Estoy sentado mientras tomo café y leo el diario; además estoy escuchando la radio y vaya ¿Quién creería que yo, el marginado iba a ser tan popular en tan poco tiempo? Soy el tema del momento. Todo el mundo habla de mí. Advertencias y más advertencias. “Desgraciadamente nos toca comunicarles que estamos bajo alerta de peligro. Repetimos, nuestra tranquila y modesta ciudad está bajo ataque y los policías están desconcertados. Él o los atacantes secuestran tanto hombres como mujeres, por lo tanto nadie está a salvo. A continuación, daremos unos consejos que esperamos tenga en cuenta en los siguientes días: procure no caminar solo en lugares inhabitados, oscuros y a altas horas de la noche; luche, le aconsejamos tratar de luchar contra el atacante, luche por su vida, recuerde que ninguno de los secuestrados ha regresado aún, ni mucho menos han pedido rescate por ellos; intente someter al atacante mientras la policía llega al lugar, de lo contrario corra, pida ayuda, grite con todas sus fuerzas, trate de esconderse y si no puede evitar el secuestro, deje en lo posible alguna pista para ayudar a la policía a encontrarlo rápidamente. En el próximo bloque: Encuentran camiseta de Bruno Guzmán en el lugar de secuestro de Luciano Lampiris”
Realmente no puedo creer lo que acabo de escuchar “intente someterlo”. Como si eso fuera posible. Se equivocan, a Daniel Montenegro ni siquiera un toque de queda va a detenerlo. Además no todo San Rafael está en peligro, solamente veintiocho gatos locos. Acabo de utilizar mal esa metáfora, perdón, ya que en este caso ellos serían pequeños, sucios y diminutos ratones, que están tratando de seguir adelante con sus ridículas vidas. Cuando todos sabemos cuál va a ser su desenlace. El gato va a ir por ellos. No es una muerte para nada agradable, todo lo contrario, el gato agarra al ratoncito del cuello, clava sus filosos dientes hasta hacerlo sangrar. El diminuto animal, está totalmente indefenso y sufre demasiado mientras el gato lo despedaza vivo. Hasta que el momento que el ratón tanto espera por fin llega, su corazón ha dejado de latir, sus nervios dejan de transmitir dolor por todo su cuerpo. Ni siquiera se entera de que ese momento ha llegado. Simplemente desaparece, su alma abandona este mundo.
Hay una gran diferencia entre el caso al que me acabo de hacer referencia y los desgraciados de los que voy a vengarme. El ratoncito no tiene la culpa de nada, demasiado tiene que soportar el pobre naciendo rata, no hace daño a nadie y sin embargo su muerte es una de las más dolorosas en el mundo, ser comido vivo. En cambio, estos inútiles desalmados llegaron al mundo con la intención de hacer daño, y si fuera por ellos se morirían a sus cien años, a pesar de ser ancianos seguirían llevando la misma maldad de siempre. Yo tengo que encargarme de eso, sino ¿Quién? ¿Quién va a ponerle un stop a esta situación? ¿Dios? Créeme querido y confiable Diario cuando te digo que Dios es demasiado bueno y bondadoso, para darse cuenta de los que verdaderamente vienen al mundo a hacer daño. No se da cuenta de la verdadera basura que es la raza humana. Toda la sociedad es un asco. Todos. Incluyéndome. Después de todo soy un humano, y ese simple detalle me convierte en una basura como todos los otros.
Te preguntarás ¿Por qué? Es algo demasiado simple, todos los humanos tenemos instintos, todos somos egoístas. Pensamos en nosotros y jamás en el otro, porque está dentro de nuestro ser, escondido, aguardando salir a la luz. Esa norma está grabada en el fondo de nuestro corazón de roca. Estoy seguro que si abriéramos un corazón por la mitad, encontraríamos grabado con letra antigua, casi ilegible “el más fuerte gana, el más fuerte vive, el más fuerte manda”. Ante situaciones de peligro, por más que se tratase de nuestra propia madre, la mujer que nos dio vida y nos llevó durante nueve meses en su vientre, te aseguro que el egoísmo humano, que al parecer es nuestra materia prima, nos haría matarla para sobrevivir.
Me parece que me fui por las ramas, así que voy a contarte en resumidas cuentas lo que tengo planeado para esta noche. Yo no tengo frenos. Que el mundo se abstenga de pensar, que está a salvo de mí. Y como decía, esta noche mi agresor va a presenciar en carne viva una de las torturas más dolorosas de todo el planeta. Esta vez, me esmeré más de lo suficiente. Mi obra maestra está terminada y estoy ansioso por darle uso. Solo me tomó una semana construirla o mejor dicho construirlo. Manos a la obra, voy a verificar los últimos detalles, para que sin duda todo salga perfecto. Luego seguiré escribiendo, mientras aguardo esperando ansioso, por atrapar a mi próxima presa.
Para empezar, me encuentro en mi auto. Son las diez de la noche. ¿Por qué las personas nunca siguen los consejos de los noticieros? Y te preguntarás Diario ¿Cómo es que yo sé que las personas no hacen lo que aconsejan en el noticiero? Es fácil de responder, estoy tan seguro porque estoy viendo con mis propios ojos, a un estúpido que está caminado por una calle deshabitada y oscura lo más campante de la vida mientras escucha música.