Diario De Un Asesino Serial

03/04/2006 DIARIO PÁGINA 30 “PILAR BARRIOS”

Haciendo cuentas llevo seis asesinatos hasta entonces. Tres de ellos eran mis estúpidos compañeros. Los otros tres eran las personas equivocadas en momentos equivocados. Después de todo algún día iban a morir. Nadie es eterno, así que digamos que les adelante un poco la fecha. Cualquier experto podría decir que el término “SERIAL KILLER” o “ASESINO SERIAL” en español, ya me sentaría bien a estas alturas. ¡PERO NO! Yo no soy como los demás psicópatas, ellos están locos y yo no; ellos matan porque se les da la gana y yo tengo una razón específica; además a la mayoría los atraparon y de mí ni siquiera sospechan. No soy un asesino, soy un justiciero…

Por suerte tú mi querido y confiable Diario sabes lo que he hecho. En tu interior relato detalladamente cada uno de mis planes. Y por eso te voy a contar lo que ha pasado desde la muerte de Gonzalo “el loco” Carrizo. Al parecer, la policía no toma muy en serio la desaparición de tres personas y les importa un pepino. Mejor para mí. La gente está un poco aterrada, pero no lo suficiente como para salir a bailar o a perder un rato el tiempo al parque y a las plazas.

Mi siguiente víctima se llama Pilar Barrios y sí, es la primera mujer que voy a matar. Bueno, si es que a eso se le puede llamar mujer. Todos en la escuela sabíamos que no era una santa precisamente, pero ella insistía en seguir poniendo su falsa cara de –“soy un angelito tierno e inocente”- hágase notar mi sarcasmo. Se creía que por tener los ojos claros todos los varones del planeta morían por ella. Físicamente es algo regordeta, cabello largo y castaño, ojos verdes esmeralda, tez blanca, estatura media.

Secuestrarla no va a ser difícil, o por lo menos no con mi apariencia de ahora. No es por ser vanidoso pero de seguro voy a conquistarla y ni siquiera va a reconocerme. Mi cabello es rubio, no me gusta dejármelo muy corto, pero tampoco muy largo y además siempre lo peino hacia el costado. Mi tez es blanca y mis ojos son de color negro, los ojos negros son muy poco comunes, no son cafés porque cuando se ponen a contra luz es difícil encontrar la pupila y cuando se encuentra la diferencia no tiene tonalidad castaña como en los cafés, solo hay una diferencia en la intensidad del tono, la pupila se ve más negra que el iris y este se nota de un negro más pálido u opaco pero nunca se llega a ver en un tono marrón. Mi padre tenía el mismo color de ojos. Te imaginarás diario que ese es otro motivo por el cual las personas me consideraban una especie de extraterrestre. Una vez una señora me dijo que tenía los ojos del demonio. Mi estatura es bastante alta, de hecho mido 1.92 m. Soy fuerte asique eso me ha facilitado bastante mis secuestros.

Acabo de estacionar en un boliche. Hace dos semanas que la sigo y al parecer todos los viernes, sábados y domingos viene a bailar. Mi plan es el siguiente: entrar, hablar coquetamente con ella ya que es demasiado fácil de conquistar, emborracharla y llevarla hasta su muerte. Ahora estoy dentro del boliche. La música me aturde, el olor a cigarro que hay es espantoso. No sé cómo las personas pueden venir a “divertirse” en lugares como estos. Comienzo a buscarla con la mirada y ahí está junto a sus cuatro amigas, con un traje apretadísimo, tanto que parece que va a explotar. Está tratando de coquetear con un chico, pero sus esfuerzos son en vano, este la desprecia y se va.

Mi momento perfecto para acercarme a ella. Cuando estoy junto a su lado, la saludo, le ofrezco un trago y lo acepta. Después de mirarme por unos segundos al parecer me reconoce y dice:

-Pero ¿Acaso no éramos compañeros de clases? Ya me acorde eras el “psicópata”. Vaya sí que has cambiado, por poco y no te reconocí-Maldición, al parecer la descerebrada tiene más cerebro del que creí, no importa eso no va a arruinar mis planes. Ya sé lo que tengo que hacer. El plan b comienza ahora.

-Esos eran otros tiempos, ahora soy diferente ¿Qué te parece si vamos en mi auto a otro lugar? A tomar un café por ejemplo para que podamos hablar- Le dije con toda confianza, ocultando los nervios y las ganas que tenía de estrangularla en ese mismo momento.

-No creo, me tengo que ir. A-adiós.

Su tono parecía asustado. De un momento a otro la perdí de vista. Cuando la encontré estaba junto a sus amigas, les dijo algo y estas miraron en mi dirección. Mierda, esto se está poniendo complicado si ella desaparece, sus amigas avisarán a la policía que la vieron hablando con migo. Y voy a pasar a ser el primer sospechoso por lo tanto me vigilarán y no voy a poder terminar con mi plan.

No debo dejar que la furia se apodere de mí. Me puse a pensar y se me ocurrió algo. Creo que esperar es lo mejor que puedo hacer, después de todo espere durante once años ¿Por qué no esperar un par de horas más?

Llevo en el auto 3 horas aguardando a que salgan. El estacionamiento está vacío, y justo en este momento veo a cinco futuros cadáveres aproximarse en mi dirección. Chicas espero que hayan disfrutado su última noche de fiesta. Me aseguro de que el estacionamiento no tenga cámaras, y como no las tiene me bajo del auto. Las cinco frenan su paso de repente cuando notan mi presencia, saco de mi bolsillo mi revolver calibre veintidós con silenciador; ellas están inmóviles, el miedo las ha dejado paralizadas.



#583 en Thriller
#275 en Misterio

En el texto hay: asesino serial, torturas, venganza

Editado: 15.07.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.