Diario de dos

Capítulo 21

No tenía la suficiente fuerza para hablar delante de él. Sentía punzadas en mi pecho y en el estómago y una maldita falta de aire incontrolable.

Lo que le había hecho a Denzel no tenía perdón, y lo peor de todo es que no sabía cómo comenzar a explicarle todo esto. Era cierto, fue una estupidez y debí de habérselo dicho desde el principio.

—Eres una mierda —masculló Denzel mientras se dirigía hacia su primo. Dio un paso adelante encerrando sus manos en dos puños cuando Joe lo sujetó del saco con fuerza empujándolo hacia atrás.

Esto es lo que provocas, Rebecca.

—No me digas que estás celoso, Denzel —se burló su primo con una gran sonrisa en su rostro. Reed me sujetó de la cintura con fuerza evitando que me zafara—. Yo y Rebecca solo estábamos jugando a quien de los dos besa mejor.

—Cierra la maldita boca antes de que te parta la cara —los ojos de mi novio estaban rojos—. ¡¿Qué carajos le hiciste?! ¡¿Qué le dijiste para que te hiciera caso?!

—Yo no la obligué a nada —mintió. El rostro de Denzel al escucharlo se volvió rojo de furia.

—No te creo. No creo nada de esta mierda. —gruñó Denzel y se zafó del agarre de Joe.

—Lo creas o no —él fue hacia Denzel—: Rebecca ya es mía. —eso fue suficiente para que Denzel le diera un puñetazo en el rostro con toda su fuerza.

Reed cayó al suelo, y al levantarse comenzó a reírse.

—Qué patético —comenzó a ponerse de pie—: Con razón tu novia se acostó conmigo.

— ¡Eso es mentira! —objeté. Me estaba tragando todo el coraje que sentía hacia ese sujeto—. Yo jamás…

—No quiero escuchar más.

—Lo único que él quiere es destruirnos —los ojos me lloraban, Denzel alcanzó mi mirada por fin y respiró con profundidad. Esto se sentía de la mierda—. No puedes creerle, Denzel…

—Lo único que creo es que me has mentido, Rebecca —objetó—. Yo sabía que había algo, estabas escondiéndome algo. ¿Esto era lo que me estabas ocultando? ¿El hecho de que te habías metido también con mi primo?

—No puedes decir eso de mí —fui hacia él y lo empujé enfadada—. Sabes que eso no es cierto, Denzel.

—Primero el maldito de Jayden Foster —mi antiguo amor se adentró en la multitud alrededor y nos miró extrañados. Tranquilo amigo, nadie te quiere en el juego.

—Luego Joe, después yo —comenzó a hablar con demasiada rabia. No soporto verlo así.

No puedo soportar verlo de esa forma…

—Y ahora te metes en la cama con él —alcé mi mano y mi palma se estrelló contra su mejilla con fuerza. Los ojos me estaban ardiendo mientras las lágrimas me estaban ahogando.

—No vuelvas a hablar así de mí, Denzel.

La gente alrededor estaba observando lo sucedido, y cuando el director Smith se acercó para pedirle que se marchara, había sido demasiado tarde, porque él comenzó a irse.

— ¡Denzel! —grité. Maldito mundo cayendo, has destruido algo que me esforzó mucho tiempo conseguir.

—No intentes hacer nada —Reed me sujetó del antebrazo; sus dientes chasquearon en mi oído, pero yo logré empujarlo.

— ¡Él es mi novio! —salí corriendo tras Denzel, pero no lo encontraba por ningún lado. Vamos, Denzel, una persona no puede desvanecerse así de la nada.

—Se ha ido, Rebecca —musitó Joe detrás de mí. Anne corrió hacia mí y me abrazó con fuerza mientras yo sollozaba en su hombro.

Lo he perdido.

—Tendrá que escucharte, Bec —me separé de mi amiga y me dirigí hacia Joe.

¿Qué pasaría si Denzel no me creía? ¿Qué tal que Reed le haya dicho algo más? ¿Y si en verdad creyó que siento algo por su primo?

—Joe, ¿podrías llevarme a casa? No me siento bien… —me limpié las lágrimas, aunque el maquillaje ya estaba por toda mi cara y debía tener un aspecto horrible.

—Vamos —él me tomó de la mano y fue mi apoyo para poder subirme en su auto.

Lo único que podía pensar mientras caminaba era en él y en todo lo que había sucedido.

(…)

Shut up and Kiss me de Echosmith sonó en la radio mientras Joe conducía.

Después de un rato, había comenzado a llover.

—Este baile ha sido una mierda —la voz se me quebró. No podía evitar sentir un terrible sentimiento en el pecho por lo que le había hecho a mi novio. Reed era el peor ser humano del mundo y Denzel no se merecía ser lastimado de esa forma.

—Al menos habrá puntos. —comentó Joe.

—Joe, no seas imprudente —lo regañó su hermana, quien iba en el asiento trasero.

—Perdón, Bec. —Joe estacionó el auto en frente de mi casa—. ¿Quieres algo de compañía?

—No. Intentaré llamarlo. —Abrí la puerta del auto—. Gracias por todo.

Bajé por completo y después de varios intentos, pude abrir la puerta de la casa. Me sentía tan débil y cansada que no podía ni siquiera moverme. Todo el peso caía sobre mí.

—Rebecca —escuché una voz femenina que conocía. Alcé la mirada y vi a mi hermana mayor venir hacia mí con una sonrisa de entusiasmo. Con tanto estrés, había olvidado por completo su existencia.

La abracé, no muy cuerda conmigo misma, y nos quedamos unos minutos así hasta que mi madre apareció en la mesa con un gran pastel de limón. Se veía muy apetecible, pero el hambre me quedaba corta. No podía pensar en nada más que no fuera lo que sucedió en el baile.

—Te extrañé, Becky —susurró mi hermana mientras me acariciaba la cara—. ¿Qué te sucedió? —frunció el rostro.

Yo…

—Está bien, solo tuvo un contratiempo con su novio —la sangre se me bajó a los pies al ver a Reed Derricks saliendo de la cocina. ¿Cómo carajos llegó este tipo aquí?

—Quiero que se largue de esta casa —carraspeé con fuerza. Mi hermana me miró extrañada, Reed aún tenía el moretón que Denzel le dejó en el ojo, y mi madre se quedó intacta a su lado—. ¡Quiero que se largue! —arrogué mi pequeño bolso contra él y luego mi hermana me abrazó con fuerza evitando que me moviera—. ¡Sácalo de aquí!




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