Noviembre 9, 19...
Parece una broma macabra del Destino.
Cuando por fin mi corazón junta coraje para hablarle, ese diablo de Mew no aparece.
"Te lo tienes merecido, Gulf", se burla mi mente.
Llevo cinco atardeceres esperando por él, en el viejo camino que aún no es nuestro camino.
Meses enteros, sin falta, bajo cualquier clima, lo he visto pasar, siempre a la misma hora, a veces solo, otras, acompañado, en una charla informal que me da información sobre él, su nombre, su edad, su familia, siempre mordiéndose el labio, siempre mirando el cielo y suspirando.
¿Será que el Destino no quiere bernos juntos?
No importa lo que quieras, Destino.
Aún siendo un cambia formas, ¡tengo libre albedrío!