En segundo año de secundaria hubo muchas chicas que se integraron al colegio, pero nadie llamaba tanto la atención, como para que alguien ande con la noticia de que había llegado una hermosa chica,
Pero había llegado alguien que no necesariamente era hermosa, sino era alguien que con su sonrisa y pasar el tiempo se fue volviendo la más hermosa, rodeada por muchos pretendientes, sería la chica de la que más hablarían en los dos salones...
Su primer día de clases fue algo tímida, pero eso no fue impedimento de que hiciera amigas, sobre todo el salón en la que se encontraba la mayoría le gustaba el desorden y se llevaban bien entre todos, había personas que hacían buenas bromas así que era casi imposible sentirse triste, pero, ¿porque fue especial?.
-su sonrisa, su maldita sonrisa.
Ella fue ganándose el respeto de las personas, fue en algún momento una manzana prohibida, que estando al frente tuyo, tentándote, no se te era permitido besar, no importa si lo deseabas, no importaba si lo intentaba, solo ganarías un trauma con su rechazo.
En mi salón llegaban los rumore de algunos chicos que pertenecían a otro grupo, decían que habían intentado besarla, pero no que se dejaba.
Había otros que decían haberse enamorado de ella, otros que buscaban crearle una pareja, pero es algo que nunca podre saberlo nunca conocí sus sentimientos o eso creo.
Era una chica que cuando la miraba veía una chica inocente, con un carácter fuerte y a la vez débil, un partido de vóley era muy importante y lloraba cuando perdía.
Pero también era una chica que aprendía adaptarse a superar algunos sentimientos, y ser más perfecta.
Pero todo termino cuando en un futuro un secreto fue descubierto...
Ella era la joya más valiosa un orgullo para la que la poseyera, ella era una chica que cuando se peleaba con sus padres no entraba a su casa y hasta en ocasiones no almorzaba.
Pero no era porque ella era engreída, ella tenía el corazón más noble, que por las veces que fue lastimada, prefería ocultar esos sentimientos, ella sonreía cuando le dolía, todos caían en su mentira, su falsa sonrisa, en las noches muy pocos sabían que ella en ocasiones dormía sola, que ella había visto más cosas hermosas que un poeta, que a su corta edad y sin saberlo ya había conocido el alba y el crepúsculo.
Que sus tardes favoritas eran los arreboles, de esas que más aparecen en la época de verano.
Y no se olviden ella hacia honor a su nombre, tenía una esencia embriagadora y adictiva, una verdadera princesa, "Mi Princesa Jazmin".
Hay era lo que más admiraba, era lo que más deseaba, era lo que más amaba, sus bellos ojos escondían un universo triste y oscuro, su soledad y su arrogancia, nunca dejaron que yo la cuidara, y también fue mi arrogancia, la negación de ser su amigo, nunca coincidimos.