté al escuchar ese apellido familiar...

— ¿Hermano de Denzel? —dudé. Por dios, que no sea su hermano, por favor, por dios, por lo que más quieras, no otro Derricks por favor.

—Soy su primo, hijo de Tyler —corrigió—. Estaba trabajando para una compañía de autos en California, pero he venido para las fiestas. ¿Qué me dices tú, Rebecca? Se nota que eres curiosa en las cosas a tu alrededor.

Sí, definitivamente era un Derricks. Ellos siempre solían sacarte de tu zona de Confort.

—Yo fui suspendida hasta que el director de mi universidad decida si soy apta para permanecer en ese lugar, eso si no publican otro fragmento vergonzoso de mi diario antes. —él se rio por lo bajo.

Era igual de atractivo e engreído que Denzel Derricks.

 ¿Qué haces aquí, Reed Derricks? —mi madre me dirigió una mirada amenazadora. Lo sé, lo sé, nada de malos comportamientos delante de los desconocidos, era el lema de la casa.

—Invite a los Derricks a cenar con nosotras esta noche —y todas las noches desde ahora, madre. Es lo que has estado haciendo.

—Y eres un gran cocinero —tomé asiento—. ¿Qué nos harás esta noche? Yo y mi madre acostumbramos mucho a cenar comida china.

—Creo que el amor por la comida no se define por el tipo de cultura, si no por su sabor. —respondió—. Cocinaré pechugas de pollo, verduras, arroz y un pastel de postre. ¿Muy parecido a la comida china, no es cierto, Rebecca?

Sí, definitivamente tenía el acento peculiar y sexy de los Derricks.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.